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Thursday, May 5, 2011

50 años del primer vuelo espacial tripulado norteamericano

Hoy hace medio siglo que los Estados Unidos mandaron su primer astronauta al espacio. El elegido para la gloria sería Alan Bartlett Shepard Jr., un experimentado piloto de la Armada estadounidense de 38 años. Shepard se elevaría a los cielos dentro de su pequeña cápsula Mercury, apodada Freedom 7 para la ocasión. Pero no llegaría muy lejos. A diferencia de Yuri Gagarin, Shepard no alcanzaría la órbita terrestre y se limitaría a trazar un arco balístico de 187,5 kilómetros de altura. Durante la misión Mercury-Redstone 3 (MR-3), el primer astronauta norteamericano recorrería una distancia en horizontal de 488 kilómetros antes de descender en las aguas del Océano Atlántico situadas frente a Cabo Cañaveral. La máxima velocidad registrada sería de 8262 km/h, bastante lejos de los 28000 km/h propios de un vuelo orbital. Entre el despegue y el amerizaje habían transcurrido 15 minutos y 28 segundos.


Alan Shepard se convierte en el primer americano en el espacio durante la misión MR-3 (NASA).


Alan B. Shepard (NASA).

La misión MR-3 fue todo un éxito que devolvió el orgullo a unos Estados Unidos abatidos por el triunfo de Gagarin. Para Alan Shepard fue no obstante una victoria amarga. Él se había entrenado para ser el primer hombre en el espacio y, al igual que sus seis compañeros del programa Mercury, no era de los que se conformaban con un segundo puesto. Después de durísimas pruebas, en enero de 1961 Shepard había logrado ser seleccionado para el primer vuelo de la nave Mercury. Era el mejor entre los mejores, pero el destino quiso que un desconocido piloto ruso le arrebatase la gloria por tan sólo 23 días de diferencia. Si había alguien que hacía honor a la imagen arquetípica de los astronautas popularizada por Tom Wolfe en su famosa novela "The right stuff" , ése era Shepard. Arrogante, inteligente, trabajador, ambicioso y seductor, sin duda poseía lo "que hay que tener" para estar entre los primeros.


El vuelo de Shepard en la misión MR-3 (NASA).



Cápsula Mercury (NASA).



Cohete Redstone (NASA).

El cohete Redstone en el que viajó Shepard (MR-7) era un fiel reflejo de la incipiente historia de la astronáutica, puesto que se trataba de un lanzador modificado basado en el misil V-2 (A-4) nazi. De hecho, en su diseño había participado el mismísimo padre de la V-2, Wernher von Braun. Antes de la misión MR-3, cuatro cohetes Redstone habían despegado para comprobar la viabilidad del programa, incluyendo el lanzamiento del chimpancé Ham durante la MR-2 en enero de 1961. La decisión de llevar a cabo vuelos suborbitales antes de aventurarse en la órbita terrestre había estado motivada por el retraso en la adaptación del misil intercontinental Atlas para el programa Mercury. Por supuesto, la NASA pensaba que además de esta manera se aseguraba el éxito frente a la URSS. Los Estados Unidos habían dado lo mejor para ser los primeros en el espacio y estaba claro que la Unión Soviética no se les iba a adelantar como ya había ocurrido cuatro años antes con el Sputnik. Pero, contra todo pronóstico, lo hizo. La hazaña de Gagarin supuso un verdadero trauma para la conciencia colectiva de los Estados Unidos. Pocos días después del vuelo de Shepard, el presidente Kennedy anunciaba que la Luna debía ser el próximo objetivo para el programa espacial del país.

Tras su misión, Shepard se convertiría en un héroe nacional y posteriormente sería asignado al programa Gémini. En 1964 se descubrió que sufría la enfermedad de Ménière en el oído interno y fue retirado del servicio activo. Pero nunca se rindió y en 1969 logró ser readmitido en el cuerpo de astronautas después de pasar por el quirófano. Como resultado, el 5 de febrero de 1971 Shepard se convertiría en el quinto ser humano en pisar la Luna durante la misión Apolo 14.

Pero el 5 de mayo de 1961 la Luna aún quedaba muy lejos para Shepard y el resto del mundo. Cuando el veterano piloto estaba a punto de despegar, un destello de duda cruzó su mente, demostrando que ante el abismo de lo desconocido hasta el más valiente flaquea. Sus últimas palabras antes de viajar al espacio serían "don't fuck up, Shepard...". Pero las dudas desaparecieron tan rápido como el cohete que lo lanzó a la historia. Ese día, Alan Shepard voló más alto y más rápido que cualquier otro piloto norteamericano antes que él.


Alan Shepard dentro de la Mercury (NASA).


Los "7 del Mercury" junto con un modelo de pruebas de la cápsula (Life Magazine).


Haciendo el molde para el asiento de Shepard (Life Magazine).


Antes del lanzamiento (NASA).


Despegue (NASA).


Monumento en Cabo Cañaveral a los 7 astronautas del programa Mercury (NASA).

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