Bueno, esto se podría aplicar a todas las guerras, pero la de Irak es el mejor ejemplo de guerra innecesaria, ilegal e injusta. Pese a que Rumsfeld, Bush y sus coleguitas se empeñen a pintar la situación de rosa, la verdad es que nadie se iría a vivir allí ni por todo el oro del mundo. Las bajas de los soldados americanos continúan aumentando, aunque las tropas de ocupación apenas salen de sus cuarteles y dejan todas las operaciones que pueden en manos de la inepta policía iraquí o del nuevo ejército nativo, lleno de topos infiltrados de la resistencia sunní y de ese psicópata de al-Qaeda llamado al-Zarqawi. Lo triste es que ya nos hemos acostumbrado a que todos los días mueran cientos de personas en esta "posguerra", mientras la "reconstrucción" (osease, el expolio del petróleo iraquí por parte de las empresas occidentales) se les está atragantando a todos los que quisieron repartirse el botín de guerra (esto último es lo único positivo de toda esta terrible situación).
Y a todas estas, mientras los imbéciles de la Casa Blanca no han conseguido detectar ni una sola lata de conserva en mal estado que sirva como arma de destrucción masiva, al ladito mismo, en Irán, están empeñados en fabricar un arma nuclear, así que pronto tendremos otro país que hará compañía en el club atómico a ese aliado fiel de los EE.UU. que, sin embargo, es una dictadura, financia movimientos terroristas por todo el mundo y por donde Bin Laden se mueve como Pedro por su casa (me refiero a Pakistán, claro).
Conclusión: tras la guerra de Irak el mundo es más inseguro, se le ha regalado a al-Qaeda un refugio maravilloso, el pueblo iraquí está echo un asco, la imagen internacional de los EE.UU. está por los suelos, la legalidad internacional está en el limbo y se ha creado una inestabilidad en la zona muy peligrosa. Una pena, oiga.
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