La polémica surgió cuando Brown insinuó sin mucha sutileza que el descubrimiento de Ortiz era un "robo" informático, ya que los archivos de las observaciones del telescopio de su equipo estaban a disposición de cualquiera en Internet (algo completamente normal, por otra parte), por lo que quizás algún miembro de equipo de Ortiz usó esta información para descubrir 2003 EL61. Aunque posteriormente Brown se ha retractado de estos comentarios, ya había arrojado la duda sobre el descubrimiento de Ortiz y muchos medios de divulgación americanos se lanzaron a criticar abiertamente la conducta del astrónomo español.
Alguien debería explicar a Brown que su conducta es la que merece ser condenada, pues aunque Ortiz hubiese usado los datos de 2003 EL61 (cosa que no sucedió), hubiese estado en todo su derecho, pues la comunidad astronómica funciona así. Cualquier nuevo objeto descubierto debe ser puesto en conocimiento de dicha comunidad inmediatamente, o al menos en un breve plazo de tiempo y no esperar meses para poder así acaparar el máximo de gloria posible. Por si fuera poco, Brown ya se había comportado de forma similar con el descubrimiento de Sedna y Quaoar, otros transneptunianos, y los había anunciado al público cuando estos cuerpos estaban en conjunción solar, es decir, cuando nadie más los podía observar. En palabras de Ortiz:
"Este secretismo le servía a Brown para poder estudiar los hallazgos en detalle
y en exclusiva, lo que va en contra del beneficio de la ciencia y no sigue los
cauces establecidos, que implican comunicar la existencia de un objeto nuevo en
cuanto se descubre"
Brown se ha dejado llevar por su afán de notoriedad y se ha comportado como un ejecutivo agresivo en una empresa privada, no como un astrónomo. Casos como este son un peligroso precedente para la astronomía y la ciencia en general...esperemos que no cunda el ejemplo.
No comments:
Post a Comment