Cuando la sonda Cassini llegó a Saturno en el 2004, una de las prioridades era buscar posibles lagos de metano-etano en Titán usando el radar para penetrar a través de la densa atmósfera del satélite. Un año después la sonda europea Huygens, que había permanecido hasta entonces pegada a la Cassini, aterrizaba en Titán sin encontrar tampoco ninguna evidencia de los supuestos lagos, aunque sí encontró rastros de canales y lechos de ríos que sugerían la existencia de un ciclo hídrico similar al terrestre, aunque en este caso el metano jugaría en Titán el papel del agua en la Tierra. Ahora parece que se confirma la existencia de estos misteriosos lagos de hidrocarburos en imágenes de radar del polo norte del satélite. De ser así, la imagen de Titán se va pareciendo cada vez más a lo que los científicos esperaban antes de la llegada de la Cassini, aunque ha costado mucho tiempo descifrar los confusos datos transmitidos por las sondas.
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