El pasado jueves día 10 Serguéi Volkov y Oleg Kononenko llevaron a cabo la esperada actividad extravehicular (EVA) para inspeccionar el estado de los pernos explosivos de la Soyuz TMA-12. Recordemos que las dos Soyuz anteriores sufrieron una reentrada balística, aparentemente porque el módulo de propulsión (PAO) no se separó correctamente de la cápsula (SA). A la espera de que la comisión estatal dirigida por la agencia espacial rusa Roskosmos dictamine qué pasó exactamente con las anteriores misiones, el control de vuelos ruso (TsUP) y la empresa RKK Energía (fabricante de las Soyuz) decidieron organizar una EVA para retirar un perno explosivo del PAO y verificar su estado, ya que todas las teorías apuntan a que algún tipo de problema con estos dispositivos fue el causante de las anteriores reentradas balísticas. La EVA tuvo una duración de 6 horas y 18 minutos (en este punto conviene matizar que las EVAs rusas y las estadounidenses utilizan distintos criterios para medir la duración: los rusos contabilizan desde el momento que se abre la escotilla hasta que se cierra, mientras que la NASA empieza a contar desde que el traje espacial utiliza las baterías internas como fuente de energía).
Se trataba de una EVA bastante arriesgada, en tanto en cuanto los cosmonautas no se habían entrenado para ella antes del comienzo de la misión y porque ambos carecían de experiencia previa en actividades extravehiculares. Además, para alcanzar el perno explosivo los cosmonautas debían romper la cubierta térmica de la Soyuz, conocida como Aislamiento Térmico de Apantallamiento en el Vacío o EVTI en ruso (ЭВТИ, Экранно-Вакуумая Теплоизоляция), con el consiguiente riesgo de romper algún mecanismo de la nave que los debe traer de vuelta a la Tierra. El perno se encuentra en la sección intermedia del PAO, o PKhO (переходной отсек, ПхО), parte no presurizada del módulo que enlaza la cápsula con éste. En el PKhO se incluyen varios motores de maniobra DPO, además de tanques de oxígeno. En esta sección se encuentran las estructuras que unen la cápsula con el PAO en 10 puntos, cinco de los cuales cuentan con dos pernos explosivos cada uno (diez en total) y otros cinco tienen muelles para la separación de los módulos. El esquema del PKhO sin las cubiertas EVTI es este:
Vista general del PKhO y el PAO.
Detalle del punto de conexión entre la cápsula y el PAO donde se encuentra el perno explosivo. A ambos lados de se pueden ver dos de los 16 motores DPO-B de 13,3 kgf de empuje cada uno con los que cuenta la Soyuz TMA (NASA TV).
Así luce el PKhO con la cubierta EVTI encima (www.buran.ru).
Como el perno tiene material explosivo en su interior, los cosmonautas llevaban un pequeño contenedor especial para guardarlo de forma segura (NASA TV).
Zona del PKhO donde los cosmonautas debían retirar la EVTI (NASA TV).
Para evitar una posible contaminación de hidracina, los cosmonautas debían colocar unos capuchones a las toberas de los motores DPO. Durante la EVA, los capuchones se soltaron sin que los cosmonautas, distraidos por otras tareas, los colocasen en su sitio (NASA TV).
Kononeko y Volkov usaron la grúa Strelá ("flecha") para moverse hasta la Soyuz desde la esclusa Pirs (NASA TV).
La EVA se desarrolló con varias complicaciones, pero los cosmonautas pudieron cortar la cubierta aislante y retirar el perno, como vemos en la siguiente secuencia de imágenes de la NASA TV obtenidas con una cámara en el casco de Kononenko:
Tras retirar el perno, los cosmonautas instalaron un "parche" para tapar el agujero en el aislante:
Al final la EVA fue exitosa y el perno está ya en el interior de la ISS, aunque varios medios de comunicación estadounidenses la han criticado por ser "improvisada", "torpe" o "peligrosa". De lo primero y lo último no me cabe duda, pero creo que sería injusto ensañarse con el trabajo de los cosmonautas. Es cierto que éstos se mostraron en ocasiones muy nerviosos, olvidándose de herramientas en la esclusa o actuando confusamente, además de notarse cierta descoordinación con el TsUP, pero es comprensible dadas las circunstancias.
Lo cierto es que RKK Energía y Roskosmos se juegan mucho en este tema. Un tercer descenso balístico demostraría que algo falla en los controles de calidad de las Soyuz, precisamente ahora que la producción de naves ha de aumentar para dar cabida a la nueva tripulación permanente de seis personas en la ISS, y justo cuando los EE UU van a depender de las Soyuz para acceder al espacio tras la retirada del transbordador en 2010. Son muchos en Estados Unidos los que están usando los últimos problemas de las Soyuz para arremeter contra la política de la NASA y forzar la prolongación de los vuelos del shuttle al menos un año más. Por eso, y como se suele decir en estos casos, el fracaso no es una opción.
Por cierto, he podido leer en varias páginas que esta era la primera "reparación" de una Soyuz en órbita. Aunque el concepto de "reparación" es discutible, pues es posible que los pernos no tengan ningún defecto, la primera Soyuz reparada en el espacio fue la Soyuz TM-9, allá por 1990. En esta ocasión, la cubierta térmica (EVTI) de la cápsula se desprendió durante el lanzamiento, quedando la nave con este aspecto:
Vista frontal de la Soyuz TM-9 en 1990. Se pueden apreciar los paneles desprendidos, con la apariencia de los pétalos de una flor (www.astronautix.com).
La estación Mir con la Soyuz TM-9 acoplada a la derecha. Se puede ver parte de la cubierta térmica desprendida.
Los cosmonautas Solovyov y Balandin realizaron una épica EVA para reparar su nave, tarea que realizaron con éxito. Lástima que nadie parezca acordarse de su gesta.
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