Las compañías SpaceX y Orbital Sciences Corporation (OSC) han ganado el suculento contrato CRS (Commercial Resupply Services) de la NASA para suministrar carga y víveres a la ISS tras la retirada del transbordador en 2010, aunque ahora es probable que la administración Obama se plantee mantenerlo en servicio hasta 2012, en cuyo caso el contrato no entraría en vigor hasta 2013. Dicho contrato incluye el lanzamiento de cohetes y naves desarrollados por las propias empresas. En concreto, SpaceX recibirá 1600 millones de dólares para realizar doce lanzamientos de su Falcon 9 con la nave Dragon. A Orbital le tocarán 1900 millones con los que deberá realizar ocho lanzamientos del Taurus II y la nave Cygnus. Y sí, las cifras son correctas: a SpaceX le corresponde menos dinero por más lanzamientos, ya que el coste de cada misión de Orbital será mayor.
SpaceX, la firma aeroespacial de moda en los EE UU, deberá utilizar su enorme cohete Falcon 9, que será lanzado por primera vez el año que viene. Este lanzador promete poner en órbita baja (LEO) 12,5 toneladas por "sólo" 36,75 millones de dólares (un Atlas cuesta unos 90 millones), lo que haría de él un competidor formidable en el mercado internacional, siempre y cuando tenga éxito y el precio ofertado pueda rentabilizar las operaciones de la compañía (subsidios de la NASA aparte). El Falcon 9 deberá lanzar la cápsula Dragon hacia la ISS, capaz de transportar hasta 6 t de carga (presurizada o no) hasta la estación y traer de vuelta a la Tierra hasta 3 t dentro de la cápsula. Los planes de SpaceX respecto a Dragon son tremendamente ambiciosos, pues pretende desarrollar en el futuro una versión tripulada, si es que la NASA permite semejante competencia a la Orión. Sin embargo, aunque los preparativos para el Falcon 9 siguen adelante, hay que recordar que SpaceX sólo ha conseguido hasta la fecha llevar a cabo un lanzamiento exitoso del pequeño Falcon 1 (y sin carga útil). A diferencia de Orbital, que cuenta con una enorme experiencia comercial con sus lanzadores (Pegasus, Taurus y Minotaur), SpaceX debe todavía demostrar la viabilidad del Falcon 1 y el Falcon 9, así como la de la Dragon.
El Falcon 9 (SpaceX).
La Dragon siendo acoplada a la ISS (SpaceX).
La apuesta de Orbital es más convencional, pero quizás precisamente por ello sea más realista. El Taurus II es un lanzador con capacidad para 5750 kg en LEO (casi la mitad que el Falcon 9) que emplea en su primera etapa los motores rusos NK-33/43 desarrollados para el malogrado cohete lunar N1. También colaborará en la fabricación de los tanques de combustible la compañía ucraniana KB Yuzhnoe, fabricante de los cohetes Zenit. La nave Cygnus es bastante más sencilla y pequeña que la Dragon de SpaceX (sólo puede llevar 2500 kg a la ISS), pero precisamente por eso su desarrollo será sin duda menos complejo. Además, en su desarrollo participará la firma europea Alenia (fabricante de los MPLM del shuttle).
El Taurus II (OSC).
La Cygnus acercándose a la ISS (OSC).
El programa COTS surgió como una iniciativa política para, por un lado, apoyar a las empresas privadas, y por otro lado, ofrecer una respuesta a la retirada del shuttle. Con este contrato el programa COTS de la NASA entra en una nueva fase que podríamos denominar de "subvención directa" de las compañías privadas aeroespaciales. SpaceX ya recibió en 2006 unos 300 millones de dólares en el marco del mismo programa, pero está claro que las cifras que ahora se manejan son un orden de magnitud más grandes. A cambio, el panorama aeroespacial se hace un poquito más interesante.
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