Con el descubrimiento de los Júpiteres Calientes quedó claro que no comprendíamos bien los procesos de formación planetaria, especialmente en la región de los discos protoplanetarios comprendida entre la propia estrella y las 10 UA. Los Hot Jupiters son una prueba evidente de que los planetas migran tras su formación. Si estos procesos funcionan en otras estrellas, ¿por qué no en nuestro Sistema Solar? Efectivamente, desde hace ya varios años se han propuesto varios modelos que sugieren que los planetas recién formados migraron hasta sus posiciones actuales. Sin embargo, aparte de bonitas simulaciones numéricas, ¿cómo demostrar estas migraciones? Obviamente cualquier prueba habría quedado borrada hace miles de millones de años...o quizás no, pues recientemente David Minton y Renu Malhotra -dos investigadores de la Universidad de Arizona- parece que han hallado pruebas de estos movimientos en el Cinturón de Asteroides. El artículo "A record of planetary migration in the main asteroid belt" lo podemos leer en Nature desde el pasado 26 de febrero. Básicamente las "pruebas" son las siguientes: en el Cinturón de Asteroides hay zonas (las lagunas de Kirkwood) donde encontramos menor densidad de asteroides debido a la influencia gravitatoria (resonancia) con Júpiter y, en menor medida, con Saturno. Pues bien, Minton y Malhotra han encontrado huecos de Kirkwood que no se corresponden con la situación actual de los gigantes gaseosos, pero sí con la posición que estos planetas podrían haber ocupado hace cuatro mil millones de años según varios modelos.
En concreto, los modelos predicen que Júpiter se formó más lejos de su posición actual, mientras que Saturno, Urano Neptuno lo hicieron mucho más cerca. Está claro que estudiando otros sistemas solares podemos entender mejor el nuestro.
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