Roskosmos ha comunicado además que el ganador del concurso paralelo para construir el cohete que deberá lanzar la PPTS es la empresa TsSKB Progress de Samara. Otras empresas, como es el caso de KB Mashinostroenia o la propia RKK Energía, actuarán como subcontratistas. El diseño de este lanzador deberá estar finalizado para septiembre del año que viene gracias a los 145 millones de rublos que se destinarán a tal fin. El nuevo cohete despegará con la PPTS desde el flamante cosmódromo de Vostochni a partir de 2015. Los primeros vuelos tripulados deberían tener lugar en 2018.
Estas recientes decisiones serán claves para el futuro del programa espacial ruso en las próximas décadas. Hasta la fecha Rusia ha vivido "de las rentas" del programa espacial soviético. La construcción de una nueva nave espacial tripulada con capacidad para misiones lunares, y su cohete correspondiente, constituyen un punto de inflexión para la industria espacial rusa.
Sin embargo, los contratos para estos futuros proyectos espaciales se han otorgado de tal forma que las compañías aerospaciales rusas, herederas de las oficinas de diseño de la época soviética, mantengan su cuota de poder. Así, Khrunichev, constructora del Protón, será clave en el futuro espacial ruso gracias al cohete Angará. TsSKB Progress, fabricante de los lanzadores Soyuz, podrá continuar suministrando cohetes para las nuevas naves tripuladas rusas, que a su vez seguirán siendo creadas por RKK Energía. "Que cambie todo para que todo siga igual" parece ser la máxima del gobierno ruso en materia espacial. Todavía está por ver qué efectos tendrán la actual crisis económica mundial y la bajada de los precios del petróleo sobre estos ambiciosos planes cósmicos, pero en todo caso está claro que en los próximos meses y años se van a tomar decisiones que definirán el futuro de Rusia en el espacio durante este siglo.

(Imagen: russianspaceweb.com)
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