Tras la fundación de la NASA en julio de 1958, una de sus primeras tareas consistiría en planificar las futuras instalaciones de lanzamiento para misiones espaciales. En un principio se usarían las instalaciones militares de Cabo Cañaveral, pues los primeros lanzadores estadounidenses empleados en misiones tripuladas eran misiles intercontinentales (ICBM) modificados (Atlas y Titán II). Pero en 1961 nacería el Programa Apolo y con él el desarrollo de los cohetes gigantes Saturno y Nova. La NASA consideró que el mejor sistema para transportar este cohete consistía en una plataforma de lanzamiento móvil: el lanzador se montaría sobre la plataforma y sería transportado hasta la rampa, ahorrando así tiempo y dinero. Casi al mismo tiempo se eligió un sistema de montaje y transporte en vertical, ya que de esta forma la torre de lanzamiento podría estar integrada con la plataforma móvil y se eliminaba la necesidad de complejos mecanismos para poner en posición vertical un cohete tan grande -algo, por otro lado, que los soviéticos realizarían sin mayor problema-. A cambio, era necesario contar con un edificio de montaje de dimensiones gigantescas. La NASA sopesó la posibilidad de transportar el Saturno mediante barcazas, pero se consideró una opción demasiado arriesgada debido a la acción de los vientos y la dificultad de instalar un sistema de canales en el edificio de ensamblaje. El transporte por ferrocarril también fue descartado por ser demasiado costoso según los análisis iniciales debido al peso del conjunto a transportar. Finalmente, se eligió un transporte oruga, sistema que sería aprobado el 13 de junio de 1962.
El 1 de septiembre de 1961, la NASA realizó las primeras adquisiciones de terreno en Merritt Island -una zona virgen al norte de las instalaciones de Cabo Cañaveral- para construir el Complejo de Lanzamiento 39. Este complejo constaría de dos rampas (39A y 39B), aunque se dejaba la puerta abierta a una tercera rampa en el futuro si el ritmo de lanzamientos superaba los veinte por año, una cifra más que optimista. Ese mismo noviembre, el Saturno C-5 (posteriormente conocido como Saturno V) fue elegido como el lanzador del programa lunar en detrimento del Nova y su aprobación formal llegaría el 4 de diciembre, aunque no sería hasta un mes más tarde cuando fue seleccionado finalmente como lanzador para las misiones lunares tripuladas.
Las instalaciones de la NASA en Florida: el VAB y las dos rampas de lanzamiento 39A y 39B (en la imagen se puede ver el camino hacia la 39C, rampa que jamás de construyó) (NASA).
Planes para la rampa 39C (NASA).
Los enfrentamientos con la USAF por el control de las actividades de lanzamiento sería intenso y se tardaría casi un año en limar las asperezas y definir las competencias de cada organismo, hasta que finalmente el 16 de enero de 1963 se firmó un acuerdo entre el administrador de la NASA James Webb y el secretario de defensa McNamara sobre la gestión de la zona.
El 28 de noviembre de 1963, el presidente Lyndon B. Johnson anunció que Cabo Cañaveral sería bautizado como Cabo Kennedy tras el asesinato de JFK y al día siguiente se creó el John F. Kennedy Space Center (KSC) agrupando las nuevas instalaciones de la NASA en Merritt Island. Aunque el KSC ha retenido su denominación hasta el presente, Cabo Cañaveral recuperaría su designación original diez años más tarde debido a las presiones de la población local.
En marzo de 1962, ya estaba claro que el vehículo de ensamblaje sería la parte más costosa y compleja del proyecto. El edificio recibiría el nombre de VAB (Vehicle Assembly Building). Por entonces, se estimaba que el VAB costaría 129,5 millones de dólares, una buena parte de los 432 millones destinados a completar todo el KSC. En un principio se estudiaron diseños abiertos para el VAB, pero pronto quedó claro que el diseño cerrado era el más adecuado teniendo en cuenta las condiciones climatológicas de Florida, aunque también más caro (unos 10 millones adicionales).
Propuesta inicial de un VAB abierto y conectado con las rampas mediante canales de agua (NASA).
Primer diseño cerrado del VAB para el Saturno C-5. Por entonces, el método de transporte elegido consistía en canales de agua y barcazas (NASA).
Configuración final del VAB, con cuatro puertas gigantes de entrada. Detrás puede verse el "aparcamiento" para las tres torres de lanzamiento LUT (Launch Umbilical Tower) del Apolo (NASA).
Su construcción comenzaría en 1963 por los cimientos, instalándose 4225 varillas de acero en el suelo para permitir que el edificio aguantase huracanes. El 14 de abril de 1965 finalizaría la fase principal de construcción del VAB y el 25 de mayo de 1966, apenas tres años tras el comienzo de las obras, la maqueta del Saturno V denominada Saturno V 500-F fue trasladada desde el VAB hasta la rampa 39A, inaugurando una nueva era. El camino hacia la Luna estaba abierto.
Construcción del VAB (NASA).
Interior del VAB (NASA).
Construcción de la rampa 39A (NASA).
Construcción de uno de los crawler y las LUT (NASA).
Una vez construido, el VAB sería durante muchos años el edificio más grande del mundo. De hecho, en la actualidad se sigue considerando como el mayor edificio de una sola planta jamás construido. Tiene una altura de 160 m, 218,2 m de largo y 157,9 m de ancho, cubriendo unas 3 hectáreas. Su interior está dividido en dos grandes áreas (high bays) para el ensamblaje de vehículos (los cohetes Saturno primero y el transbordador después). Las dos puertas principales se siguen considerando las más grandes del mundo, con 139 m de alto.
En la URSS, la carrera lunar también llevó a la construcción del "VAB soviético", el Edificio de Montaje y Pruebas 112, o MIK-112, donde se ensamblaban los cohetes N1 y Energía. Aunque su superficie (240 x 188 metros) es mayor que la del VAB, su altura es de sólo 60 metros, debido al montaje en horizontal empleado por los soviéticos. Todavía hoy se usa para el montaje de los cohetes Soyuz en Baikonur.
El VAB es todo un símbolo del poderío tecnológico de la NASA y de sus logros en el espacio. Sin embargo, tras la retirada del transbordador espacial y la reciente cancelación del Programa Constellation su futuro es toda una incertidumbre en la actualidad.
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