No me canso de repetir que vivimos en una era maravillosa. Casi todos los días podemos ver imágenes de los rincones más variopintos del Sistema Solar, incluyendo, como no, Marte. De entre todas ellas, me quedo con tres fotografías que nos han sorprendido estos últimos días.
La primera es esta vista del horizonte de Meridiani Planum, donde el rover Opportunity ha pillado su primer remolino de arena (dust devil) en acción. Aunque a estas alturas ya estamos de sobra acostumbrados a ver estos fenómenos atmosféricos en la superficie del planeta rojo, se nos olvida a veces que Oppy no había visto ninguno en sus seis años y medio de misión, ya que todos los anteriores los había divisado el ahora comatoso Spirit dentro del cráter Gusev. Por cierto, hay que destacar que han sido precisamente los dust devils los causantes de la reciente limpieza de polvo de los paneles solares del pequeño vehículo.
El primer dust devil de Opportunity (NASA).
Las huellas de Oppy (NASA).
La segunda imagen tiene que ver con la famosa Cara de Marte, aquella formación rocosa captada por la Viking 1 hace más de treinta años en Cydonia que tanto ha dado que hablar a magufos de todo el mundo. La cámara HiRISE de la sonda MRO observó en 2007 esta formación y, aunque no tiene nada de espectacular, no deja de ser llamativo poder verla a tan alta resolución.
Aunque no lo parezca, esto es la Cara de Marte (NASA).
La Cara vista por las Vikings y la MGS (NASA).
La última visión -también de la HiRISE- de Marte es este llamativo cráter en terrazas. La estructura en terrazas revela la existencia de distintas capas con diferente densidad de hielo. Lo curioso del caso es que en el medio podemos ver otro cráter que ha dado en la diana al caer justo en el centro del cráter mayor.
¿Qué nuevos paisajes alienígenas veremos mañana?
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