Rusia es un elemento clave para el mantenimiento de la estación espacial internacional (ISS). Poca gente sabe que, sin la participación rusa, la estación debería ser abandonada inmediatamente. Hace ya dos años hablamos por aquí sobre los planes de la agencia espacial rusa Roskosmos y la empresa RKK Energía para mantener el segmento ruso de la estación espacial internacional (ISS) durante la próxima década. Curiosamente, las previsiones se han ido cumpliendo a rajatabla.
La Soyuz TMA-19 (izquierda) y la Progress M-05M acopladas al segmento ruso de la ISS sobrevolando Hawái (NASA).
El suceso más importante en estos últimos años ha sido el aumento de la tripulación permanente de tres a seis personas a partir de mayo de 2009, lo que ha traído consigo un incremento en la producción de naves Soyuz y Progress (cuatro y seis unidades al año, respectivamente). Además, Rusia ha lanzado a la ISS dos nuevos módulos: Poisk (MRM-2, 2009) y Rassvyet (MRM-1, 2010). Pequeños, sin duda, pero se trata de la primera contribución rusa a la construcción de la estación desde 2001. Hace apenas cinco años, muchos analistas dudaban de la viabilidad de estos módulos.
El segmento ruso de la ISS en la actualidad (NASA).
El segmento ruso de la ISS en 2015 (RKK Energía).
Todo muy bonito, ¿pero qué tiene pensado hacer Rusia con la ISS en el futuro? Si me permiten, usaré este nuevo documento de Energía como referencia para hablar del tema. En líneas generales, los planes rusos no han cambiado significativamente. Rusia quiere lanzar cuatro nuevos módulos de aquí a 2015: MLM (2012), UM, SPM-1 y SPM-2. Con la excepción del UM -un pequeño módulo de acoplamiento que será lanzado por un Soyuz-U-, los otros son tres grandes naves que requerirán el uso de un cohete Protón.
Vuelos a la ISS según las previsiones de hace un año, antes de la cancelación del Proyecto Constellation. El transbordador volará en 2011. (RKK Energía).
El MLM (Multipurpose Laboratory Module, en ruso МЛМ, Многофункциональный лабораторный модуль), bautizado como Nauka ("ciencia") que en principio debía despegar en 2011, tendrá una masa de 20,7 toneladas, 70 metros cúbicos de espacio interno y sus paneles generarán 5,5 kW. Se trata en realidad del FGB-2, construido por la empresa Khrúnichev como reserva para Zaryá (FGB, el primer módulo de la ISS). MLM se convertirá en el único módulo del segmento ruso dedicado casi exclusivamente a la investigación, pues los demás componentes se ocupan de tareas logísticas. MLM se acoplará al puerto nadir de Zvezdá, donde actualmente se encuentra Pirs. Por este motivo, Pirs se separará previamente mediante una nave Progress y se destruirá en la atmósfera. Los SPM-1 y SPM-2 (Science Power Module, en ruso Научно-энергетический модуль, НЭМ) son módulos gemelos con paneles solares capaces de generar 48 kW cada uno. Esta potencia permitirá la autonomía energética del segmento ruso, actualmente dependiente de los paneles norteamericanos. Tendrán una masa de 20 toneladas y se unirán al MLM gracias al pequeño módulo UM, de cuatro toneladas. Serán lanzados en 2014 y 2015, aunque lo cierto es que todavía no hemos podido ver el diseño final de estas unidades.
El MLM, que debe ser lanzado en 2012 (RKK Energía).
Módulos rusos de la ISS (RKK Energía).
Debido a la retirada del transbordador y la cancelación del Programa Constellation, los países socios en el proyecto de la ISS han acordado ampliar la vida útil de la estación hasta 2020. Pero Rusia no ve claro el futuro de la estación más allá de esta fecha, así que ya ha comenzado a desarrollar su "plan B" para mantener una presencia permanente en el espacio. Este plan se denomina OPSEK y consiste en una estación espacial 100% rusa construida a partir del MLM y los dos SPM. Incluso si el OPSEK no ve finalmente la luz, los SPM permitirán la independencia energética del segmento ruso. Para Roskosmos se trata de un asunto muy importante desde un punto de vista estratégico, ya que el acuerdo con la NASA para suministrar energía finaliza en 2015. No es casualidad que la agencia espacial rusa se haya empeñado en lanzar los SPM antes de esa fecha: un segmento ruso totalmente independiente les permitirá negociar desde una posición de fuerza el incremento en el precio de otros servicios, como puede ser el transporte de cosmonautas en la Soyuz o las maniobras de elevación de la órbita de la ISS por parte de las Progress. Con respecto a este último punto, Roskosmos quiere elevar la órbita media de la estación hasta los 415 km -en vez de los 350 km actuales- con el fin de reducir el rozamiento atmosférico y la cantidad de combustible necesaria para mantener la estación en órbita. Una vez retirado el shuttle, la elevación de la órbita no supondría ningún problema logístico.
Posible configuración del OPSEK con los módulos Zvezdá, MIM-2, MLM, NEM y UMB (Novosti Kosmonavtiki).
Además del OPSEK, Rusia también desea la independencia en materia de telecomunicaciones. Actualmente, sólo el sistema de satélites geoestacionario TDRSS (Tracking and Data Relay Satellite System) de la NASA permite mantener una comunicación constante con la ISS durante 24 horas. El control de tierra ruso, el TsUP, sólo puede comunicarse con la estación cuando ésta sobrevuela las estaciones de seguimiento rusas. Por este motivo, Roskosmos quiere resucitar el sistema de satélites Luch ("rayo") equivalente al TDRSS. Este sistema, desarrollado en tiempos de la URSS, fue abandonado a finales de los 90 durante la Gran Depresión económica que azotó al país. En un principio se lanzarán dos satélites de nueva generación cosntruidos por ISS Reshetnyov, Luch-5A (situado en los 16º oeste de la GEO) y el Luch-5B (95º este).
La nueva generación de satélites geoestacionarios Luch (derecha) deberá proporcionar a Rusia la independencia en comunicaciones (RKK Energía).
En 2015 se espera el primer lanzamiento no tripulado de la nueva nave rusa, la PPTS o PTK-NP. Esta nave, con capacidad para seis cosmonautas, deberá ser lanzada mediante un cohete Rus-M desde el nuevo cosmódromo de Vostochni. En 2018 tendría lugar el primer lanzamiento tripulado. El programa PPTS es hoy por hoy el plan más ambicioso del programa espacial ruso, aunque persisten muchas dudas sobre su viabilidad económica. Pese a que aún se desconoce el diseño final, RKK Energía parece que apostará finalmente por un sistema de aterrizaje híbrido para esta nave. En un principio se debían emplear exclusivamente cohetes de combustible sólido para esta tarea, pero al final la empresa se ha decidido por un diseño mixto más conservador que incluye una combinación de paracaídas y cohetes.
La nueva nave PPTS (PTK-NP) (RKK Energía).
Lanzador Rus-M de TsSKB Progress (RKK Energía).
Con todo, la principal contribución rusa a la estación continuarán siendo las naves Soyuz y Progress, construidas por RKK Energía. Injustamente denominadas por los medios de comunicación como simples "vehículos de rescate" (Soyuz) o "naves de carga" (drone ships), constituyen un esfuerzo aeroespacial de primer orden. Actualmente, ninguna nación es capaz de lanzar más de diez de estos vehículos hasta la ISS cada año. Sin ellas, la estación no sería más que un juguete inútil. Carísimo, pero totalmente inútil.
En líneas generales los planes rusos son relativamente modestos, pero realistas. Si Rusia sabe jugar sus cartas y la situación económica acompaña, en los próximos diez años podría consolidarse como la primera potencia en viajes espaciales tripulados, incluso por delante de Estados Unidos y China.
La Soyuz TMA-M se acerca a la ISS. Se trata de la última generación de la venerable nave rusa (NASA).
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