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Saturday, November 6, 2010

Feliz Día de Sagan

De forma más o menos oficiosa, hoy se celebra en todo el mundo el Segundo Día de Carl Sagan. Es la segunda vez que tiene lugar esta iniciativa, aunque existen otras similares organizadas por multitud de asociaciones e individuos a lo largo del año. Lo lógico es que el Día de Sagan coincidiese con su cumpleaños (9 de noviembre), pero en cualquier caso no deja de ser una buena ocasión para recordar la obra de este genial personaje.

Carl Sagan inculcó a varias generaciones de jóvenes -y no tan jóvenes- el amor por la ciencia y la curiosidad permanente. Nos enseñó que el universo es un lugar maravilloso y que la ciencia es la mejor y única herramienta que poseemos para entenderlo. Sagan era consciente de que vivimos en un momento crítico de la historia de la Humanidad en el que nuestra supervivencia depende en buena parte de nuestros conocimientos científicos.

Carl fue una combinación única: no solo era un científico de prestigio y un magnífico divulgador, sino que además destacaba como escritor y presentador televisivo. Aunque Cosmos lo catapultó a la fama a principios de los 80, Sagan ya era por entonces un divulgador consagrado que había ganado el premio Pulitzer en 1978 gracias a Los dragones del Edén. Porque, a diferencia, de otros divulgadores populares, Sagan destacó por la variedad y profundidad de su obra escrita. Sí, Cosmos era -y es- una serie maravillosa, pero sus libros lo son aún más. Ese espíritu curioso, inquisitivo y dialogante que hizo popular al Sagan de Cosmos ya se puede encontrar en La conexión cósmica, una de sus primeras obras de divulgación publicada en 1973. Mientras otros investigadores tienen reparos en divulgar cualquier cosa que no sea su especialidad, Sagan escribía con pasión sobre todo aquello que encontraba interesante. Los dragones del Edén, por ejemplo, es una obra dedicada a la evolución humana, un tema del que muy pocos astrónomos se atreverían a escribir.

El Día de Sagan es por tanto una buena excusa para que te animes a leer alguna de sus obras o, si ya las has devorado todas, para que las recomiendes a tus amistades. Más que nunca, Sagan es una luz de esperanza en medio de la oscuridad anticientífica. No dejemos que la luz se apague.

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