En este año que celebramos el 50º aniversario del primer viaje tripulado al espacio, ¿a quién no le gustaría tener una nave Vostok en el salón de su casa? Pues ahora puedes hacer tu sueño realidad, porque Sotheby's va a subastar una cápsula Vostok (SA, Spuskaemi Apparat, "aparato de descenso") el próximo 12 de abril -como no podía ser de otra forma- por el módico precio de 2-10 millones de dólares. ¿A qué esperas?
Cápsula SA de la Vostok 3KA-2 que se subasta en Sotheby's (Reuters).
La cápsula subastada fue adquirida en Rusia por un comprador anónimo hace ya muchos años. Se trata de la Vostok 3KA nº 2, más conocida en Occidente como Korabl-Sputnik 5 o Sputnik 10. Esta nave despegó el 25 de marzo de 1961 a las 08:25 hora de Moscú desde el cosmódromo de Baikonur con la perrita Zvyózdochka ("estrellita") en su interior. Regresaría poco después sana y salva a la Tierra, allanando el terreno para la histórica misión de Yuri Gagarin, que tendría lugar menos de tres semanas después. La perrita se llamaba originalmente Dimka o Tuchka, pero cuenta la leyenda que fue el propio Gagarin el que decidió bautizar al can con un nombre más apropiado para su histórica misión. Antes del despegue, Yuri Gagarin y Gherman Titov aprovecharon la oportunidad para ensayar la colocación de sus escafandras Sokol SK-1 y el acceso a la nave en la plataforma de lanzamiento.
Zvyózdochka, la tripulante de la 3KA-2.
Las perritas cosmonautas. De izqda. a dcha.: Strelka, Chernushka, Zvyózdochka y Belka.
Strelka (izquierda), Zvyózdochka (centro, al fondo), Belka y Chernushka rodeadas por los cachorros de Strelka.
Monumento a Zvyózdochka.
Los seis cosmonautas de vanguardia del programa Vostok observaron el despegue de la Vostok 3KA-2, con la excepción de Pável Popóvich, que permaneció en el búnker de lanzamiento junto a Serguéi Korolyov y Nikolái Kamanin para probar las comunicaciones con la nave de cara a la misión de Gagarin. El propio Yuri contemplaría el lanzamiento con enorme emoción, preludio de lo que estaba por llegar.
Además de Zvyózdochka, dentro de la 3KA nº 2 viajaron también numerosos animales más pequeños (ratas, insectos, etc.) y, por segunda vez, el maniquí Iván Ivanovich vestido con el traje SK-1. Durante la misión, Iván llevaba conectado al sistema de comunicaciones del traje una grabación con las voces del coro Piatnitski y una receta de schi (sopa de col). De esta forma, se lograron dos objetivos. Por un lado, se pudo comprobar el funcionamiento de las comunicaciones en condiciones reales. Por otro lado, los planificadores de la misión se echaron unas risas pensando en la cara que pondrían los miembros de los servicios de inteligencia estadounidenses al interceptar las transmisiones. En esta ocasión el maniquí lucía una cabeza nueva y un cartel en la "cara" con la inscripción MAKET ("maniquí") para evitar que se pudiera confundir con un ser humano. Aunque de poco sirvió, porque durante el regreso, el asiento eyectable se separó de la cápsula con el maniquí y el bueno de Iván terminó en el suelo tendido bajo una espesa capa de nieve hasta que llegó el equipo de rescate al día siguiente. Los aldeanos de Bolshaya Sosnovka, en la región de Perm, entraron en cólera al ver cómo ningún miembro del equipo de rescate se apresuraba a socorrer al pobre Iván, pensando que se trataba de un piloto derribado. Ante la insistencia de los campesinos, el equipo de rescate decidió enseñar a un representante del pueblo la verdadera naturaleza de Iván, tras lo cual los ánimos se calmaron.
Ya ven, la Vostok 3KA nº 2 no es un simple pedazo de metal. Tiene una historia que contar. Y por eso creo que es una verdadera vergüenza que un tesoro de la conquista del espacio sea vendido al mejor postor -literalmente- en vez de estar donde se merece, en un museo a la vista de todo el mundo.
Cápsula SA de la Vostok 3KA-2 que se subasta en Sotheby's (Reuters).
La cápsula subastada fue adquirida en Rusia por un comprador anónimo hace ya muchos años. Se trata de la Vostok 3KA nº 2, más conocida en Occidente como Korabl-Sputnik 5 o Sputnik 10. Esta nave despegó el 25 de marzo de 1961 a las 08:25 hora de Moscú desde el cosmódromo de Baikonur con la perrita Zvyózdochka ("estrellita") en su interior. Regresaría poco después sana y salva a la Tierra, allanando el terreno para la histórica misión de Yuri Gagarin, que tendría lugar menos de tres semanas después. La perrita se llamaba originalmente Dimka o Tuchka, pero cuenta la leyenda que fue el propio Gagarin el que decidió bautizar al can con un nombre más apropiado para su histórica misión. Antes del despegue, Yuri Gagarin y Gherman Titov aprovecharon la oportunidad para ensayar la colocación de sus escafandras Sokol SK-1 y el acceso a la nave en la plataforma de lanzamiento.
Zvyózdochka, la tripulante de la 3KA-2.
Las perritas cosmonautas. De izqda. a dcha.: Strelka, Chernushka, Zvyózdochka y Belka.
Strelka (izquierda), Zvyózdochka (centro, al fondo), Belka y Chernushka rodeadas por los cachorros de Strelka.
Monumento a Zvyózdochka.
Los seis cosmonautas de vanguardia del programa Vostok observaron el despegue de la Vostok 3KA-2, con la excepción de Pável Popóvich, que permaneció en el búnker de lanzamiento junto a Serguéi Korolyov y Nikolái Kamanin para probar las comunicaciones con la nave de cara a la misión de Gagarin. El propio Yuri contemplaría el lanzamiento con enorme emoción, preludio de lo que estaba por llegar.
Además de Zvyózdochka, dentro de la 3KA nº 2 viajaron también numerosos animales más pequeños (ratas, insectos, etc.) y, por segunda vez, el maniquí Iván Ivanovich vestido con el traje SK-1. Durante la misión, Iván llevaba conectado al sistema de comunicaciones del traje una grabación con las voces del coro Piatnitski y una receta de schi (sopa de col). De esta forma, se lograron dos objetivos. Por un lado, se pudo comprobar el funcionamiento de las comunicaciones en condiciones reales. Por otro lado, los planificadores de la misión se echaron unas risas pensando en la cara que pondrían los miembros de los servicios de inteligencia estadounidenses al interceptar las transmisiones. En esta ocasión el maniquí lucía una cabeza nueva y un cartel en la "cara" con la inscripción MAKET ("maniquí") para evitar que se pudiera confundir con un ser humano. Aunque de poco sirvió, porque durante el regreso, el asiento eyectable se separó de la cápsula con el maniquí y el bueno de Iván terminó en el suelo tendido bajo una espesa capa de nieve hasta que llegó el equipo de rescate al día siguiente. Los aldeanos de Bolshaya Sosnovka, en la región de Perm, entraron en cólera al ver cómo ningún miembro del equipo de rescate se apresuraba a socorrer al pobre Iván, pensando que se trataba de un piloto derribado. Ante la insistencia de los campesinos, el equipo de rescate decidió enseñar a un representante del pueblo la verdadera naturaleza de Iván, tras lo cual los ánimos se calmaron.
Ya ven, la Vostok 3KA nº 2 no es un simple pedazo de metal. Tiene una historia que contar. Y por eso creo que es una verdadera vergüenza que un tesoro de la conquista del espacio sea vendido al mejor postor -literalmente- en vez de estar donde se merece, en un museo a la vista de todo el mundo.
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