Titán es el único mundo del Sistema Solar aparte de la Tierra con lagos y mares en su superficie. Pero, a diferencia de sus hermanos terrestres, están formados por metano y etano en vez de agua. Se supone que en Titán el metano juega un papel similar al del agua en el ciclo hidrológico terrestre, pero hasta ahora los científicos no habían encontrado evidencias directas de la existencia de lluvia de metano en latitudes medias. Los lagos de metano sólo se encuentran en las regiones polares, mientras que el resto de la superficie del satélite está cubierta por desiertos con dunas de hidrocarburos. Sin embargo, las imágenes que tomó la sonda europea Huygens durante el descenso a través de la atmósfera mostraban canales formados aparentemente por la acción de líquidos. ¿La lluvia en estas latitudes era cosa del pasado? ¿Estaba Titán pasando por un periodo de sequía? Todo un misterio.
Representación artística de la lluvia en Titán (Mark Garlick/NASA).
Nubes ecuatoriales de metano en Titán vistas el 18 de octubre de 2010, después del equinoccio (NASA).
Hasta hoy. El equipo de la sonda Cassini ha publicado en la revista Science pruebas de la existencia de lluvias estacionales en las latitudes medias del satélite. La primavera llegó al hemisferio sur en 2009 -las estaciones en Titán duran siete años- y los científicos han podido ahora comparar las imágenes más recientes con las tomadas en 2005. Parece ser que las temperaturas superficiales en Titán cambian rápidamente según las variaciones estacionales de la iluminación solar, mientras que la atmósfera sufre un ajuste más lento. Esta diferencia de temperaturas es importante a la hora de explicar los patrones de circulación del viento y los procesos de formación de nubes.
La primera tormenta primaveral del hemisferio sur de Titán apareció el 27 de septiembre de 2010, moviéndose hacia el este. Poco después se pudo observar en las imágenes de la Cassini como las dunas de región de Belet se habían oscurecido un 10%, presumiblemente por la acción de la lluvia de metano. Estamos hablando de una región de 500000 kilómetros cuadrados que se ha visto afectada repentinamente por los efectos de una tormenta. Está claro que en Titán las lluvias primaverales son torrenciales.
Tormenta ecuatorial aparecida en septiembre de 2010 (NASA).
Cambios producidos por la lluvia de metano en el campo de dunas de Belet, Titán. A: 2007. B: septiembre 2010, cuando apareció la tormenta. C: octubre de 2010, después de la tormenta. D: finales de octubre de 2010. E: enero de 2011 (NASA).
Cambios producidos por la lluvia en la región de Adiri. A: 2007. B y C: enero de 2011, con 15 horas de diferencia (NASA).
Formaciones de nubes sobre los mares del hemisferio norte en septiembre de 2009 (NASA).
Aún está por demostrar que estas tormentas sean las causantes de los canales observados por la Huygens, aunque es más que posible. Estas lluvias parecen confirmar el modelo según el cual la presencia de nubes de metano en latitudes medias se limita a los equinoccios. Durante el resto del "año titánico" (27 años terrestres), las nubes aparecen casi exclusivamente en las regiones polares. Estos resultados convierten a Titán en uno de los mundos más fascinantes del Sistema Solar, un mundo que merece ser explorado.
Las complejas reacciones químicas que tienen lugar en la atmósfera de Titán.
Representación artística de la lluvia en Titán (Mark Garlick/NASA).
Nubes ecuatoriales de metano en Titán vistas el 18 de octubre de 2010, después del equinoccio (NASA).
Hasta hoy. El equipo de la sonda Cassini ha publicado en la revista Science pruebas de la existencia de lluvias estacionales en las latitudes medias del satélite. La primavera llegó al hemisferio sur en 2009 -las estaciones en Titán duran siete años- y los científicos han podido ahora comparar las imágenes más recientes con las tomadas en 2005. Parece ser que las temperaturas superficiales en Titán cambian rápidamente según las variaciones estacionales de la iluminación solar, mientras que la atmósfera sufre un ajuste más lento. Esta diferencia de temperaturas es importante a la hora de explicar los patrones de circulación del viento y los procesos de formación de nubes.
La primera tormenta primaveral del hemisferio sur de Titán apareció el 27 de septiembre de 2010, moviéndose hacia el este. Poco después se pudo observar en las imágenes de la Cassini como las dunas de región de Belet se habían oscurecido un 10%, presumiblemente por la acción de la lluvia de metano. Estamos hablando de una región de 500000 kilómetros cuadrados que se ha visto afectada repentinamente por los efectos de una tormenta. Está claro que en Titán las lluvias primaverales son torrenciales.
Tormenta ecuatorial aparecida en septiembre de 2010 (NASA).
Cambios producidos por la lluvia de metano en el campo de dunas de Belet, Titán. A: 2007. B: septiembre 2010, cuando apareció la tormenta. C: octubre de 2010, después de la tormenta. D: finales de octubre de 2010. E: enero de 2011 (NASA).
Cambios producidos por la lluvia en la región de Adiri. A: 2007. B y C: enero de 2011, con 15 horas de diferencia (NASA).
Formaciones de nubes sobre los mares del hemisferio norte en septiembre de 2009 (NASA).
Aún está por demostrar que estas tormentas sean las causantes de los canales observados por la Huygens, aunque es más que posible. Estas lluvias parecen confirmar el modelo según el cual la presencia de nubes de metano en latitudes medias se limita a los equinoccios. Durante el resto del "año titánico" (27 años terrestres), las nubes aparecen casi exclusivamente en las regiones polares. Estos resultados convierten a Titán en uno de los mundos más fascinantes del Sistema Solar, un mundo que merece ser explorado.
Las complejas reacciones químicas que tienen lugar en la atmósfera de Titán.
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