Hoy se cumplen dos años del aterrizaje (no titanizaje, por favor) de la sonda europea Huygens en la superficie del mundo más interesante del Sistema Solar junto a la Tierra, Marte y Europa. Un mundo con atmósfera, nubes y lagos, aunque con una temperatura superficial de -179ºC. En su momento dimos la debida referencia al primer aniversario del acontecimiento, pero no se asusten, que no pienso darles la brasa conmemorando cada efeméride de esta sonda, que al fin y al cabo no se trata de El Profeta.
Me sirve esta fecha como excusa para hacer una reflexión sobre Titán: al comienzo de la misión Cassini-Huygens, todo el mundo esperaba con ansiedad el aterrizaje de la sonda para poder comprobar de una vez por todas si existían los tan esperados lagos y océanos de metano. Tras los sobrevuelos originales de la Cassini y el aterrizaje de la propia Huygens se extendió entre el gran público una cierta decepción, pues los océanos de metano no se veían por ninguna parte. Sin embargo, Titán ha resultado ser una verdadera caja de sorpresas y a medida que la Cassini sobrevolaba esta luna y se interpretaban sus datos y los de la Huygens, el interés por Titán no ha parado de crecer. Efectivamente, finalmente sí que existen lagos de metano sobre la superficie, así como otras estructuras que revelan la presencia de líquidos. Con cada nuevo sobrevuelo de la Cassini, Titán se vuelve más y más complejo. Como muestra, aquí está esta imagen obtenida mediante radar en la que se ven unas formaciones que parecen cráteres de impacto, pero que en realidad podrían ser algún tipo de caldera volcánica:
Sin duda nos esperan muchas sorpresas por parte de la Cassini, pues Titán guarda aún muchos misterios.
Arriba: mapa de Titán con las estructuras visibles y regiones más importantes. Como se puede ver, las "manchas" brillantes (fáculas) han sido bautizadas con nombres de islas volcánicas de la Tierra (a ver si se enrollan y ponen alguna de las Canarias...)
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