La NASA está considerando construir un nuevo cohete para su Programa Constellation de retorno a la Luna. Dicho cohete, provisionalmente denominado Ares IV, consistiría en una primera etapa del Ares V combinada con una segunda etapa del Ares I. Su función sería mandar a la nave Orión en misiones circumlunares (no de aterrizaje) a finales de la siguiente década. Y es que son muchos en la NASA los que temen que el Ares V, si es que alguna vez es aprobado, no estará listo en esas fechas para cumplir con el calendario lunar de la agencia americana. Personalmente me parece un desatino absoluto: si construir dos cohetes en vez de uno (DIRECT) es ya una mala opción, decantarse por tres es una locura, especialmente si tenemos en cuenta que la única función de este nuevo vector es repetir el éxito de la misión Apolo 8 (1968), algo que se puede hacer perfectamente usando el Ares I y una etapa propulsora (que puede ponerse en órbita baja con el propio Ares I o con otro lanzador). Va a tener razón Mark Wade cuando dice que el único objetivo de este desatino es mantener en su puesto a los trabajadores que construyen el tanque externo del transbordador (y que construirán la segunda etapa del Ares I y la primera del Ares V).
Lo gracioso del caso es que, con la financiación adecuada, los rusos podrían lanzar en pocos años una Soyuz modificada alrededor de la Luna sin necesidad de construir ningún cohete nuevo.
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