No soy muy aficionado yo a las noticias de sucesos, pero ésta es una excepción: la astronauta de la NASA Lisa Nowak, de 43 años, separada y con tres hijos, se enamoró de otro compañero suyo, William Oefelein. Hasta ahí todo normal. Pero resulta que otra mujer también competía por los favores del macho espacial, Colleen Shipman, Capitana de la Fuerza Aérea que trabaja como ingeniero en la base Patrick. Para resolver este triángulo amoroso, Nowak, ni corta ni perezosa, decidió seguir a Shipman a su llegada al aeropuerto de Orlando. Disfrazada y armada con un rociador de pimienta y un cuchillo intentó secuestrarla en el aparcamiento. Shipman pudo escapar, pero ahora la acusación dice que también pensaba matarla. Ni que decir tiene que ha sido suspendida provisionalmente del cuerpo de astronautas. Al menos pudo ir al espacio en la misión STS-121 el año pasado. Vamos, que ni a los guionistas del CSI Miami se les hubiese ocurrido algo mejor. ¿Dónde está Horatio cuando se le necesita?
Lisa durante la misión STS-121 el pasado verano.
William Oefelein, el vértice del triángulo.
Update: leyendo la noticia, me entero que Lisa Nowak llevaba pañales durante el viaje hasta el aeropuerto, para así no tener que perder tiempo yendo al servicio: se ve que la experiencia en el uso de trajes espaciales le fue útil.
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