Pero parece que los soviéticos fueron más allá a la hora de asegurar la destrucción del enemigo. Si un primer ataque norteamericano decapitaba la cúpula soviética junto con los centros de control alternativos, un sistema automático se encargaría de lanzar los misiles intercontinentales sin intervención humana. El nombre de este sistema era Perimetr, no en vano apodado Myortvaya Ruka ("mano muerta"), y consistía en una red de sensores -sísmicos, de radiación y de presión atmosférica- que se activarían en caso de que la URSS sufriese numerosas explosiones nucleares, síntoma de que la madre patria había sido víctima de una guerra nuclear. El sistema debía ser activado previamente por un oficial de alto rango y según algunas versiones utilizaría algunos misiles modificados (15A11) como retransmisores de órdenes de ataque a otros sistemas automáticos dispersos por el territorio soviético. El sistema no se hubiese limitado a lanzar los misiles a las primeras de cambio una vez activado, sino que tenía una serie de salvaguardas para evitar una guerra por accidente. En realidad, la orden de ataque definitiva estaría en manos humanas, pues la principal misión de Perimetr era transmitir la autorización de lanzamiento a las tripulaciones supervivientes encargadas de los silos, saltándose todos los protocolos de seguridad normales.
Si Perimetr fue realmente activado o no a mediados de los 80 es aún es objeto de discusión, pero lo cierto es que, como mínimo, la URSS planeó construir un sistema de estas características. Pero lo realmente intrigante es que hoy en día la "Mano Muerta" podría estar aún en servicio, esperando pacientemente a ser activada para ejecutar su misión final.

Misil 15A11 basado en el MR-UR100U de KB Yuzhnoe. Debía emplear un sistema de comunicaciones para transmitir ordenes de lanzamiento a otras unidades. Según algunas fuentes, formaría parte del sistema Perimetr (Raketa Tekhnika).
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