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Saturday, January 16, 2010

Mi experiencia con el Kindle

Para muchos españoles, estas navidades fueron el año de los lectores de libros electrónicos como regalo estrella. En mi caso, el regalo fue un Kindle 2 de Amazon. La elección no fue excesivamente complicada dado el poco número de marcas de calidad existentes en el mercado. Tras probar personalmente algunos modelos como el Sony PRS-700 o el Papyre me decidí finalmente por el Kindle. Si me decanté por el modelo de Amazon fue por la facilidad de su compra (en Amazon.com, obviamente) y la posibilidad de comprar libros en cualquier momento y lugar a través de la whispernet. Es cierto que la mayoría de libros electrónicos que poseo no los he "comprado", pero esta opción me parece muy útil y puedo testificar que funciona de maravilla. Ahora también está disponible el Kindle DX, pero su precio me parece excesivo, por no hablar de que probablemente sea un tanto incómodo de transportar debido a su gran tamaño.

Es cierto que quizás para la mayoría de clientes potenciales el lector de Sony podría ser la mejor opción (no el Papyre, que desgraciadamente no me ha convencido para nada), gracias a la posibilidad de usar tarjetas SD (el Kindle viene con la memoria interna) y otras características favorables, pero en mi caso uso el lector como eso mismo, un lector, y prefiero dejar el ordenador/disco duro como "estantería" principal para mis libros. Cuestión de gustos, supongo.

Para aquellos que se estén pensando comprar un aparato de éstos, un consejo de sabiduría infinita...¿preparados?, ahí va: el lector de libros electrónicos sirve para leer, nada más (bueno y escuchar música, pero no es el objetivo principal). Aunque pueda parecer una obviedad como la copa de un pino, conozco mucha gente que se ha comprado un lector de e-books sólo para dejarlo aparcado junto a la PDA y otros gadgets que han estado de moda en estos años. La gente que lee muchos libros al mismo tiempo encontrará que los lectores son una maravilla, pero aquéllos que lean principalmente páginas o artículos en la red, o compren un libro muy esporádicamente, apenas le sacarán partido al cacharro, a no ser que viajen mucho. En este caso, sin duda lo mejor es usar un netbook o un portátil.

Desde que tengo el Kindle leo más (libros) y en lugares más insospechados. Es muy cómodo y soporta bastantes formatos, aunque menos que otros lectores. Pero por este lado no hay problema: con Calibre puedes convertir cualquier formato posible a uno que lea tu Kindle. Si se trata de leer en pdf, menos problema aún, ya que sólo tienes que arrastrar el archivo hasta el dispositivo (en este caso, un consejo: asegúrate que el firmware está actualizado a la versión 2.3, porque es posible que te venga instalado de fábrica el 2.2 y no puedas leer pdf hasta que lo actualices, que es precisamente lo que me pasó a mí, causándome un gran desconcierto inicial).

La lectura de tinta electrónica es una experiencia muy agradable, al igual que la enorme duración de la batería (unas dos semanas, siempre que desconectes la whispernet). También me ha parecido que la ergonomía del aparato es superior a la de la competencia y me ha gustado especialmente la opción de lectura en voz alta (sólo funciona en inglés). Por otro lado, debo reconocer que me cuesta adaptarme a pensar en la lectura en términos de porcentajes o localizaciones en vez de páginas (aunque si lees en pdf no tendrás este "problema").

Pero no todo son maravillas: el Kindle no soporta de forma directa y sencilla fuentes de otros idiomas, algo que a la mayoría de usuarios le resultará indiferente, pero que a mí me molesta bastante. Si quieres leer en chino, ruso o japonés, mejor hacerlo en pdf. Francamente no entiendo este retraso en un producto que se supone internacional.

Otro problema no tiene que ver con el lector, sino con los libros electrónicos. Como todos sabemos, prácticamente no hay opción de comprar e-books en español, por mucho que uno busque. La red se ha llenado de comentarios y artículos sobre lo equivocada de la postura de las editoriales españolas y su muerte inminente en caso de no adaptarse al "nuevo mundo" del e-book. Aunque comparto el fondo de las críticas, pienso que muchos confundimos lo que nos gustaría que hiciesen las editoriales con lo que les es rentable (igualmente, tengo la impresión que las editoriales y librerías confunden lo que les gustaría que ocurriese con la realidad). Probablemente el problema se basa en que en España hay dos tipos de lectores: una minoría que lee mucho -pero mucho, mucho- y una enorme mayoría que no lee nada en absoluto o apenas compra uno o dos libros al año. El mercado lucrativo, más que nos pese, está en este último sector, así que supongo que las editoriales saben que pueden seguir exprimiendo beneficios de este tipo de clientes, ya que es muy poco probable que una persona que lea un libro al año se compre un lector de e-books. También me imagino que habrán echado cuentas sobre los tipos de obras que más se venden: bestsellers, libros de fotos (coffee-table books), de autoayuda o chorradas similares, infantiles y libros de texto. Salvo en el caso de los bestsellers, dudo mucho que la implantación del e-book en el resto de sectores sea inmediata. E incluso en este caso, siempre queda mejor presentarse en una fiesta de cumpleaños con un libro físico que decir "ya te mandé por mail el libro que te he regalado", aunque sea sólo por la duda acerca de si el libro ha sido "comprado" de verdad. En fin, que es posible que las editoriales españolas se equivoquen, sí, pero no creo que sean imbéciles. Además, si se empeñan en que leamos gratis, pues hombre, tampoco es cuestión de hacerles el feo.

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