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Friday, October 22, 2010

¿El fin de la época dorada de la NASA?

Nunca antes habíamos tenido a nuestra disposición tantos datos de misiones espaciales y ello se debe en gran medida a los más de diez telescopios de la NASA que actualmente están en órbita. La NASA se ha convertido en esta última década en el líder indiscutible de la astronomía espacial. Sin embargo, puede que esta situación esté a punto de cambiar. ¿Estamos ante el final de la edad de oro de la NASA?

El gran número de misiones actuales se debe a la combinación de varias decisiones que se tomaron hace más de una década. Como es de sobras conocido, planificar y desarrollar una misión espacial lleva años. La mayoría de misiones actualmente en servicio fueron aprobadas hace más de una década, cuando el entonces administrador de la NASA Daniel Goldin introdujo en la agencia la filosofía faster, better, cheaper. A raíz de esta iniciativa, se cancelaron una serie de misiones altamente costosas para dar cabida a otras más baratas y menos ambiciosas. Fue entonces cuando se desarrolló la clasificación de misiones según su coste siguiendo tres categorías: Discovery (menos de 400 millones de dólares), New Frontiers (400-800 millones) y Flagship (800-5000 millones). Aunque no estuvo exenta de problemas, esta estrategia permitió sacar adelante numerosos proyectos. Pero si echamos un vistazo a la siguiente gráfica, podemos ver que esta "época maravillosa" está a punto de finalizar:


Algunas misiones espaciales astronómicas de la NASA, JAXA y la ESA (fuente).

Antes de nada, para entender este esquema debemos resaltar que los observatorios Integral (rayos gamma), XMM-Newton (rayos X), Herschel (infrarrrojo lejano) y Planck (microondas) son en realidad misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA). Tampoco es una lista exhaustiva, pues no aparecen misiones como los telescopios solares STEREO o SDO. Por otro lado, la NASA finalizó hace poco las operaciones científicas de la sonda Wilkinson (WMAP) para el estudio del fondo cósmico de microondas (CMB), una de las misiones más exitosas de todos los tiempos y que nos ha permitido averiguar -entre otras cosas- la proporción de materia y energía oscuras que existen en nuestro Universo. WMAP ha funcionado a la perfección durante nueve años, pero su pérdida no es especialmente grave, puesto que la sonda Planck de la ESA ya ha tomado el relevo en el estudio el CMB. Pero volviendo a la gráfica, es evidente que a partir de 2012-2014 vamos a tener a nuestra disposición un número significativamente menor de misiones espaciales. ¿Qué ha ocurrido?

La respuesta es simple: lo que ha "pasado" es el Programa Constellation y el telescopio espacial James Webb (JWST). Michael Griffin, el anterior administrador de la NASA, se vio obligado a sacrificar numerosas misiones científicas con el fin de sacar adelante el malogrado Programa Constellation. La NASA no tenía -y no tiene- un presupuesto lo suficientemente amplio como para mantener al mismo tiempo el transbordador espacial, la ISS, el Programa Constellation y una pléyade de misiones científicas. Había que hacer recortes para salvar al Constellation y se hicieron. Lamentablemente, al final el sacrificio no ha servido de nada, puesto que la administración Obama lo canceló a principios de año.



El alto coste del JWST ha obligado a cancelar muchas otras misiones astronómicas (NASA).

La única misión que Griffin no se atrevió a tocar fue el JWST, la vaca sagrada de la comunidad astronómica. Y no es que no lo intentara, porque durante unos meses el futuro de esta misión estuvo pendiente de un hilo. El problema es que el JWST ha resultado ser -¡oh, sorpresa!- mucho más caro y complejo de lo esperado. Su coste se estima que ya ha superado los 5000 millones de dólares...y sigue subiendo. Al fin y al cabo, todavía quedan cuatro años para que despegue a bordo de un Ariane V, así que hay tiempo de sobra para que aumente la factura.

La consecuencia inmediata del desvío de fondos hacia el Programa Constellation y el JWST ha sido la "congelación" -eufemismo de cancelación- de numerosas misiones espaciales. Desde mi punto de vista, el sacrificio más doloroso ha sido la misión TPF (Terrestrial Planet Finder). Por si la paralización de TPF fuese poco, la NASA ha anunciado recientemente el fin de SIM Lite. Sin estas dos misiones, la NASA -y la Humanidad con ella- renuncia a estudiar en profundidad los posibles planetas similares a la Tierra que puedan existir cerca del Sistema Solar.

¿Y qué hay del programa de sondas no tripuladas? La NASA seguirá siendo líder en este campo, sin duda, pero todo indica a que el número de sondas se reducirá durante la próxima década. La misión JEO (Jupiter-Europa Orbiter) será la gran apuesta de la agencia estadounidense para la exploración del Sistema Solar. Deberá despegar en 2020, pero mientras consumirá la mayor parte de recursos económicos dedicados a sondas espaciales cuyo destino no sea Marte. Y es que el planeta rojo continuará siendo el gran protagonista de la exploración no tripulada. La NASA mantendrá el programa de exploración marciano, pero con recortes. El año que viene veremos despegar el gigantesco rover Curiosity, la sonda más compleja jamás enviada a la superficie de otro mundo. Gracias a la unificación de los programas marcianos de la NASA y la ESA, en 2016 partirá la sonda europea ExoMars Trace Gas Orbiter (junto con el aterrizador EDM) para estudiar el metano marciano y, si los fondos lo permiten, la agencia estadounidense añadirá un orbitador propio con el fin de transmitir los datos de las futuras sondas de superficie. En caso de ser finalmente aprobados, en 2018 despegarán dos rovers marcianos, el ExoMars de la ESA y el MAX-C de la NASA. Pese a todo, todavía no está claro si serán lanzados conjuntamente o formarán parte de dos misiones distintas. El rover norteamericano podría servir como precursor para una misión de recogida de muestras.


Posible configuración de aterrizaje conjunto de ExoMars y MAX-C (NASA/ESA).

Como vemos, misiones no faltan, pero el plan de la NASA para los próximos diez años es poco ambicioso y un tanto difuso cuando lo comparamos con décadas anteriores. Por supuesto, no debemos olvidarnos de otras sondas como MAVEN, Juno o LADEE, así como de aquellas que aún están pendientes de aprobación.

Dicen que hay que tener cuidado con lo que deseas, porque se puede hacer realidad. Y eso es lo que ha sucedido con el JWST. La comunidad astronómica quería un telescopio gigante en el espacio y lo va a conseguir, a costa de cercenar el futuro de muchas otras misiones espaciales. Lo mismo se puede decir de JEO y su influencia negativa en otras sondas espaciales. ¿Habrán valido la pena los sacrificios?


Lista no exhaustiva de sondas y misiones astronómicas actualmente en servicio:
  • Lunar Reconnaissance Orbiter (NASA, 2009): orbitador lunar.
  • Chang'e 2 (China, 2010): orbitador lunar.
  • IBEX (NASA, 2008): estudio de la heliopausa.
  • Cluster (ESA, 2000): varios satélites para el estudio de la magnetosfera y el viento solar.
  • THEMIS (NASA, 2008): varios satélites para el estudio de la magnetosfera y el viento solar.
  • ACE (NASA, 1997): estudio del viento solar desde L1.
  • MESSENGER (NASA, 2004): sonda a Mercurio.
  • Venus Express (ESA, 2006): orbitador de Venus.
  • Akatsuki (JAXA, 2010): en camino hacia Venus.
  • IKAROS (JAXA, 2010): prototipo de vela solar interplanetaria.
  • Stardust (NASA, 2004): rebautizada NExT, sonda para el estudio de cometas.
  • Deep Impact (NASA, 2005): rebautizada EPOXI, sonda para el estudio de cometas.
  • Rosetta (ESA, 2004): sonda para el estudio de cometas.
  • Mars Odyssey (NASA, 2001): orbitador marciano.
  • Mars Express (ESA, 2003): orbitador marciano.
  • Mars Reconnaissance Orbiter (NASA, 2006): orbitador marciano.
  • MERs (NASA, 2004): los robots Spirit y Opportunity.
  • Dawn (NASA, 2007): estudio de asteroides.
  • Cassini (NASA, 1997): orbitador de Saturno.
  • New Horizons (NASA, 2006): estudio de Plutón y otros TNO.
  • Voyager 1 y 2 (NASA, 1977): actualmente, estudio de la heliopausa.
  • Hubble (NASA, ): telescopio orbital.
  • Spitzer (NASA, 2003): telescopio infrarrojo.
  • Kepler (NASA, ): telescopio en órbita solar para la búsqueda de planetas extrasolares.
  • CoRoT (ESA/CNES, 2006): telescopio para la búsqueda de planetas extrasolares.
  • Herschel (ESA, 2009): telescopio infrarrojo en L2.
  • Planck (ESA, 2009): telescopio de microondas en L2 para el estudio del CMB.
  • WISE (NASA, 2009): telescopio infrarrojo.
  • Akari (JAXA, 2006): telescopio infrarrojo.
  • Swift (NASA, 2004): telescopio de rayos gamma y rayos X.
  • SDO (NASA, 2010): telescopio solar.
  • Hinode (JAXA, 2006): telescopio solar. 
  • SOHO (ESA, 1996): telescopio solar en L1.
  • TRACE (NASA, 1998): telescopio solar.
  • STEREO A y B (NASA, 2006): dos telescopios para el estudio del Sol en órbita solar. 
  • RXTE (NASA, 1995): telescopio de rayos X.
  • RHESSI (NASA, 2002): estudio de los rayos X solares.
  • XMM-Newton (ESA, 1999): telescopio de rayos X.
  • Chandra (NASA, 1999): telescopio de rayos X.
  • Suzaku (JAXA, 2005). telescopio de rayos X.
  • GALEX (NASA, 2003): telescopio UV.
  • INTEGRAL (ESA, 2002): telescopio de rayos gamma.
  • Fermi (NASA, 2008): telescopio de rayos gamma.

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