La Agencia Espacial Europea (ESA) ha publicado una de esas imágenes multiespectrales que tanto me gustan. En esta ocasión la protagonista es la galaxia de Andrómeda (M31), el objeto más lejano que podemos ver a simple vista (situada a 2,5 millones de años luz). Obviamente, estamos acostumbrados a ver M31 en longitudes de onda de luz visible, pero esta vez podemos disfrutar de nuestra galaxia vecina en infrarrojo lejano gracias al telescopio espacial Herschel:
M31 en infrarrojo lejano vista por el Herschel (ESA).
No es la primera vez que observamos la curiosa estructura anillada de las nubes de polvo interestelar de esta galaxia, pero sí es la imagen infrarroja con mayor resolución obtenida hasta la fecha, gracias al espejo de 3,5 metros de diámetro del Herschel.
Otra imagen de M31 en infrarrojo, de menor resolución y a longitudes de onda más cortas, cortesía del telescopio espacial Spitzer (NASA).
Otra imagen de M31 en infrarrojo, en este caso por el telescopio WISE (NASA).
En el otro extremo de las frías temperaturas del polvo galáctico donde se forjarán nuevas estrellas tenemos las regiones que emiten profusamente en altas energías, como nos revela el telescopio espacial europeo XMM-Newton:
M31 en rayos X vista por el satélite XMM Newton (ESA).
La mayoría de estas zonas de emisión en altas energías se deben a sistemas binarios (discos de acreción alrededor de estrellas de neutrones o agujeros negros y ese tipo de cosas), ondas de choque de supernovas que calientan el gas interestelar o cúmulos de estrellas jóvenes. Como es de esperar, estas fuentes de rayos X se concentran en las regiones del centro galáctico, un vecindario estelar especialmente violento.
Imagen antigua de M31 en rayos X tomada por el telescopio Chandra de la NASA. Chandra tiene mayor resolución que el XMM Newton, pero menor sensibilidad (NASA).
Otra imagen de M31 en altas energías, aunque en este caso sólo en ultravioleta, gracias al satélite Swift de la NASA (NASA).
Si combinamos las dos imágenes tenemos una bella estampa de las regiones más energéticas y más frías de la mayor galaxia del Grupo Local:
M31 en infrarrojo lejano y rayos X (ESA).
Teniendo en cuenta que no podemos estudiar la Vía Láctea desde fuera, el estudio detallado de nuestras vecinas en diferentes longitudes de onda son esenciales para comprender la evolución galáctica y estelar de nuestro propio hogar.
M31 en diferentes longitudes de onda (ESA).
Herschel (ESA/Arianespace).
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