En el 1305, Miguel llamó a su presencia al cobasileo Roger para celebrar sus victorias. En pleno banquete, irrumpió en la sala un pelotón de alanos que lo asesinaron. Lo mismo le ocurriría a la escolta que Roger llevaba consigo y a destacamentos aislados que se encontraban en diversas ciudades del imperio. Toda una operación bien coordinada por el príncipe. Los almogávares supervivientes centrarían todo su potencial en una venganza sin piedad.
Miguel dispuesto a terminar su obra y conseguir la total eliminación de las huestes almogávares, formó un ejército y les persiguió por todo el imperio. Pero cada vez que se enfrentaban, no conseguían más que estrepitosas derrotas. Finalmente tras la última batalla en la que murieron más de 10.000 soldados bizantinos, el Príncipe decidió no volver a plantar batalla. Fueron dos años en los que los almogávares aprovecharon para efectuar razias por toda la Tracia y alrededores de Constantinopla.
Miguel dispuesto a terminar su obra y conseguir la total eliminación de las huestes almogávares, formó un ejército y les persiguió por todo el imperio. Pero cada vez que se enfrentaban, no conseguían más que estrepitosas derrotas. Finalmente tras la última batalla en la que murieron más de 10.000 soldados bizantinos, el Príncipe decidió no volver a plantar batalla. Fueron dos años en los que los almogávares aprovecharon para efectuar razias por toda la Tracia y alrededores de Constantinopla.
Así pues, los almogávares fueron un pueblo extranjero instalado en el corazón de bizancio y al que nadie era capaz de plantar cara. Las hordas iban saqueando ciudad tras ciudad, hasta que finalmente decidieron asentarse tras conquistar el ducado de Atenas y el ducado de Neopatria. Setenta y siete años permanecieron en estos territorios hasta que finalmente en 1388, la Compañía Navarra procedente también de la península ibérica, les arrebataron los ducados.
JF
No comments:
Post a Comment