Tras casi 18 años estudiando el viento solar, la sonda europea Ulises ha dejado de funcionar. La causa ha sido que la fuente de energía de la nave (RTG) ya no podía calentar los depósitos de combustible de hidracina (sí, ese combustible tan venenoso, el mismo). Sin el calor necesario, la hidracina se congela y la nave ya no puede mantener su orientación.
En octubre de 1990, Ulises fue lanzada durante la misión STS-41 con el objetivo de estudiar las regiones polares del Sol durante cinco años. Posteriormente se convertiría en la primera sonda espacial en entrar en una órbita solar polar, usando para ello la gravedad de Júpiter.
Ahora, Ulises seguirá orbitando alrededor del Sol en silencio. En 2098 volverá a pasar cerca de Júpiter, tras lo cual puede que sea expulsada del Sistema Solar y se una a la pequeña flota de sondas mensajeras de la Humanidad en el espacio interestelar.
Ulises abandona la bodega del Discovery en 1990 (NASA).
Ulises antes del lanzamiento de la STS-41 (NASA).
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