El Museo Nacional de Ciencias Emergentes e Innovación, Miraikan (未来館, "museo del futuro") para los amigos, es una de esas visitas imprescindibles cuando se viaja a Tokyo. Situado en el marco incomparable de la isla de Odaiba, ofrece al visitante un sinfín de atracciones y exposiciones científicas y tecnológicas que van desde las ciencias de la vida a la robótica. En mi doble condición de astrotrastornado y físico, lo que me más me impresionó fue la sección dedicada a la astronomía, astronáutica y física de partículas. La cámara de niebla y las sondas espaciales me dejaron en estado de shock.
Exterior del Miraikan.
La esfera "Geo-Cosmos".
El motor criogénico LE-7A de la primera etapa del cohete H-IIA.
Un tubo futumultiplicador del detector de neutrinos Super-Kamiokande.
Maqueta del módulo "Kibo" con los autógrafos de varios astronautas.
Maqueta de un penetrador de la malograda sonda Lunar-A.
"Roboses" varios.
Cuando pasé por allí a finales de agosto, tuve la oportunidad de ver una exposición temporal dedicada a los Pterosaurios denominada "Los señores del cielo en la época de los dinosaurios" (恐竜時代の空の支配者) y que por lo visto se trataba de la mayor exposición a nivel mundial de este tipo (no sé si es verdad, pero lo parecía).
El impresionante Quetzalcoatlus.
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