Pero como la esperanza es lo último que se pierde, está claro que las autoridades rusas han decidido cortar el asunto por lo sano. Si el Bulavá no puede lanzar cabezas nucleares...¡que por lo menos sirva como mortífera arma hipnotizadora! Y hoy los habitantes de la ciudad de Tromsø, situada en el norte de Noruega, pudieron ser testigos de primera mano de los efectos desorientadores del pérfido mecanismo ruso, como podemos ver en esta imagen (y vídeo):

La espiral misteriosa que miles de escandinavos confundieron con un OVNI -bueno, técnicamente era un OVNI, o mejor dicho, un OBNI (Objeto Bulaviense No Identificado)- era en realidad producto del último -y fallido, para variar- lanzamiento del Bulavá desde el submarino de la clase Akula TK-208 Dmitri Donskói. Puede que el Bulavá no sea un misil muy eficaz por el momento, pero está claro que genera unos fuegos artificiales muy curiosos. Y no sé por qué, pero tengo la impresión de que los ingenieros del Bulavá hubiesen preferido que se tratase de un OVNI alienígena...

El Dmitri Donskói, la "nave nodriza" del OVNI noruego (Wikipedia).
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