Los siglos noveno y octavo antes de cristo, vieron como Roma creció a partir de un conjunto de pequeñas aldeas dispersas por las siete colinas (Palatino, Capitolina, Aventina, ... ) al margen del río Tíber, hasta convertirse en una ciudad fortificada con templos y foro. La arqueología ha descubierto que mientras los altos de las colinas eran ocupados por granjas, los valles entre ellas eran usados como cementerios de sus habitantes.
El desarrollo principal de Roma llegó hacia finales del siglo VII a.c. cuando la dinastía Etrusca de los Tarquinos tomó el control de las siete villas y las transformó en una ciudad unificada. El valle del Foro fue dragado convirtiéndose en la Cloaca Máxima, y a continuación se pavimentó constituyendo una plaza pública. Un puente de madera, el Pons Sublicius, fue construido para atravesar el Tíber, y un templo etrusco dedicado a Júpiter Capitolino fue erigido en el Capitolio. También fueron construidas unas importantes murallas defensivas que cercaban las colinas (aunque los restos que aun hoy se conservan, las Murallas Servianas, datan del siglo IV a.c. ).
Los historiadores romanos nos han transmitido que el séptimo y último rey etrusco, Tarquinio el Soberbio, fue destronado y expulsado de Roma en el 510 a.c. lo cual dio lugar a una nueva forma de gobierno: La República. Una institución que en escasos cinco siglos llevaría a Roma, una pequeña e insignificante ciudad de Italia, a conquistar todo el Mediterráneo.
JF
El desarrollo principal de Roma llegó hacia finales del siglo VII a.c. cuando la dinastía Etrusca de los Tarquinos tomó el control de las siete villas y las transformó en una ciudad unificada. El valle del Foro fue dragado convirtiéndose en la Cloaca Máxima, y a continuación se pavimentó constituyendo una plaza pública. Un puente de madera, el Pons Sublicius, fue construido para atravesar el Tíber, y un templo etrusco dedicado a Júpiter Capitolino fue erigido en el Capitolio. También fueron construidas unas importantes murallas defensivas que cercaban las colinas (aunque los restos que aun hoy se conservan, las Murallas Servianas, datan del siglo IV a.c. ).
Los historiadores romanos nos han transmitido que el séptimo y último rey etrusco, Tarquinio el Soberbio, fue destronado y expulsado de Roma en el 510 a.c. lo cual dio lugar a una nueva forma de gobierno: La República. Una institución que en escasos cinco siglos llevaría a Roma, una pequeña e insignificante ciudad de Italia, a conquistar todo el Mediterráneo.
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