Vivir sobre una falla es muy peligroso, pero hacerlo sobre una de las grandes autopistas de ruptura incrementa considerablemente la capacidad de destrucción cuando los terremotos surgen.
En total se contabilizan hasta 11 grandes superautopistas a lo largo del planeta, las cuales alcanzan una distancia media de entre 1.000 y 1.500 kilómetros. Y un total de 60 millones de personas viven alrededor de las mismas.
Las nuevas técnicas que los sismólogos han desarrollado en la última década han permitido la creación de una serie de mapas que revelan una gran cantidad de estas grandes fallas distribuidas a lo largo de todo el globo. De muchas de ellas, no se posee ni siquiera un solo registro histórico de que hayan provocado nunca ningún terremoto, pero ello no implica que tarde o temprano se produzcan desplazamientos.
En 1999, la gran falla del norte de Anatolia en Turquía liberó en Itzmit el mayor seísmo del siglo XX, con una magnitud de 7,4 en la escala de Richter, matando alrededor de 17.000 personas. En 2004, en Sumatra se produce un terremoto de magnitud 9 que ocasiona más de 170.000 muertos por el seísmo y por el maremoto que le siguió. En 2005, uno de magnitud 7.6 deja más de 30.000 muertos en Kashmir, Pakistán.
Estos suponen solo unos ejemplos de lo que ocurre tarde o temprano cuando uno vive bajo alguna de estas secciones.
Fuente: New Scientist Agosto 2009
JF
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