Fue un 26 de abril de 1986 cuando tuvo lugar la peor catástrofe nuclear de la historia. Un experimento cuya supervisión fue incorrecta, (el sistema de enfriamiento de agua se desconectó) provocó una reacción incontrolada, que a su vez causó una expulsión de vapor. La capa protectora del reactor fue destruida y aproximadamente 100 millones de curios radiactivos fueron liberados a la atmósfera. Parte de la radiación se extendió a través de Europa septentrional y llegó hasta Gran Bretaña.
Los datos ofrecidos por las autoridades indicaron que en aquel momento treinta y una personas murieron como resultado del accidente, pero el número de muertes causadas por la radiación aún se desconoce.
Más de 100.000 ciudadanos ucranianos fueron evacuados de las áreas situadas alrededor del emplazamiento del reactor, y Chernóbil y otras regiones cercanas permanecieron deshabitadas durante un año después del accidente.
Los funcionarios responsables del reactor fueron procesados en 1987. Los tres reactores restantes de la central volvieron a entrar en funcionamiento ese mismo año y, más tarde, la zona de evacuación inmediata del desastre fue declarada parque nacional con el fin de evitar el regreso de la población. En 1991 el gobierno prometió la clausura de toda la central de Chernóbil, pero la demanda de energía retrasó su cierre.
A mediados de 1994, los estados occidentales, alarmados por la falta de seguridad de la central, tomaron una serie de medidas para asegurar su cierre. El 15 de diciembre de 2000 se desconectó definitivamente el reactor número 3, el último que permanecía activo. Sin embargo, los expertos señalaron que el peligro real todavía subsistía en el reactor número 4, el responsable de la explosión de 1986. La amenaza procedía del sarcófago, una enorme estructura de cemento que se construyó para encerrar 150 toneladas de combustible atómico y otras sustancias altamente radioactivas. La urgencia con que se levantó la construcción -costó la vida de varios operarios que trabajaron en ella- no garantizaba su hermetismo y se detectaron numerosas fisuras.
Fuente: Espasa, Wiki
Los datos ofrecidos por las autoridades indicaron que en aquel momento treinta y una personas murieron como resultado del accidente, pero el número de muertes causadas por la radiación aún se desconoce.
Más de 100.000 ciudadanos ucranianos fueron evacuados de las áreas situadas alrededor del emplazamiento del reactor, y Chernóbil y otras regiones cercanas permanecieron deshabitadas durante un año después del accidente.
Los funcionarios responsables del reactor fueron procesados en 1987. Los tres reactores restantes de la central volvieron a entrar en funcionamiento ese mismo año y, más tarde, la zona de evacuación inmediata del desastre fue declarada parque nacional con el fin de evitar el regreso de la población. En 1991 el gobierno prometió la clausura de toda la central de Chernóbil, pero la demanda de energía retrasó su cierre.
A mediados de 1994, los estados occidentales, alarmados por la falta de seguridad de la central, tomaron una serie de medidas para asegurar su cierre. El 15 de diciembre de 2000 se desconectó definitivamente el reactor número 3, el último que permanecía activo. Sin embargo, los expertos señalaron que el peligro real todavía subsistía en el reactor número 4, el responsable de la explosión de 1986. La amenaza procedía del sarcófago, una enorme estructura de cemento que se construyó para encerrar 150 toneladas de combustible atómico y otras sustancias altamente radioactivas. La urgencia con que se levantó la construcción -costó la vida de varios operarios que trabajaron en ella- no garantizaba su hermetismo y se detectaron numerosas fisuras.
Fuente: Espasa, Wiki
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