Aislado el reino granadino, sin poder recabar ayuda del exterior, debilitado por las luchas internas y por la guerra intermitente con Castilla, desmoralizadas sus gentes, decididos los castellanos a emprender la carrera final, sólo cabía a los granadinos resignarse a la voluntad del invasor o resistir hasta la muerte.
En el norte de África había caído la dinastía de los benimerines en 1465 (la cual gobernaba gran parte del Magreb desde 1268 y que constituía un importante apoyo del reino de Granada) y una nueva dinastía, la wattasí continuaba allí la historia, sin importarle gran cosa lo que ocurría al otro lado del estrecho.
La guerra de Granada que emprende Castilla va a tener un claro matiz religioso y en sus primeros años se reduce a meras incursiones de tanteo y a réplicas por ambos bandos.
La toma de Alhama en 1482; las sucesivas discordias internas en Granada; la rebelión de Muhammad XI (conocido por la historia como Boabdil) contra su padre, el sultán Muley Hacen aprovechando que éste se hallaba en Málaga y la guerra civil entre el sultán apodado el Zagal, hermano de Boabdil, contra su sobrino, formarán los factores decisivos para el debilitamiento final del reino.
Entre los años 1484 y 1487 se desmorona toda la región occidental del reino granadino, al ser tomada la plaza de Alora, que abría el camino de Málaga. La guerra civil granadina, coincide con avances cristianos en la Vega para ocupar lllora, Modín, Montefrío. Colomera y otras villas y fortalezas.
Entre 1488 y 1489 caen las plazas fronterizas orientales, Vera, Mojácar, Níjar, Vélez Blanco y Vélez Rubio, Tabernas, Purchena y, finalmente, Baza, Guadix y Almería (1489), que acelera la agonía de Granada (1490-1491), con la constante presencia castellana en la Vega y, en los últimos momentos, con él campamento real en Santa Fe.
La Granada nazarí, tras un largo asedio, abatida por el frío y por la falta de víveres, capituló finalmente el 2 de enero de 1492. Comenzaba así la Granada mudéjar.
Jose
En el norte de África había caído la dinastía de los benimerines en 1465 (la cual gobernaba gran parte del Magreb desde 1268 y que constituía un importante apoyo del reino de Granada) y una nueva dinastía, la wattasí continuaba allí la historia, sin importarle gran cosa lo que ocurría al otro lado del estrecho.
La guerra de Granada que emprende Castilla va a tener un claro matiz religioso y en sus primeros años se reduce a meras incursiones de tanteo y a réplicas por ambos bandos.
La toma de Alhama en 1482; las sucesivas discordias internas en Granada; la rebelión de Muhammad XI (conocido por la historia como Boabdil) contra su padre, el sultán Muley Hacen aprovechando que éste se hallaba en Málaga y la guerra civil entre el sultán apodado el Zagal, hermano de Boabdil, contra su sobrino, formarán los factores decisivos para el debilitamiento final del reino.
Entre los años 1484 y 1487 se desmorona toda la región occidental del reino granadino, al ser tomada la plaza de Alora, que abría el camino de Málaga. La guerra civil granadina, coincide con avances cristianos en la Vega para ocupar lllora, Modín, Montefrío. Colomera y otras villas y fortalezas.
Entre 1488 y 1489 caen las plazas fronterizas orientales, Vera, Mojácar, Níjar, Vélez Blanco y Vélez Rubio, Tabernas, Purchena y, finalmente, Baza, Guadix y Almería (1489), que acelera la agonía de Granada (1490-1491), con la constante presencia castellana en la Vega y, en los últimos momentos, con él campamento real en Santa Fe.
La Granada nazarí, tras un largo asedio, abatida por el frío y por la falta de víveres, capituló finalmente el 2 de enero de 1492. Comenzaba así la Granada mudéjar.
Jose
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