Uno de los mitos más persistentes en la cultura popular tiene que ver con el nacimiento de la escritura. La historia simplificada es la que sigue: los egipcios y sumerios inventaron la escritura, pero los pobres, carentes de la capacidad de pensamiento crítico occidental, sólo pudieron crear complicados ideogramas. Posteriormente, los engorrosos sistemas de escritura originales fueron simplificados hasta llegar al alfabeto griego, la cumbre de la creación lingüística por excelencia. Naturalmente, el hecho de que nuestra cultura se sienta heredera de la tradición grecolatina quizás haya empañado un poquito nuestro juicio y haya ayudado a extender esta concepción de la escritura tan simplista. Empecemos por el mito más simple referente al alfabeto:
Los griegos mejoraron el alfabeto fenicio insertando vocales.
Es cierto, pero, ¿nadie se pregunta por qué el alfabeto fenicio no tenía vocales? ¿Acaso eran idiotas estos fenicios?. La razón es muy simple: el fenicio era una lengua semita, por lo que la representación de vocales no era un asunto vital para ellos, del mismo modo que nosotros no representamos en el alfabeto latino los ritmos y tonos de la oración, pues no son considerados importantes a la hora de comprender un texto. Sin embargo, si queremos escribir en chino usando el alfabeto latino, deberemos representar los tonos (pinyin), ya que si no el texto sería ininteligible. Los griegos añadieron vocales al alfabeto fenicio porque éstas son fundamentales en los idiomas indoeuropeos, así que sería mejor decir que los griegos adaptaron el alfabeto fenicio a su lengua, no que lo mejoraron, ya que el alfabeto fenicio cumplía el papel para el que fue creado de forma impecable: transmitir la lengua fenicia. Trasladar los prejuicios de las lenguas maternas a otras es un grave error muy frecuente. Podemos pensar que los japoneses tienen un sistema de escritura deficiente porque no pueden diferenciar la "r" de la "l". Naturalmente, para los japoneses esto no supone ningún problema porque en su idioma ambos sonidos son alófonos, es decir, representan una variación en la pronunciación de la misma letra. Por el contrario, los árabes podrían pensar que el alfabeto latino es claramente un sistema terrible, pues carece de símbolos para representar el ʿayn o los distintos fonemas que para los españoles son alófonos de la "j". Veamos otro mito:
Los sistemas de escritura empezaron siendo pictográficos, luego ideográficos y por último sólo fonéticos.
El problema de esta afirmación es que parece transmitir una idea de progreso lineal, desde los toscos e infantiles pictogramas hasta los modernos sistemas fonéticos. Sin embargo, los cuatro sistemas de escritura originales, aquellos que surgieron en China, Sumer, América Central y Egipto, no eran solamente pictográficos e ideográficos, sino que incluían numerosísimos elementos fonéticos que fueron cobrando mayor importancia a lo largo del tiempo. Nunca han existido sistemas de escritura puramente pictográficos o ideográficos, sino que desde el primer momento fueron logofonográficos (representando ideas y sonidos). Además, pese a lo que la creencia popular nos puede hacer creer, estos sistemas no se simplificaron con el tiempo, sino todo lo contrario. El egipcio antiguo constaba de unos 700 ideogramas en el Imperio Medio, una cifra bastante baja si la comparamos con los 3000 caracteres básicos que son necesarios, como mínimo, para escribir en chino moderno. Sin embargo, en el Imperio Nuevo la cifra aumentó hasta más de seis mil, aunque la mayoría apenas se usaba. Lo mismo pasó con el sumerio (aunque al desaparecer muy tempranamente tuvo poco tiempo para desarrollarse), el maya o el chino. Los sistemas logofonográficos nunca se "simplificaron" a lo largo de su historia, sino que nunca pararon de incorporar nuevos caracteres.
Entonces, ¿cómo surgió el alfabeto?. Los pueblos que rodeaban las zonas donde se inventó la escritura no tardaron en adaptar estos sistemas para representar sus lenguas. El problema es que los sistemas originales no habían sido concebidos para representar la fonética y gramática de los nuevos usuarios. Como resultado, fue inevitable un proceso de transformación en la que el elemento fonético primó sobre el logográfico. Hay dos ejemplo claros de esta transformación: el japonés y el acadio. Los acadios hablaban una lengua semita radicalmente diferente del sumerio, así que no les quedó más remedio que adaptar los ideogramas sumerios. Como resultado, la mayor parte de caracteres pasaron a representar sonidos y, como la unidad fonética básica en sumerio era la sílaba (al igual que en la mayoría de lenguas), crearon una mezcla de escritura silabográfica (cada carácter representa uno o varios sonidos silábicos) con ideogramas. Los japoneses hicieron lo mismo con el chino, creando también silabarios (kanas) basados en la escritura china, a la vez que seguían usando los caracteres como tales (kanjis). Como vemos, estas culturas, lejos de "simplificar" los sistemas de escritura originales, los complicaron aún más añadiendo caracteres fonéticos extras y aumentando el número de posibles lecturas para cada ideograma. ¿Por qué tanto japoneses como acadios no continuaron con el proceso y crearon un sistema puramente fonético? La razón es de tipo cultural. La cultura de donde provenían los sistemas de escritura (Sumer en el caso de los acadios, China para los japoneses) gozaba de un prestigio tan apabullante en todos los aspectos que renunciar a los ideogramas originales se hubiese considerado una muestra de barbarismo. Quizás pensemos que la postura de acadios y japoneses es un tanto estúpida, al rechazar los supuestos beneficios de un sistema de escritura más práctico como es el silabográfico. Sin embargo, recordemos que en español moderno seguimos usando los símbolos "b" y "v" para representar un mismo sonido. Una reforma que eliminase una de las dos letras levantaría todo tipo de protestas sobre la erradicación de la herencia cultural de nuestra civilización, como de hecho ha sido el caso. Y si en este caso sólo estamos hablando de un par de letras, podemos imaginar lo que significaría renunciar a miles de ideogramas que representan todo un conjunto de valores culturales, históricos y religiosos. Uno de los pocos casos donde ha ocurrido este fenómeno es en Corea del Sur, donde el hangul (sistema fonético) ha reemplazado a los ideogramas chinos casi en su totalidad.
El caso es que pronto aparecieron sistemas casi totalmente fonéticos, normalmente por parte de culturas que no tenían un contacto directo con las civilizaciones que habían creado la escritura o lo adaptaron de otras que ya habían iniciado un proceso de transformación. Un ejemplo claro es el silabario cuneiforme persa, un sistema puramente fonético (o casi, pues también había unos pocos ideogramas) tomado de los babilonios y asirios, que como hemos visto ya habían adaptado a su lengua el sistema de escritura original sumerio. Otro ejemplo es el Lineal B, usado para representar la lengua griega en época micénica, aunque también incorporaba varias decenas de ideogramas. Es tentador especular qué hubiese sido del Lineal B si la civilización micénica no se hubiese colapsado. Probablemente hubiese aumentado el número de logogramas hasta alcanzar varios miles.
Cuando miramos la evolución de los sistemas de escritura salta a la vista que en casi todos los casos la evolución hacia un sistema fonético la han llevado a cabo culturas que han adaptado los sistemas de escritura logofonográficos originales. En concreto, es destacable que salvo una excepción, todos los sistemas fonográficos ideados por el hombre han sido de naturaleza silabográfica, es decir, han consistido en la creación de silabarios, en los cuales la mayor parte de los símbolos representan una sílaba, aunque a veces también vocales o algunas consonantes aisladas. Esa excepción es naturalmente el alfabeto (o abyad) fenicio y sus parientes de la zona usados para representar lenguas semitas. La razón por la que los fenicios y sus parientes adoptaron la revolucionaria costumbre de usar símbolos para representar no sílabas, sino fonemas aislados (consonantes) es naturalmente que, como ya hemos comentado, para las lenguas semitas las vocales no son importantes. Sin embargo el paso fundamental ya lo habían dado los egipcios, los cuales habían creado un sistema logofonográfico en el que muchos símbolos representaban solamente consonantes (el "alfabeto egipcio"). Actualmente se discute si los los fenicios crearon su sistema de escritura basándose en otros alfabetos previos, inspirados por la escritura egipcia o la sumerio-acadia, pero lo que está claro es que debemos el invento del alfabeto al hecho de que en Oriente Medio las lenguas semitas fueran predominantes. Más específicamente a que los fenicios hablasen una lengua semita. De no haber sido así, hoy en día usaríamos probablemente silabarios basados en el sistema cuneiforme o parecidos al Lineal B. Esto es así porque la sílaba es la unidad fonética fundamental en casi cualquier lengua no semita. Hagamos la prueba con cualquier niño de pocos años: no tendrán problema en descomponer la palabra "pelota" en pe-lo-ta, pero les costará horrores entender que la "p" con la "e" es "pe". Pero no hace falta recurrir a experimentos con niños, pues la historia nos aporta un ejemplo clarísimo: el silabario Cherokee, creado en el siglo XIX por el indio Sequoyah, el cual quería dotar de un sistema de escritura a su pueblo. Sequoyah no recibió una educación formal en inglés, pero al entrar en contacto con los colonos de la zona pudo conocer la existencia de la escritura. Aunque aparentemente no aprendió a leer en inglés, comprendió los fundamentos del sistema. Sin embargo, cuando creó un sistema de escritura propio basado en el alfabeto latino, concibió un silabario, al ser ésta una opción más natural y pese al hecho de haber estado expuesto al concepto "superior" del alfabeto.
La ventaja del alfabeto reside en el poco número de símbolos necesarios para escribir: unas pocas decenas frente a los miles de un sistema logofonográfico. Sin embargo, aquí nos encontramos con otro mito:
La escritura en el antiguo Egipto y China era tan complicada porque estaba en manos de una élite (escribas y funcionarios) a la que le interesaba que fuera lo más difícil posible para mantener sus privilegios. El alfabeto democratizó la escritura y la hizo accesible a todos.
Semejante tontería se repite una y otra vez en miles de libros de texto. Nadie duda que aprenderse mil símbolos para escribir es más complicado que memorizar sólo veinte o treinta. Nadie duda tampoco que los escribas egipcios quisiesen mantener sus privilegios, pero ¿cómo es que el nivel de analfabetismo en Europa hasta la Revolución Industrial era similar a la de otras regiones del mundo con sistemas de escritura más complicados? ¿Cómo es que hasta hace pocos siglos sólo un pequeño porcentaje de la población europea sabía escribir? Nuestros hijos tardan muchos años en aprender a escribir y leer correctamente pese a las bondades del alfabeto. De hecho, aunque hay cierta contradicción según que fuente, el analfabetismo en China es muy bajo, y en el caso de Japón inferior a la media de países europeos. Naturalmente que los niños chinos o japoneses no conocen todos los ideogramas, pero hay que entender que el concepto de comprensión escrita es diferente para ellos: un niño chino o japonés aprende en ocasiones una palabra a la vez que aprende cómo se escribe. Por ejemplo, un niño de diez años español podrá leer un texto sobre mecánica cuántica sin problemas, a diferencia de su contrapartida japonesa, pero de poco le servirá al no entender lo que significan muchas palabras.
Los sistemas logográficos son por tanto más complicados, sin duda, pero está por demostrar que sean menos "prácticos". Hasta la llegada de los ordenadores personales modernos es cierto que estos sistemas estaban en clara desventaja a la hora de publicar libros, pues una imprenta china es más engorrosa que otra que use los tipos de un alfabeto. Pero hoy en día las nuevas tecnologías permiten publicar documentos con ideogramas con la misma facilidad que usando un alfabeto. Por último, lo que no está en absoluto demostrado es la ventaja de los alfabetos frente a los silabarios. En este caso la diferencia en el número de símbolos no es lo suficientemente grande para ofrecer una ventaja "práctica" clara. De hecho, ciertos estudios (1 ó 2) sugieren que es más fácil aprender a leer usando silabarios.
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Wednesday, September 19, 2007
Mitos Lingüísticos 6: el alfabeto
Saturday, October 21, 2006
Mitos Lingüísticos 5
Hay pocas cosas que me suenen peor que la frase "yo ya sé el idioma, ahora voy a un CURSO DE MANTENIMIENTO". Reconozco que esto del "mantenimiento" me chirría: ¿qué es mantenimiento? Ni que los idiomas fuesen coches. ¿Se trata de mantener mi nivel actual, que puede ser una porquería o qué? Sé que es una expresión que vende muy bien y que permite al que la dice quedar como un campeón, sobre todo si se pone cara de autosuficiencia. Pues bien, no existe un nivel de "mantenimiento" porque nunca se llega a dominar un idioma. En todo caso, podrías usar esta odiosa expresión si has alcanzado el nivel C2 de una lengua y ya no encuentras cursos más avanzados. Sin embargo, sé por propia experiencia que el 90% de los que van a cursos de "mantenimiento" no llegan ni al nivel C1, especialmente en Inglés.
Saturday, September 9, 2006
Mitos Lingüísticos 4
Deespués de la segunda y tercera entregas, proseguimos con mis mitos particulares:
- Los profesores nativos son mejores: naturalmente, dependerá de la preparación del profesor. ¿Quién no ha oído alguna vez un comentario como este?: "Mi profesor es buenísimo porque es nativo". Ser nativo no lo convierte automáticamente a uno en maestro de su propio idioma. Como muestra de la dificultad que entraña esta tarea, intentemos dar clase de español a un extranjero y veremos como los conceptos que damos por sentado no son nada fáciles de transmitir. Los profesores (preparados) nativos pueden ser una ventaja en una etapa avanzada del estudio de un idioma, pero para un principiante un profesor nativo que no conozca adecuadamente el español puede ser un gran problema, ya que será incapaz de identificar las dificultades intrínsecas al idioma del alumno. Por ejemplo, no es lo mismo explicar el género de los sustantivos en francés a un alumno español que a uno inglés. El alumno español podrá relacionar esta parte de la gramática francesa con su idioma, que es muy similar en este punto. Por contra, el alumno inglés carece de un referente en su idioma con el que compararlo, así que el profesor deberá insistir mucho más en este tema.
- Se puede hablar un idioma con mil palabras: esto está muy de moda ahora gracias a un famoso método para aprender inglés. Hombre, claro que se puede hablar un idioma con mil palabras...y con quinientas, y con veinte, y si me apuras, con dos: "sí" y "no". El problema de esta afirmación radica en el concepto "binario" que casi todo el mundo tiene para con los idiomas: o los hablas o no los hablas. No hay término medio. Esto es una falacia, y deberíamos meternos en la cabeza que un idioma no se aprende en dos patadas. El aprendizaje de un idioma sigue, por usar un simil matemático, una curva logarítimica: al principio se progresa muy rápido, lo cual es lógico, pues entre no saber nada y poder decir algo hay un gran abismo. Sin embargo, después parece que el aprendizaje va cada vez más despacio y cuesta llegar al nivel deseado. NUNCA se termina de estudiar un idioma, ni siquiera el materno, y hay miles de niveles y grados de competencia. La respuesta a una pregunta como "¿hablas alemán?" no puede ni debe tener una respuesta sencilla. Si además tenemos en cuenta otros idiomas como el chino o el japonés, donde una persona puede ser capaz de comprender un texto pero no leerlo por completo (aunque parezca una contradicción), o leerlo pero no escribirlo, los matices ante una pregunta semejante son casi infinitos. Bueno, pero, ¿se puede hablar un idioma con mil palabras?: pues depende de lo que entendamos por hablar. Si lo que queremos es dar una charla sobre literatura y filosofía, difícilmente seremos capaces de hacernos entender con sólo mil palabras de vocabulario. Si lo que queremos es charlar con unos amigos en el bar, es posible que nos basten mil palabras. Bueno, siempre y cuando que uno de los amigos no se ponga a hablar de mecánica cuántica.
Wednesday, March 1, 2006
Mitos lingüísticos: mi idioma es el más difícil
Es curioso como mucha gente se afana en afirmar que su idioma es el más difícil, aunque no se hayan molestado en compararlo con otros, o, como mucho, solamente con el inglés. Viene esto al caso porque el otro día estaba hablando con una persona de la República Checa que sabía varios idiomas. Para esta persona, esto no era algo extraño en su país, ya que según decía "el checo es un idioma muy difícil, con muchas declinaciones, por lo que nos resulta fácil aprender otros idiomas". Esta afirmación, muy extendida por cierto y no sólo en Chequia, sino también por estas latitudes, es bastante curiosa y digna de ser analizada. Bien, si fuera cierta, ¿cómo es que los rusos, pese a tener un idioma muy similar gramaticalmente hablando (ambas son lenguas eslavas) no se caracterizan por tener facilidad con los idiomas?. Para resolver el misterio podemos hacer una lista de los idiomas /países donde la gente hace gala de tener dificultades para aprender idiomas extranjeros y de aquellos donde sucede lo contrario. En el primer grupo tendríamos a Francia, Reino Unido, Rusia, China, Estados Unidos o, por supuesto, España. En el segundo grupo estaría la República Checa, Eslovenia, Croacia, Holanda, Dinamarca o Hungría. ¿No notan un patrón?. Pues está claro: aquellos países donde la gente dice tener facilidades para aprender idiomas son en su mayoría países pequeños rodeados de otros con idiomas distintos al suyo, por lo que aprender una segunda o tercera lengua no se convierte en una opción, sino en una necesidad fundamental. Por contra, aquellos donde existe fama de tener dificultades para aprender nuevas lenguas son países grandes y/o que poseen idiomas hablados por muchos millones de personas. En estos países, aprender otra lengua extranjera es importante, pero no fundamental para sobrevivir. Naturalmente hay matices a esta regla: la población de un país pequeño puede no hablar ninguna lengua extranjera si se trata de una nación pobre o aislada. Igualmente, un país con un idioma "importante" puede tener una población muy receptiva al aprendizaje de otras lenguas, como es el caso de Alemania, donde por motivos históricos, después de la II Guerra Mundial se ha hecho un esfuerzo considerable en la enseñanza de idiomas extranjeros.
Friday, December 9, 2005
Mitos Lingüísticos 3
Hoy le toca el turno al CHINO:
- Mito 1 - "El Chino es como el japonés": no, craso error. El chino es tan distinto del japonés, gramaticalmente hablando, como el inglés del árabe. Otra cosa es que el japonés contenga un numeroso vocabulario procedente del chino, aunque la pronunciación nipona convierte en irreconocible estas palabras para un chinoparlante.
- Mito 2 - "Los chinos tienen un alfabeto": no. La escritura china se basa en el uso de ideogramas. Hay que conocer entre 5 000 y 10 000 de estos símbolos (denominados hanzis, 汉字) para poder leer y escribir correctamente. Cada hanzi tiene un significado propio, aunque la mayor parte de sustantivos chinos están formados por más de uno.
- Mito 3 - "Todos los chinos hablan igual": no. En China existen diversos dialectos y lenguas ininteligibles entre sí. Por ejemplo, un habitante de Hong Kong, que habla en cantonés, no entenderá sin educación previa a un habitante de Pekín, que habla mandarín. De todas formas, se supone que todos los chinos han sido educados en la escuela con el chino mandarín o Putonghua (普通话), "lengua común". Además, el lenguaje escrito es prácticamente similar.
Thursday, December 1, 2005
Mitos Lingüísticos 2
- Mito 3 - "El doblaje en España es muy bueno": esta es una de esas leyendas urbanas que nadie discute, aunque pocos se hayan puesto a comparar directamente las películas dobladas con las versiones originales. En mi modesta opinión, el doblaje suele ser pésimo, principalmente por un par de motivos. Primero, porque sólo hay disponible un pequeño número de voces para doblar. Entiendo que los "dobladores" profesionales tengan que ganarse la vida, pero no cabe en ninguna cabeza que el mismo actor que dobla a Bruce Willis también haga de Kevin Costner y otros mil actores más. Si en el cine la repetición es grave, en el caso de las series es para llevarse las manos a la cabeza. Vean un capítulo de C.S.I., otro de Expediente X y otro de Perdidos y tendrán las voces que se usan actualmente en TODAS las series de TV. El segundo motivo es que las traducciones de los guiones originales incluyen numerosos errores de false friends y otros aún más básicos (como lo de confundir billones con miles de millones). Pese a esto, puede que haya alguien que piense que, en comparación con otros países, el doblaje no está tan mal. La verdad es que a este respecto sólo puedo opinar de la TV alemana, y de hecho allí los doblajes son aún más monstruosos y monótonos. ¿La solución?: dejar las películas en V.O., como hacen en muchos países europeos. Les aseguro que disfrutaríamos muchísimo más y encima aprenderíamos mil veces más inglés que en cualquier academia.
- Mito 4 - "Para aprender un idioma hay que ir al país donde se habla": hombre, pues generalmente sí, pero con algunas condiciones. Aprenderemos más que en España si viajamos a estudiar y estamos rodeados de nativos todo el tiempo. También ayuda muchísimo ir con una buena base y no partir desde cero. Si no es así, puede que nuestra estancia no nos sirva para nada, aparte de aprender a preguntar las típicas chorradas de "dónde está este monumento" y cosas así.
Tuesday, November 22, 2005
Mitos lingüísticos 1
Cuando uno estudia un idioma, se da cuenta que muchas de las ideas preconcebidas que tenía empiezan a desmoronarse. Hay veces que nos encontramos con que ciertas verdades que circulan entre la gente no son más que leyendas urbanas o ideas equivocadas, así que he decidido hacer un resumen de estos "mitos lingüísticos" ordenados por idioma. La mayoría son ideas que he oído en conversaciones con amigos o compañeros, o incluso viendo la televisión o leyendo el periódico. Naturalmente, me limito a los idiomas que he estudiado y de los que puedo hablar con cierto conocimiento de causa (y efecto). En esta primera entrega veremos los mitos del inglés y el alemán.
INGLÉS:
INGLÉS:
- Mito 1 - "el inglés es fácil": no lo dudo, pero entonces, ¿cómo es que hay tantas personas estudiando este idioma en nuestro país y la mayoría es incapaz de entender una película inglesa en V.O.? La moraleja de este mito se puede hacer extensiva a todos los idiomas: hay muchos niveles de conocimiento y capacidad a la hora de expresarse en una lengua extranjera. No es lo mismo tener el First Certificate que el Proficiency, aunque cualquiera que tenga uno de estos títulos dirá que sabe inglés.
- Mito 2 - "el inglés americano es feo y difícil de entender": bueno, en lo de feo no entro porque pa' gustos colores, pero por lo segundo sí que no paso. Efectivamente, el standard American English es más fácil de entender para un hispanohablante que el British English. Cuidado que hablo del standard, no del dialecto del barrio. Incluso si tenemos en cuenta los dialectos, salen ganando en facilidad de comprensión los diversos dialectos americanos. Y si no me creen que le pregunten a cualquiera que haya ido a estudiar inglés a Glasgow. La prueba de fuego: cojan una película (no un documental) americana y otra inglesa y véanla en V.O., ¿cuál entienden mejor?
ALEMÁN:
- Mito 1 - "el alemán suena muy duro, sobre todo por esas erres tan fuertes": pues no. El alemán estándard, es decir, el Hochdeutsch, tiene una pronunciación sorprendentemente suave, y las erres se pronuncian de una forma más parecida al francés que al español. De hecho y paradójicamente, el español SÍ que suena de una forma muy dura para muchos extranjeros, precisamente por esas erres tan sonoras que nos caracterizan y que erróneamente consideramos propia de otros idiomas como el alemán o el ruso.
- Mito 2 - "el alemán es como el latín": quien hace este comentario quiere decir en realidad que el alemán tiene declinaciones. Bueno, si sólo fuera por eso, otras muchísimos lenguas serían como el latín. En realidad, en alemán generalmente sólo se declina el artículo, mientras que el sustantivo permanece igual: Der Hund (el perro), Alles für den Hund (todo sobre el perro).
- Mito 3 - "en alemán el verbo va siempre al final de la frase": pues no. Hay muchas construcciones gramaticales que exigen poner el verbo al final, pero también es cierto que existen otras muchas donde esto no es necesario.
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