.:[Double Click To][Close]:.
Get paid To Promote 
at any Location





Saturday, January 31, 2009

Los planes lunares de Khrunichev

En el foro de Novosti Kosmonavtiki hemos podido ver hace poco una presentación de la empresa GKNPTs Khrunichev sobre un esquema de misión lunar ruso.

Se trata de un proyecto interno de Khrunichev con muy pocas posibilidades de hacerse realidad, pero resulta interesante por dos motivos: primero, porque podemos ver un modelo actualizado de la cápsula TKS que Khrunichev propone como sustituta de las Soyuz, y segundo, porque se trata de una de las pocas presentaciones públicas en las que aparece una posible arquitectura lunar rusa. A continuación, podemos ver las imágenes de la presentación:



En esta imagen podemos ver una nave lunar PK-L (ПК-Л, "nave tripulada lunar") basada en la TKS. La cápsula tiene capacidad para seis cosmonautas tanto en misiones en órbita baja como en misiones lunares, a diferencia de la nave de RKK Energía, que sólo puede dar cabida a cuatro tripulantes en misiones lunares. A cambio, el vehículo es mucho más masivo: 28-30 toneladas (con una cápsula de 7,8 t).


Configuración durante el lanzamiento de la PK-L.

La siguiente diapositiva es más llamativa:



¡Sí!, un módulo lunar ruso. Algo inusual, sin duda. Su nombre es PVLK (ПВЛК, Посадочно-Взлетный Лунный Корабль: "nave lunar de descenso y ascenso"). Se trata de un diseño bastante conservador con una etapa de ascenso y otra de descenso (usando propergoles hipergólicos). Lo más llamativo es que el motor de ambas etapas es el mismo, simplificando muchísimo el vehículo. PVLK es una nave de 29,4 t (8,4 t corresponden a la etapa de ascenso) con capacidad para 3-4 cosmonautas y una autonomía de unos seis días en la superficie lunar. Para misiones más largas, debería enviarse antes un módulo vivienda, siguiendo el guión de las propuestas lunares soviéticas de los años 80.


Diversas variantes de hábitats lunares, incluyendo naves reutilizables.

Tanto la PK-L como la PVLK forman parte de un proyecto ambicioso de exploración lunar que incluiría estaciones espaciales en órbita lunar:




Como vemos, son necesarios cuatro lanzamientos para una misión lunar: dos para poner en órbita baja a la PK-L y la PKVL, y otros dos para lanzar las etapas de inyección translunar (ORB). Aquí podemos ver un detalle del ORB:



Lo destacable de esta propuesta es que no requiere usar cohetes gigantes como el Energía o el Ares V, sólo lanzadores con capacidad de 30 t y 50 t (¿basados en el Angará?). Por supuesto, esto no es nuevo: ya habíamos visto una arquitectura semejante en algunos proyectos chinos o europeos.

Bueno, el caso es que no faltan en Rusia ideas para volver a la Luna. Ahora habrá que esperar a ver si hay dinero para llevarlas a cabo.

Friday, January 30, 2009

Los lagos cambiantes de Titán

No podemos dejar de hablar aquí de la última noticia que nos llega de Titán: la confirmación de cambios en su superficie. Utilizando observaciones de la Cassini desde 2004 se han podido encontrar evidencias de que la lluvia de metano juega un papel primordial en la morfología de los lagos polares de esta luna. En concreto, se ha observado como el Ontario Lacus, situado en el hemisferio sur, ha aumentado su superficie tras el paso de una posible tormenta. Recordemos que los lagos titánicos siguen aparentemente un patrón estacional y actualmente la mayoría se encuentran en el hemisferio norte -donde destaca el inmenso Kraken Mare (antes apodado Mar Caspio)-, con la excepción del Ontario Lacus y algunas lagunas del hemisferio austral. Actualmente se discute la importancia relativa de la lluvia de metano con respecto a los acuíferos ("metaníferos") a la hora de formar los lagos.


Ontario Lacus antes y después de una tormenta. Se aprecian las formaciones de nubes de metano (NASA).

De paso, el equipo de la Cassini ha actualizado el mapa de Titán con las imágenes en infrarrojo de la sonda en las que se aprecia el Kraken Mare tomadas el pasado agosto:


Mapa de Titán. Se aprecian las principales masas de metano: Ontario Lacus, Kraken Mare, Punga Mare y Ligeia Mare (NASA).

Estas observaciones ponen de relieve lo interesante que sería tener un orbitador alrededor de esta luna para poder seguir estos cambios meteorológicos en tiempo real, pues la Cassini sólo sobrevuela Titán de vez en cuando.


Comparación de los únicos mundos que conocemos con masas de líquido en su superficie (Wikipedia).

El planeta cometa

HD 80606b es un exoplaneta famoso. Ha conseguido hacerse con una portada de Nature, un mérito para cualquier planeta, especialmente para uno situado a 200 años luz. Fue descubierto en 2001 mediante el método de la velocidad radial y su característica principal es su órbita: con una excentricidad de 0,932, parece más propia de un cometa que de un planeta. De hecho, HD 80606b ostenta el récord del planeta con la órbita planetaria más excéntrica conocida.



Ahora, el telescopio espacial Spitzer ha podido observar los cambios de temperatura superficiales que experimenta HD 80606b, lo que nos ha permitido aprender más sobre este mundo fascinante. La mayor parte del tiempo está relativamente alejado de su estrella, pero cada 111,4 días pasa zumbando a sólo 0,03 UA. Como resultado, en sólo seis horas la temperatura sube de unos 800 a 1500 Kelvin. La diferencia de luminosidad entre el periastro y el apoastro es de 825 veces y el disco estelar visto desde la superficie del planeta cambia su tamaño 100 veces. Debe ser todo un espectáculo pasar un año en este mundo.

A raíz de los datos de Spitzer, un equipo de investigadores ha realizado un modelo de la atmósfera del gigante gaseoso que logra ajustarse a las observaciones. Según este modelo, la atmósfera de HD 80606b "explota" literalmente durante el paso por las proximidades de su estrella, produciéndose vientos de 5 km/s desde el lado diurno al nocturno (!!!). La rotación del planeta afecta el recorrido de los vientos generando intrincados sistemas tormentosos que se disipan a medida que el planeta se aleja de la estrella. De hecho, el motivo por el cual el estudio de HD 80606b resulta tan atractivo es debido a que se trata de uno de los pocos Hot Jupiters conocidos cuya rotación no está sincronizada con su periodo de traslación. El resultado de este modelo informático son imágenes como esta:

Imagen del modelo informático de la atmósfera de este planeta (NASA).

Datos reales del Spitzer de la temperatura del planeta (atención a las barras de error)(NASA).

Aunque quizás más interesante que la imagen sea este vídeo:


No es la primera vez que se hace un modelo de la atmósfera de un Hot Jupiter, por supuesto, pero sí es la primera vez que podemos cruzar los resultados con la realidad.

El próximo 14 de febrero HD 80606b efectuará un tránsito por delante de su estrella que será seguido por astrónomos profesionales y aficionados por igual.

Thursday, January 29, 2009

Astrorigami

¿Quién no ha deseado en algún momento construir una maqueta de papel de un telescopio? Pues ya podemos quitarnos esa espinita con esta página. Hala, a hacer astrofiguritas todos...



Actualización: en Zemiorka podemos ver más modelos de papel, en este caso de cohetes. A disfrutar.

5NM: un pedacito de Marte en la Tierra

Ahora que se cumplen cinco años de la llegada de Spirit y Opportunity a Marte, vale la pena recordar que ya en los años 70 se propusieron misiones para traer de regreso a la Tierra muestras de suelo marciano.

El 24 de septiembre de 1970 la sonda Luna 16 (Ye-8-5) aterrizaba con las primeras muestras del regolito lunar obtenidas de forma automática. Estas misiones robóticas pretendían hacer menos humillante la derrota soviética en la carrera lunar. Alentados por este éxito, la oficina de diseño de las sondas Luna, OKB Lávochkin, decidió embarcarse en un proyecto mucho más ambicioso: conseguir una muestra del suelo marciano.

El problema es que una sonda de estas características debía ser mucho más pesada y compleja que cualquiera de las enviadas con anterioridad a la Luna, principalmente debido al considerable tiempo de vuelo interplanetario que requería la misión y a la mayor gravedad marciana (comparada con la lunar). Por este motivo se decidió lanzar la nave a bordo de un cohete N1, el mismo que debía llevar los primeros cosmonautas a la superficie lunar. Para entonces, el N1 había sufrido dos lanzamientos fallidos, pero se esperaba que eventualmente estuviese en servicio a mediados de la década. Este ambicioso proyecto marciano fue bautizado tentativamente como 5NM y en seguida atrajo la atención de Georgi Babakin (ingeniero jefe de Lávochkin), así como la del "ministro del espacio" Serguéi Afanasiev. Este último lo veía como una herramienta magnífica para aumentar la credibilidad espacial soviética tras la derrota lunar.


El cohete N1.

5NM era una enorme sonda de 20 toneladas que estaba dividida en un orbitador de 3,6 t (Орбитальный Аппарат, ОА) -basado en las sondas Mars 69 y Mars 71- y un aterrizador de 16 t (Посадочный Аппарат, ПА). Pese a su nombre, el OA no debía entrar en órbita alrededor de Marte, sino que su misión era corregir la trayectoria interplanetaria del vehículo. Antes de la llegada a Marte, el aterrizador y el orbitador se separarían. El OA sobrevolaría el planeta rojo retransmitiendo a la Tierra la telemetría del aterrizador durante el descenso y aterrizaje. Con una masa superior a la del módulo lunar del Apolo, el aterrizador era una sonda gigantesca que debía entrar en la atmósfera marciana con un escudo aerodinámico asimétrico. Este escudo tendría 6,5 metros de diámetro durante el lanzamiento y se desplegaría una vez en el espacio hasta alcanzar los 11 m gracias a un ingenioso diseño consistente en 30 pétalos. Tras la entrada atmosférica en ángulo, el escudo se desprendería y la nave aterrizaría mediante el uso exclusivo de cuatro cohetes de combustible líquido. Debido a la masa de la sonda y a las incertidumbres que existían sobre la densidad de la atmósfera marciana, el empleo de paracaídas no se consideró viable. Durante el descenso y aterrizaje, el orbitador recogería la telemetría de la nave y la enviaría a la Tierra.

El aterrizador incluía un cohete de 750 kg con dos etapas para mandar a la Tierra unos 200 gramos de muestras marcianas en una cápsula de 15 kg. Las secciones presurizadas del cohete estaban basadas en las sondas Venera 4 y 5. Tras tres días en la superficie, la etapa de ascenso despegaría con las muestras y se colocaría en una órbita marciana de 500 km de altura. Allí permanecería durante diez meses esperando una alineación favorable entre la Tierra y Marte para poner la cápsula con las muestras rumbo a la Tierra.



La megasonda 5NM: 1: cápsula de muestras. 2: sección presurizada de la etapa de ascenso. 3: tanques de la segunda etapa. 4: tanques de la primera etapa. 5: etapa de descenso. 6: escudo aerodinámico. 7: sección de instrumentación presurizada. 8: OA. (Novosti Kosmonavtiki).


Las muestras marcianas de camino a la Tierra (Novosti Kosmonavtiki).


Esquema de la misión 5NM: despegue en septiembre de 1975 y regreso de la cápsula con las muestras en mayo de 1978. Tiempo total de la misión: 970 días.

Obviamente, la misión resultó mucho más compleja de lo esperado. En 1973 ya estaba claro que 5NM no estaría lista para 1975, así que se propuso lanzar otra sonda, denominada 4NM, para allanar el camino al monstruo. 4NM debía incluir un orbitador similar al de 5NM y un vehículo explorador basado en los Lunojods, denominado en este caso Marsojod (марсоход). La misión permitiría probar varias de las tecnologías asociadas con la sonda 5NM, incluido el escudo aerodinámico, que sería idéntico.


La sonda 4NM con el Marsojod.

Desgraciadamente, en mayo de 1974 se tomó la decisión de cancelar el cohete N1, por lo que se esfumó cualquier posibilidad para los proyectos 4NM y 5NM. Sin embargo, Alexánder Vinográdov, prestigioso miembro de la Academia de las Ciencias de la URSS, logró convencer con el apoyo de Afanasiev al todopoderoso Dmitri Ustínov -ministro de defensa y miembro del Comité Central del PCUS- sobre la conveniencia de una misión de recogida de muestras marcianas.

Ustínov aceptó y le dio un plazo de cinco años a Lávochkin para diseñar, construir y lanzar la nueva misión. Serguéi Kriukov sería el ingeniero encargado del proyecto, ahora bautizado como 5M. Sin el N1, la nave debe reducir su peso drásticamente. Comparado con las 20 t originales, la sonda 5M tendría una masa de sólo 8,5 t, de las cuales 2 t corresponderían a la etapa de ascenso. Aún así, resultaba demasiado para el cohete Protón, el lanzador más potente de la URSS en esos momentos. Por lo tanto se decidió usar un esquema de tres lanzamientos para la 5M. Un cohete Protón pondría en órbita a la sonda junto con una etapa de escape (Blok DM). Un segundo lanzador se encargaría de lanzar otra etapa de escape que se acoplaría en órbita baja con el conjunto anterior y pondría rumbo a Marte. Por último, un tercer Protón debería mandar a Marte una nave que se acoplaría en órbita marciana con la cápsula de muestras. Tras el acoplamiento, regresarían a la Tierra. También se barajó la posibilidad de poner en órbita terrestre las muestras para que fuesen capturadas por una misión tripulada y evitar así una posible contaminación de nuestro planeta por parte de microbios marcianos y viceversa. Ni que decir tiene, el proyecto era a estas alturas imposible de llevar a cabo con la tecnología de la época (incluso hoy en día sería un desafío de proporciones mayúsculas).

La misión 5M requería un mínimo de tres acoplamientos automáticos, algo que nunca se había intentado con sondas interplanetarias. No obstante, y debido a la presión política, Kriukov perseveró e intentó hacer viable el proyecto, cuya versión final apareció en enero de 1976. Esta última encarnación concebía una sonda un poco más masiva: 9,34 t. Para ahorrar peso, la cápsula de 7,8 kg no usaría paracaídas en la atmósfera terrestre e impactaría directamente contra el suelo, un esquema que sería rescatado treinta años después para la misión Fobos-Grunt.


Esquema del vuelo de la misión 5M. Al igual que en la 5NM, la etapa orbital (AO) sobrevolaría Marte retransmitiendo la telemetría del aterrizador.

Paralelamente al 5M se desarrolló el proyecto 4M, versión reducida del 4NM y su Marsojod. Este proyecto sería el antecesor de la fracasada misión Mars 94.


Perfil del descenso y aterrizaje en Marte de la misión 4M con el Marsojod. La entrada en la atmósfera marciana se produciría en un ángulo de -13º a 5,6 km/s y a 100 km de altura.

Con el tiempo, los desafíos tecnológicos, políticos y económicos del proyecto se hicieron evidentes, especialmente tras los continuados fracasos de sondas soviéticas en Marte. La misión 5M fue relegada a las profundidades abisales de la burocracia soviética y Kriukov fue despedido por Afanasiev. Lávochkin pasó a su siguiente proyecto: UMVL, "Nave Universal Marte-Venus-Luna". UMVL pretendía unificar los programas de exploración de la Luna, Marte y Venus usando una única nave que podía ser adaptada a los requisitos de cada misión. El diseño de UMVL sería la base de las malogradas misiones Fobos, Mars 94 y Mars 96.

5NM fue un proyecto que permaneció en secreto hasta la caída de la URSS. No obstante, y pese al tiempo transcurrido, todavía persisten ciertos misterios a su alrededor. Por ejemplo, se sabe que a finales de los 70 se llegaron a construir maquetas y diversas partes de la sonda, pero hasta la fecha se desconoce el paradero y estado de estas piezas.

En los EE UU existió un proyecto similar denominado Voyager -que no debe confundirse con las famosas sondas del mismo nombre que exploraron los planetas exteriores- que debía hacer uso del cohete Saturno V para lanzar dos sondas al planeta rojo. Durante un tiempo a principios de los 70, coincidiendo con la distensión política entre las dos superpotencias, muchos científicos soviéticos flirtearon con la idea de utilizar el Saturno V para llevar a cabo una misión a Marte conjunta con los EE UU. Desgraciadamente el Saturno V fue cancelado tras el programa Skylab, haciendo imposible una misión de esta envergadura. El incremento de la tensión entre ambas naciones a finales de la década enterró cualquier posibilidad de proyecto conjunto. No puedo dejar de pensar qué habría pasado si una misión de este tipo se hubiese hecho realidad.

Referencias:

Wednesday, January 28, 2009

Novedades Angará

La empresa GKNPTs Khrunichev sigue adelante con las pruebas del futuro cohete Angará. Este lanzador tiene una estructura modular. Las secciones mayores que formarán su primera etapa se denominan URM-1 y las más pequeñas, URM-2. Tras las pruebas el año pasado de la etapa URM-2, ahora le toca el turno a la URM-1 con los motores RD-191.

El pasado día 10 de enero empezaron las pruebas con esta etapa en el centro IS-102. Estas pruebas se alargarán durante la primera mitad del año.




El URM-1 en el stand de pruebas (Khrunichev).


Por otro lado, NPO Energomash, fabricante de los RD-191, ha comunicado que los seis primeros motores serán entregados a Roskosmos a principios de 2010, a tiempo para el lanzamiento del primer Angará 1.1.


El RD-191 (NPO Energomash).

Los paneles solares de la Progress M-66

La nave de carga Progress M-66 debe despegar el próximo 10 de febrero rumbo a la ISS. Mientras espera su gran momento, podemos ver estas raras imágenes de las pruebas de los paneles solares que se llevan a cabo en el Área 254, en Baikonur:


Tuesday, January 27, 2009

Equinoccio en Saturno

Ya sé que poner imágenes de la Cassini en un blog es algo poco original y denota falta de imaginación, ¿no? Pues a la porra. No me puedo resistir cuando veo cosas como esta:



Se trata de un mosaico compuesto por Ian Regan a partir de imágenes tomadas por nuestra sonda favorita el pasado día 18 de enero. Con Saturno cerca de su equinoccio, los anillos apenas proyectan su sombra sobre el disco del planeta. Arriba a la izquierda podemos ver a Tetis.

Figuras Celestes

(Esta entrada apareció ayer en el blog ASTROBLOGUERS, una iniciativa que pretende divulgar la astronomía en pleno IYA)

Una de las primeras tareas de cualquier aficionado a la astronomía es familiarizarse con las constelaciones que pueblan el cielo nocturno. Las constelaciones nos sirven como referencia a la hora de orientarnos en la bóveda celeste, pero pocas veces nos preguntamos sobre su origen concreto.

Durante el transcurso de la historia, la Humanidad ha sentido la necesidad de trasladar sus mitos y creencias al cielo. Es por eso que las constelaciones no son meras creaciones folclóricas sin importancia, sino que son representantes de una herencia cultural global que más que nunca debemos aprender a apreciar. Por supuesto, diferentes culturas han creado distintas constelaciones, las cuales han variado además dependiendo de la localización geográfica de las civilizaciones y de la porción de la bóveda celeste visible para ellas. No es de extrañar pues que una de las decisiones que tomó la Unión Astronómica Internacional (UAI) durante su primera asamblea en 1922 fuese presentar una lista con las constelaciones “oficiales”: 88 en total.

¿Pero de dónde vienen estas sugerentes figuras celestiales? Si no tenemos en cuenta las constelaciones añadidas por los europeos en los últimos siglos para cubrir el hemisferio sur celeste, la mayoría de las restantes provienen de la cultura grecorromana. En concreto, durante más de 1500 años la obra de referencia por antonomasia ha sido Coordinación Matemática de Claudio Ptolomeo (Μαθηματική Σύνταξις en griego). Para aquellos a quienes este nombre no les suene, conviene matizar que nos ha llegado a nosotros gracias a las traducciones árabes medievales con el título de Al Kitabu al Majisti (“el gran libro”) o, para abreviar, El Almagesto. Ptolomeo (siglo II d.C.) fue el último sabio helenístico heredero de una larga tradición de astrónomos. Su descripción de los movimientos planetarios dominaría la astronomía hasta el Renacimiento y la aparición de Copérnico. Como no podía ser menos, su catálogo de 48 constelaciones también se convirtió en la referencia estándar en esta materia. Por supuesto, Ptolomeo no creó su lista de constelaciones de la nada, sino que empleó referencias más antiguas. En concreto, se supone que utilizó casi en su totalidad el catálogo estelar de Hiparco de Nicea, quien vivió unos trescientos años antes. Lamentablemente, el catálogo de Hiparco no ha llegado hasta la actualidad.

Podemos seguir remontándonos atrás en el tiempo a otros autores, pero, ¿cuál fue el primero en enumerar las constelaciones que nos son familiares a todos? Pues parece que fue el matemático y astrónomo griego Eudoxo de Cnidos (siglo IV a.C.). Y digo “parece” porque, una vez más, sus obras no han sobrevivido el paso del tiempo. Por suerte para nosotros, el poeta Arato de Solos escribió un libro en el siglo III a.C. basándose en la desaparecida obra de Eudoxo. Este libro se llamaba Fenómenos (Φαινόμενα) y fue tremendamente popular en Roma, donde se hicieron numerosas copias y versiones a manos de autores como Higino, Manilio o Gémino, motivo por el cual se suele citar a los Fenómenos como la primera fuente escrita donde aparecen las constelaciones actuales. Arato hace referencia a 43 constelaciones y asterismos. Aunque muchos de ellos nos resultan familiares, muchos otros no tanto. Por ejemplo, Pegaso es simplemente “el Caballo”, el Cisne es “el Ave” y Hércules aparece como “el Arrodillado”.

Copia de los Fenómenos de Arato del siglo XI

Copia de los Fenómenos de Arato del siglo XI

En lo que respecta a los mitos, lejos de la visión monolítica actual que tenemos en la actualidad, en la Antigüedad convivieron simultáneamente muchos mitos para una misma constelación. Normalmente se toma como referencia en este tema la obra de pseudo-Eratóstenes, una figura anónima del siglo I d.C. que escribió los Catasterismos (Καταστερισμοί, “situar entre las estrellas”). No obstante, muchos de los mitos que aparecen en los Catasterismos, una obra de lectura obligada para cualquier amante de la astronomía, son distintos a los que se popularizaron en Europa tras el Renacimiento.

Por supuesto, Eudoxo tampoco fue el primero en crear todas las constelaciones que conocemos: sólo fue el primero dentro de la cultura griega. El origen de muchas de las constelaciones actuales hay que buscarlo más lejos, al este, en la antigua Mesopotamia. Pero eso es otra historia…

Monday, January 26, 2009

Lanzamiento de un H-IIA

El pasado 23 de enero a las 3:54 UTC fue lanzado desde la rampa LP1 del centro de Tanegashima (Japón) el 15º cohete H-IIA. La carga principal era el satélite Ibuki (いぶき, "respiración"), también denominado GOSAT, para el estudio del dióxido de carbono en la atmósfera terrestre.

EL H-IIA es el cohete estrella de la agencia espacial japonesa (JAXA). Japón empezó a construir lanzadores de tamaño medio gracias a la ayuda tecnológica de los EE UU, lo que permitió el desarrollo del N-I (nueve lanzamientos en el periodo 1975-1982) y el N-II (siete lanzamientos entre 1981 y 1987). Ambos lanzadores estaban basados en el Delta norteamericano. Esta experiencia le permitió al país del Sol Naciente desarrollar el H-I, básicamente un Delta/N-II fabricado en Japón bajo licencia que usaba etapas superiores japonesas y que llevó a cabo nueve lanzamientos desde 1986 hasta 1992. Por fin en 1994 fue introducido el H-II, desarrollado y construido íntegramente en Japón, con capacidad para colocar 10 t en órbita baja (LEO) y 4 t en órbita geoestacionaria (GEO). El H-II usaba motores criogénicos, una tecnología muy costosa de implementar, algo que pudo experimentar de primera mano Japón. Efectivamente, el desarrollo del motor LE-7 del H-II estuvo plagado de un sinfín de retrasos y sobrecostes. El H-II realizó siete lanzamientos entre 1994 y 1999, pero pronto se comprobó que la complejidad asociada a las operaciones era mayor de lo esperado, lo que se tradujo en diversos fallos y en un aumento del coste asociado al programa. Como resultado, el H-II resultaba demasiado caro para competir en el mercado internacional con los lanzadores rusos o el Ariane V, situación que se agravó en los 90 debido a la alta cotización del yen. A resultas de la decepción del H-II, Japón decidió desarrollar el H-IIA. Se trata de un lanzador con características parecidas al H-II que toma nota de las lecciones aprendidas con su predecesor para reducir así el coste de operaciones en un 50%.

El H-IIA, fabricado por Mitsubishi Heavy Industries Ltd. (三菱重工業株式会社), realizó su vuelo inaugural en 2001 y desde entonces ha realizado quince lanzamientos. Este cohete viene en cinco versiones según el número de cohetes de combustible sólido, SRB (Solid Rocket Booster), que se acoplen a la primera etapa. En este caso se trató de un vehículo H-2A202, con dos SRB-A. El H-II puede llevar hasta cuatro SRB-A y cuatro SSB (Solid Strap-on Booster). Este cohete incorpora en su primera etapa el motor criogénico LE-7A que, con 870-1098 kN de empuje y 390 s de funcionamiento, se sitúa en la misma categoría que el motor Vulcain del Ariane V. Su empuje puede reducirse hasta el 72% nominal. Esta primera etapa tiene una longitud de 37,2 metros y un diámetro de 4 m, con una masa de 114 t.



Motor LE-7A (Mitsubishi).

Los cohetes de combustible sólido SRB-A tienen una longitud de 15,1 m y un diámetro de 2,5 m, con una masa de 77 t. Funcionan durante los primeros 56 s del vuelo y proporcionan un empuje de 2245 kN cada uno (comparados con los 6470 kN de los SRB del Ariane V). Queman una mezcla de polibutadieno compuesto.

La segunda etapa, criogénica también, tiene una longitud de 9,2 m y un diámetro de 4 m. Su masa es de 20 t y el motor LE-5B desarrolla un empuje de 137,2 kN, modificable hasta en un 5%. Este motor es descendiente del LE-5, el primer motor criogénico desarrollado en Japón para el cohete H-I. El H2A202 es la versión menos potente del H-IIA, con una capacidad en GTO de 4,15 t. La versión más potente, la H2A204, con cuatro SRB-A, puede colocar en GTO hasta 6 t. El H-IIA tiene una capacidad en LEO similar al H-II: 10 t en una órbita inclinada 30º. Además puede poner 4 t en una órbita polar o 2,5 t en una misión interplanetaria.



La familia H-IIA (JAXA).



Especificaciones técnicas del H-IIA (JAXA).


El H2A202 (izqda.) y el H2A2024 (JAXA).

La JAXA canceló las versiones H2A212 y H2A222, que empleaban una curiosa configuración en el lanzamiento con una etapa de empuje de dimensiones similares a la primera etapa del H-IIA.


La curiosa versión H2A-212 (JAXA).

En septiembre de este año deberá lanzarse el primer H-IIB con el HTV a bordo. El H-IIB incorporará cuatro SRB-A y dos motores LE-7A en su primera etapa, la cual tendrá un diámetro de 5,2 m. Estas modificaciones permitirán colocar hasta 8 t en GTO y 16,5 t en LEO.

Como curiosidad, vale la pena recordar que los lanzamientos de cohetes japoneses están severamente limitados por los acuerdos con la todopoderosa flota pesquera nipona. Los pescadores locales y la flota de alta mar piensan que los lanzamientos reducen drásticamente la captura de pescados, así que llevan años presionando políticamente para limitar su número y restringir las fechas disponibles. De hecho, algunos cohetes japoneses utilizan un original sistema de lanzamiento en ángulo para conseguir así minimizar el tiempo que el vehículo tarda en sobrevolar las zonas de pesca, aunque esto suponga disminuir las prestaciones del cohete (lo interesante es despegar en vertical para dejar atrás lo antes posible las capas más densas de la atmósfera).

El H-IIA es lanzado desde el Centro Espacial de Tanegashima (種子島宇宙センター), situado en la isla homónima. El centro se divide en dos áreas: Osaki (大崎射場) y Takasaki (竹崎射場). La zona de Takasaki está destinada a cohetes pequeños. El complejo de Osaki se divide a su vez en dos complejos de lanzamiento: Osaki (cohetes J-I) y Yoshinobu (H-II). Cerca de la rampa de lanzamiento se encuentran los edificios para el montaje del cohete y su integración con la carga útil.





El Centro Espacial de Tanegashima (Mitsubishi).


Complejo de lanzamiento de Yoshinobu, en Tanegashima. La rampa LP-2 queda a la derecha y la LP-1 al fondo. A la izquierda se aprecian los depósitos de hidrógeno líquido (JAXA).


Yoshinobu visto con el Google Earth.

La nave llega a Tanegashima y se traslada al edificio STA2 (Spacecraft Test and Assembly Building). De allí pasa al SFA (Spacecraft Fairing and Assembly Building), donde se carga de combustible y se integra con la cofia. El conjunto cofia-nave es trasladado mediante un camión hasta el Yoshinobu VAB (Vehicle Assembly Building), donde espera el cohete H-IIA en posición vertical. Dependiendo de la carga, la nave puede pasar directamente desde otro edificio, SFA2, al VAB. Desde el VAB, el lanzador es transportado hasta la rampa con la Mobile Launch Table (ML). Existen dos rampas en Yoshinobu: la primera es para vehículos grandes y la segunda está destinada a satélites más pequeños (hasta 2 t en GEO). Este lanzamiento ha tenido lugar desde la primera (LP-1), donde se encuentra una torre de servicio (Pad Service Tower). Muy cerca se encuentra el Centro de Control de lanzamiento de Takesaki.


Esquema de los preparativos antes del lanzamiento (JAXA).



Integración del H-IIA en el VAB (diciembre 2008)(JAXA).



Integración de Ibuki con la cofia (6 de enero)(JAXA).



Integración de la cofia con Ibuki y el H-IIA en el VAB (11 de enero)(JAXA).

Fases del lanzamiento:

  • T-0: lanzamiento.
  • T+1 min 56 s: apagado de los SRB. Altura: 47 km. Velocidad: 1,6 km/s.
  • T+2 min 06 s: separación de los SRB. Altura: 54 km. Velocidad: 1,7 km/s.
  • T+4 min 30 s: separación de la cofia. Altura: 147 km. Velocidad: 2 km/s.
  • T+6 min 36 s: apagado de la primera etapa (MECO). Altura: 298 km. Velocidad: 3,2 km/s.
  • T+6 min 44 s: separación de la primera etapa: Altura: 311 km. Velocidad: 3,1 km/s.
  • T+6 min 50 s: encendido de la segunda etapa (SEIG). Altura: 320 km. Velocidad: 3,1 km/s.
  • T+15 min 11 s: apagado de la segunda etapa (SECO). Altura: 671 km. Velocidad: 7,5 km/s.

Fases del Lanzamiento (JAXA).






宇宙へ! (JAXA).

Referencias: