Según un reciente artículo de Nature, a las numerosas capacidades de cálculo del maravilloso Mecanismo de Antikythera le debemos añadir un calendario olímpico. Como lo oyen. La verdad es que este milagro de la ingeniería de la Antigüedad no deja de sorprendernos.
Por cierto, en la página de Nature podemos ver este impresionante e ilustrativo vídeo sobre la investigación para explicar el funcionamiento de esta "paleocalculadora" y el proceso de ingeniería inversa que se ha llevado a cabo para su rconstrucción.
Los restos del mecanismo en el museo de Atenas (copyright un servidor).
Wednesday, July 30, 2008
Fobos al fin
Aunque se han retrasado un poco, ya podemos ver las últimas imágenes de Fobos tomadas por la Mars Express desde una distancia de 97 km:
Geometría del sobrevuelo de Fobos por parte de la Mars Express (ESA).
De paso, podemos ver algunos de los lugares de aterrizaje propuestos para la Phobos-Grunt:
Geometría del sobrevuelo de Fobos por parte de la Mars Express (ESA).
De paso, podemos ver algunos de los lugares de aterrizaje propuestos para la Phobos-Grunt:
Sunday, July 27, 2008
HTV tripulado
Normal. Se veía venir. Si ya han surgido propuestas de versiones tripuladas del ATV, como el ATV Evolution, ahora podemos ver aquí una propuesta de vehículo tripulado basado en el futuro HTV de la JAXA. La nave tendría este aspecto:
Lanzada mediante un cohete H-IIB, tendría una masa de 15 toneladas y podría llevar una tripulación de cuatro personas. Aparentemente, no es más que un HTV con una cápsula para la tripulación, pero lo verdaderamente innovador es que además de la cápsula y el módulo de servicio, incluye un módulo orbital presurizado similar al del HTV, de forma parecida a la distribución de una Soyuz. Sin embargo, el módulo presurizado está situado durante el lanzamiento debajo del resto de secciones. Una vez en órbita, la cápsula y el módulo de servicio giran 180º para acoplarse con el módulo presurizado:
Se trata de una configuración muy útil para una misión a la ISS o una estacion espacial, pero quizás no tanto para un viaje a la Luna. De todas formas es una propuesta muy original.
Un cohete H-IIB con la nave tripulada y su torre de escape (JAXA).
Propuesta de cápsula con cuatro tripulantes (JAXA).
Lanzada mediante un cohete H-IIB, tendría una masa de 15 toneladas y podría llevar una tripulación de cuatro personas. Aparentemente, no es más que un HTV con una cápsula para la tripulación, pero lo verdaderamente innovador es que además de la cápsula y el módulo de servicio, incluye un módulo orbital presurizado similar al del HTV, de forma parecida a la distribución de una Soyuz. Sin embargo, el módulo presurizado está situado durante el lanzamiento debajo del resto de secciones. Una vez en órbita, la cápsula y el módulo de servicio giran 180º para acoplarse con el módulo presurizado:
Se trata de una configuración muy útil para una misión a la ISS o una estacion espacial, pero quizás no tanto para un viaje a la Luna. De todas formas es una propuesta muy original.
Un cohete H-IIB con la nave tripulada y su torre de escape (JAXA).
Propuesta de cápsula con cuatro tripulantes (JAXA).
Friday, July 25, 2008
Orlán y EMU
Me ha llamado la atención esta imagen de la Expedición 17 a bordo de la ISS:
En ella podemos ver al mismo tiempo un traje EMU de la NASA y un Orlán M ruso. Quién hubiese imaginado una imagen así hace veinte años...
En ella podemos ver al mismo tiempo un traje EMU de la NASA y un Orlán M ruso. Quién hubiese imaginado una imagen así hace veinte años...
Thursday, July 24, 2008
El Sol polar marciano
Esta imagen demuestra mejor que cualquier explicación la situación de Phoenix en el polo norte marciano:
Preciosa.
Preciosa.
Rusia adelante
En el festival aeronáutico de Farnborough, la empresa RKK Energía hizo públicas las primeras imágenes de la futura nave tripulada que piensa desarrollar conjuntamente con la ESA (CSTS / ACTS):
La futura nave ruso-europea según Anatoly Zak (Russianspaceweb.com).
Esta nave, que deberá sustituir a las actuales Soyuz TMA, podrá realizar vuelos lunares sin modificación alguna y tendrá una capacidad de hasta seis cosmonautas, similar a la Orión de la NASA. Al igual que ésta, ambos diseños comparten el empleo de una gran cápsula, aunque la propuesta ruso-europea tiene una forma más puntiaguda que su homóloga del otro lado del Atlántico, para optimizar así el volumen interno (por contra, la forma de la Orión está pensada para optimizar las características del vehículo en una reentrada tras un viaje lunar o interplanetario). Aunque ya se conocían las líneas magistrales de la nueva nave, es ahora la primera vez que hemos podido ver el proyecto. Su aspecto es una especie de híbrido entre una Orión, una Soyuz y un ATV. El módulo de servicio deberá ser construido principalmente por la ESA, usando su experiencia con el ATV, aunque en las nuevas imágenes podemos ver paneles solares similares a los de la Soyuz. La cápsula, que tendría como contratista principal a la empresa RKK Energía, recuerda vagamente a los proyectos Zaryá y Soyuz ACRV, ambos precisamente desarrollados por Energía. Como detalle técnico, se ve que la empresa rusa ha decidido agrupar los motores de maniobra de la cápsula en su parte delantera, lo que recuerda vagamente a la disposición de los motores de guiñada de la cápsula Soyuz. Además, la cápsula deberá desplegar antes del contacto con el suelo un tren de aterrizaje que evitará a la tripulación la desagradable sensación de rodar por la superficie que experimentan los astronautas dentro de una Soyuz.
Aunque el proyecto es muy interesante, la ESA no ha decidido aún participar, y lo cierto es que el clima actual de tensión entre Rusia y los EE UU no ayuda precisamente a que la respuesta de la agencia europea sea afirmativa. Sin la colaboración europea, es difícil ver cómo Rusia podría desarrollar este vehículo en solitario, especialmente teniendo en cuenta que deberá ser lanzado desde el futuro cosmódromo de Vostochniy y mediante un cohete nuevo (Angará) antes de 2020. Aunque recientemente el número dos de Roskosmos, Vitali Davidov, declaró que el presupuesto espacial ruso se duplicaría el año que viene, habrá que verlo para creerlo, pues no es la primera vez que hemos podido oír declaraciones parecidas. Aunque la boyante economía rusa sin duda permitirá un aumento de este presupuesto, el programa espacial ruso lleva muchos años viviendo de las rentas de la antigua URSS. Si Rusia quiere sustituir a la Soyuz por una nueva nave, construir un nuevo centro de lanzamiento y seguir ampliando su industria aeroespacial, doblar el presupuesto puede que no sea suficiente, teniendo en cuenta lo escaso que es en la actualidad.
(gracias, Víctor)
La futura nave ruso-europea según Anatoly Zak (Russianspaceweb.com).
Esta nave, que deberá sustituir a las actuales Soyuz TMA, podrá realizar vuelos lunares sin modificación alguna y tendrá una capacidad de hasta seis cosmonautas, similar a la Orión de la NASA. Al igual que ésta, ambos diseños comparten el empleo de una gran cápsula, aunque la propuesta ruso-europea tiene una forma más puntiaguda que su homóloga del otro lado del Atlántico, para optimizar así el volumen interno (por contra, la forma de la Orión está pensada para optimizar las características del vehículo en una reentrada tras un viaje lunar o interplanetario). Aunque ya se conocían las líneas magistrales de la nueva nave, es ahora la primera vez que hemos podido ver el proyecto. Su aspecto es una especie de híbrido entre una Orión, una Soyuz y un ATV. El módulo de servicio deberá ser construido principalmente por la ESA, usando su experiencia con el ATV, aunque en las nuevas imágenes podemos ver paneles solares similares a los de la Soyuz. La cápsula, que tendría como contratista principal a la empresa RKK Energía, recuerda vagamente a los proyectos Zaryá y Soyuz ACRV, ambos precisamente desarrollados por Energía. Como detalle técnico, se ve que la empresa rusa ha decidido agrupar los motores de maniobra de la cápsula en su parte delantera, lo que recuerda vagamente a la disposición de los motores de guiñada de la cápsula Soyuz. Además, la cápsula deberá desplegar antes del contacto con el suelo un tren de aterrizaje que evitará a la tripulación la desagradable sensación de rodar por la superficie que experimentan los astronautas dentro de una Soyuz.
Aunque el proyecto es muy interesante, la ESA no ha decidido aún participar, y lo cierto es que el clima actual de tensión entre Rusia y los EE UU no ayuda precisamente a que la respuesta de la agencia europea sea afirmativa. Sin la colaboración europea, es difícil ver cómo Rusia podría desarrollar este vehículo en solitario, especialmente teniendo en cuenta que deberá ser lanzado desde el futuro cosmódromo de Vostochniy y mediante un cohete nuevo (Angará) antes de 2020. Aunque recientemente el número dos de Roskosmos, Vitali Davidov, declaró que el presupuesto espacial ruso se duplicaría el año que viene, habrá que verlo para creerlo, pues no es la primera vez que hemos podido oír declaraciones parecidas. Aunque la boyante economía rusa sin duda permitirá un aumento de este presupuesto, el programa espacial ruso lleva muchos años viviendo de las rentas de la antigua URSS. Si Rusia quiere sustituir a la Soyuz por una nueva nave, construir un nuevo centro de lanzamiento y seguir ampliando su industria aeroespacial, doblar el presupuesto puede que no sea suficiente, teniendo en cuenta lo escaso que es en la actualidad.
(gracias, Víctor)
Sunday, July 20, 2008
Vuelve Kaguya
Si hace poco comentábamos cómo Kaguya-SELENE había fotografiado la zona de aterrizaje del Apolo 15, ahora también podemos ver el valle Taurus-Littrow, el lugar de alunizaje del Apolo 17:
El valle Taurus-Littrow, en el centro de la imagen (JAXA).
La misma zona vista desde el módulo lunar Challenger. En el centro se puede ver el CSM America (NASA).
Las rutas seguidas por los astronautas en el valle Taurus-Littrow (NASA).
Pero eso no es todo. También podemos ver este impresionante vídeo (288 MB) del cráter Tycho realizado a partir de imágenes de la sonda.
El majestuoso pico central del cráter Tycho según Kaguya (JAXA).
Por cierto, que la sonda Surveyor 7 aterrizó en 1968 cerca del flanco norte de Tycho y nos brindó este bonito panorama:
Superficie lunar cerca del cráter Tycho (NASA).
La NHK ha puesto a la venta un vídeo Blue-Ray con los "greatest hits" de Kaguya. Ya me lo estoy pidiendo...
El valle Taurus-Littrow, en el centro de la imagen (JAXA).
La misma zona vista desde el módulo lunar Challenger. En el centro se puede ver el CSM America (NASA).
Las rutas seguidas por los astronautas en el valle Taurus-Littrow (NASA).
Pero eso no es todo. También podemos ver este impresionante vídeo (288 MB) del cráter Tycho realizado a partir de imágenes de la sonda.
El majestuoso pico central del cráter Tycho según Kaguya (JAXA).
Por cierto, que la sonda Surveyor 7 aterrizó en 1968 cerca del flanco norte de Tycho y nos brindó este bonito panorama:
Superficie lunar cerca del cráter Tycho (NASA).
La NHK ha puesto a la venta un vídeo Blue-Ray con los "greatest hits" de Kaguya. Ya me lo estoy pidiendo...
Saturday, July 19, 2008
Novedades marcianas
La semana pasada ha sido bastante movidita en cuanto a noticias provenientes del planeta rojo. Por un lado, la sonda Mars Express realizó el pasado 12 de julio el primero de los cinco sobrevuelos de Fobos planeados para este verano, algunos de los cuales acercarán la nave a menos de 100 km de la superficie del pequeño satélite.
Aunque en la noticia de la ESA sobre los sobrevuelos de Fobos hemos podido ver las bonitas imágenes que se ven arriba, en realidad estas fotos corresponden a un sobrevuelo lejano de enero de 2008.
Por otro lado, investigadores del espectrómetro CRISM a bordo de la Mars Reconnaissance Orbiter han hecho público dos estudios que revelan, una vez más, el pasado húmedo de Marte, en lo que probablemente es una de las noticias más importantes de los últimos años. Uno de los estudios, publicado en Nature el pasado 17 de julio, se centra en el descubrimiento de materiales arcillosos en la superficie marciana. La búsqueda de estos materiales, prueba de la existencia de un pasado húmedo, eran uno de los objetivos prioritarios del instrumento CRISM. Misiones anteriores, como la Mars Global Surveyor, obtuvieron resultados confusos y contradictorios, pero la altísima resolución de CRISM parece que por fin ha conseguido hacerse con el premio gordo. Otro estudio relacionado, aparecido el 2 de junio en Nature Geosciences, sugiere que las condiciones de clima benigno persistieron durante más tiempo de lo que se pensaba, al menos en algunas zonas, permitiendo la aparición de deltas y otros grandes depósitos de sedimentos que serán un objetivo prioritario para futuras misiones.
Y no nos olvidamos de Phoenix, que sigue estudiando el suelo rico en hielo de la región polar marciana. Sin duda, con la confirmación de la existencia de hielo a tan poca profundidad habrá que replantearse muchas propuestas de misiones tripuladas.
Aunque en la noticia de la ESA sobre los sobrevuelos de Fobos hemos podido ver las bonitas imágenes que se ven arriba, en realidad estas fotos corresponden a un sobrevuelo lejano de enero de 2008.
Por otro lado, investigadores del espectrómetro CRISM a bordo de la Mars Reconnaissance Orbiter han hecho público dos estudios que revelan, una vez más, el pasado húmedo de Marte, en lo que probablemente es una de las noticias más importantes de los últimos años. Uno de los estudios, publicado en Nature el pasado 17 de julio, se centra en el descubrimiento de materiales arcillosos en la superficie marciana. La búsqueda de estos materiales, prueba de la existencia de un pasado húmedo, eran uno de los objetivos prioritarios del instrumento CRISM. Misiones anteriores, como la Mars Global Surveyor, obtuvieron resultados confusos y contradictorios, pero la altísima resolución de CRISM parece que por fin ha conseguido hacerse con el premio gordo. Otro estudio relacionado, aparecido el 2 de junio en Nature Geosciences, sugiere que las condiciones de clima benigno persistieron durante más tiempo de lo que se pensaba, al menos en algunas zonas, permitiendo la aparición de deltas y otros grandes depósitos de sedimentos que serán un objetivo prioritario para futuras misiones.
Y no nos olvidamos de Phoenix, que sigue estudiando el suelo rico en hielo de la región polar marciana. Sin duda, con la confirmación de la existencia de hielo a tan poca profundidad habrá que replantearse muchas propuestas de misiones tripuladas.
Friday, July 18, 2008
La Tierra y la Luna vistas por EPOXI
La misión extendida de la sonda Deep Impact (EPOXI) ha filmado esta preciosa película de la Tierra y la Luna desde una distancia de 50 millones de kilómetros:
Lo que más llama la atención es sin duda la diferencia de albedo entre ambos cuerpos.
Lo que más llama la atención es sin duda la diferencia de albedo entre ambos cuerpos.
Wednesday, July 16, 2008
Makemake
Así se llama ya oficialmente el cuarto planeta enano del Sistema Solar, que a la vez resulta ser el tercer plutoide en ser bautizado. Anteriormente conocido como 2005 FY9, (136472) Makemake debe su nombre al dios asociado al famoso culto del hombre-pájaro de Rapa Nui. El descubridor del planeta enano, el controvertido Mike Brown, eligió este nombre que ha sido recientemente aprobado por la UAI. Ahora le toca a 2003 EL61...un tema espinoso, sin duda. (Yo voto por "Balón de Rugby")
Sunday, July 13, 2008
Estudiando la Soyuz TMA-12
El pasado jueves día 10 Serguéi Volkov y Oleg Kononenko llevaron a cabo la esperada actividad extravehicular (EVA) para inspeccionar el estado de los pernos explosivos de la Soyuz TMA-12. Recordemos que las dos Soyuz anteriores sufrieron una reentrada balística, aparentemente porque el módulo de propulsión (PAO) no se separó correctamente de la cápsula (SA). A la espera de que la comisión estatal dirigida por la agencia espacial rusa Roskosmos dictamine qué pasó exactamente con las anteriores misiones, el control de vuelos ruso (TsUP) y la empresa RKK Energía (fabricante de las Soyuz) decidieron organizar una EVA para retirar un perno explosivo del PAO y verificar su estado, ya que todas las teorías apuntan a que algún tipo de problema con estos dispositivos fue el causante de las anteriores reentradas balísticas. La EVA tuvo una duración de 6 horas y 18 minutos (en este punto conviene matizar que las EVAs rusas y las estadounidenses utilizan distintos criterios para medir la duración: los rusos contabilizan desde el momento que se abre la escotilla hasta que se cierra, mientras que la NASA empieza a contar desde que el traje espacial utiliza las baterías internas como fuente de energía).
Se trataba de una EVA bastante arriesgada, en tanto en cuanto los cosmonautas no se habían entrenado para ella antes del comienzo de la misión y porque ambos carecían de experiencia previa en actividades extravehiculares. Además, para alcanzar el perno explosivo los cosmonautas debían romper la cubierta térmica de la Soyuz, conocida como Aislamiento Térmico de Apantallamiento en el Vacío o EVTI en ruso (ЭВТИ, Экранно-Вакуумая Теплоизоляция), con el consiguiente riesgo de romper algún mecanismo de la nave que los debe traer de vuelta a la Tierra. El perno se encuentra en la sección intermedia del PAO, o PKhO (переходной отсек, ПхО), parte no presurizada del módulo que enlaza la cápsula con éste. En el PKhO se incluyen varios motores de maniobra DPO, además de tanques de oxígeno. En esta sección se encuentran las estructuras que unen la cápsula con el PAO en 10 puntos, cinco de los cuales cuentan con dos pernos explosivos cada uno (diez en total) y otros cinco tienen muelles para la separación de los módulos. El esquema del PKhO sin las cubiertas EVTI es este:
Vista general del PKhO y el PAO.
Detalle del punto de conexión entre la cápsula y el PAO donde se encuentra el perno explosivo. A ambos lados de se pueden ver dos de los 16 motores DPO-B de 13,3 kgf de empuje cada uno con los que cuenta la Soyuz TMA (NASA TV).
Así luce el PKhO con la cubierta EVTI encima (www.buran.ru).
Como el perno tiene material explosivo en su interior, los cosmonautas llevaban un pequeño contenedor especial para guardarlo de forma segura (NASA TV).
Zona del PKhO donde los cosmonautas debían retirar la EVTI (NASA TV).
Para evitar una posible contaminación de hidracina, los cosmonautas debían colocar unos capuchones a las toberas de los motores DPO. Durante la EVA, los capuchones se soltaron sin que los cosmonautas, distraidos por otras tareas, los colocasen en su sitio (NASA TV).
Kononeko y Volkov usaron la grúa Strelá ("flecha") para moverse hasta la Soyuz desde la esclusa Pirs (NASA TV).
La EVA se desarrolló con varias complicaciones, pero los cosmonautas pudieron cortar la cubierta aislante y retirar el perno, como vemos en la siguiente secuencia de imágenes de la NASA TV obtenidas con una cámara en el casco de Kononenko:
Tras retirar el perno, los cosmonautas instalaron un "parche" para tapar el agujero en el aislante:
Al final la EVA fue exitosa y el perno está ya en el interior de la ISS, aunque varios medios de comunicación estadounidenses la han criticado por ser "improvisada", "torpe" o "peligrosa". De lo primero y lo último no me cabe duda, pero creo que sería injusto ensañarse con el trabajo de los cosmonautas. Es cierto que éstos se mostraron en ocasiones muy nerviosos, olvidándose de herramientas en la esclusa o actuando confusamente, además de notarse cierta descoordinación con el TsUP, pero es comprensible dadas las circunstancias.
Lo cierto es que RKK Energía y Roskosmos se juegan mucho en este tema. Un tercer descenso balístico demostraría que algo falla en los controles de calidad de las Soyuz, precisamente ahora que la producción de naves ha de aumentar para dar cabida a la nueva tripulación permanente de seis personas en la ISS, y justo cuando los EE UU van a depender de las Soyuz para acceder al espacio tras la retirada del transbordador en 2010. Son muchos en Estados Unidos los que están usando los últimos problemas de las Soyuz para arremeter contra la política de la NASA y forzar la prolongación de los vuelos del shuttle al menos un año más. Por eso, y como se suele decir en estos casos, el fracaso no es una opción.
Por cierto, he podido leer en varias páginas que esta era la primera "reparación" de una Soyuz en órbita. Aunque el concepto de "reparación" es discutible, pues es posible que los pernos no tengan ningún defecto, la primera Soyuz reparada en el espacio fue la Soyuz TM-9, allá por 1990. En esta ocasión, la cubierta térmica (EVTI) de la cápsula se desprendió durante el lanzamiento, quedando la nave con este aspecto:
Vista frontal de la Soyuz TM-9 en 1990. Se pueden apreciar los paneles desprendidos, con la apariencia de los pétalos de una flor (www.astronautix.com).
La estación Mir con la Soyuz TM-9 acoplada a la derecha. Se puede ver parte de la cubierta térmica desprendida.
Los cosmonautas Solovyov y Balandin realizaron una épica EVA para reparar su nave, tarea que realizaron con éxito. Lástima que nadie parezca acordarse de su gesta.
Más info:
Se trataba de una EVA bastante arriesgada, en tanto en cuanto los cosmonautas no se habían entrenado para ella antes del comienzo de la misión y porque ambos carecían de experiencia previa en actividades extravehiculares. Además, para alcanzar el perno explosivo los cosmonautas debían romper la cubierta térmica de la Soyuz, conocida como Aislamiento Térmico de Apantallamiento en el Vacío o EVTI en ruso (ЭВТИ, Экранно-Вакуумая Теплоизоляция), con el consiguiente riesgo de romper algún mecanismo de la nave que los debe traer de vuelta a la Tierra. El perno se encuentra en la sección intermedia del PAO, o PKhO (переходной отсек, ПхО), parte no presurizada del módulo que enlaza la cápsula con éste. En el PKhO se incluyen varios motores de maniobra DPO, además de tanques de oxígeno. En esta sección se encuentran las estructuras que unen la cápsula con el PAO en 10 puntos, cinco de los cuales cuentan con dos pernos explosivos cada uno (diez en total) y otros cinco tienen muelles para la separación de los módulos. El esquema del PKhO sin las cubiertas EVTI es este:
Vista general del PKhO y el PAO.
Detalle del punto de conexión entre la cápsula y el PAO donde se encuentra el perno explosivo. A ambos lados de se pueden ver dos de los 16 motores DPO-B de 13,3 kgf de empuje cada uno con los que cuenta la Soyuz TMA (NASA TV).
Así luce el PKhO con la cubierta EVTI encima (www.buran.ru).
Como el perno tiene material explosivo en su interior, los cosmonautas llevaban un pequeño contenedor especial para guardarlo de forma segura (NASA TV).
Zona del PKhO donde los cosmonautas debían retirar la EVTI (NASA TV).
Para evitar una posible contaminación de hidracina, los cosmonautas debían colocar unos capuchones a las toberas de los motores DPO. Durante la EVA, los capuchones se soltaron sin que los cosmonautas, distraidos por otras tareas, los colocasen en su sitio (NASA TV).
Kononeko y Volkov usaron la grúa Strelá ("flecha") para moverse hasta la Soyuz desde la esclusa Pirs (NASA TV).
La EVA se desarrolló con varias complicaciones, pero los cosmonautas pudieron cortar la cubierta aislante y retirar el perno, como vemos en la siguiente secuencia de imágenes de la NASA TV obtenidas con una cámara en el casco de Kononenko:
Tras retirar el perno, los cosmonautas instalaron un "parche" para tapar el agujero en el aislante:
Al final la EVA fue exitosa y el perno está ya en el interior de la ISS, aunque varios medios de comunicación estadounidenses la han criticado por ser "improvisada", "torpe" o "peligrosa". De lo primero y lo último no me cabe duda, pero creo que sería injusto ensañarse con el trabajo de los cosmonautas. Es cierto que éstos se mostraron en ocasiones muy nerviosos, olvidándose de herramientas en la esclusa o actuando confusamente, además de notarse cierta descoordinación con el TsUP, pero es comprensible dadas las circunstancias.
Lo cierto es que RKK Energía y Roskosmos se juegan mucho en este tema. Un tercer descenso balístico demostraría que algo falla en los controles de calidad de las Soyuz, precisamente ahora que la producción de naves ha de aumentar para dar cabida a la nueva tripulación permanente de seis personas en la ISS, y justo cuando los EE UU van a depender de las Soyuz para acceder al espacio tras la retirada del transbordador en 2010. Son muchos en Estados Unidos los que están usando los últimos problemas de las Soyuz para arremeter contra la política de la NASA y forzar la prolongación de los vuelos del shuttle al menos un año más. Por eso, y como se suele decir en estos casos, el fracaso no es una opción.
Por cierto, he podido leer en varias páginas que esta era la primera "reparación" de una Soyuz en órbita. Aunque el concepto de "reparación" es discutible, pues es posible que los pernos no tengan ningún defecto, la primera Soyuz reparada en el espacio fue la Soyuz TM-9, allá por 1990. En esta ocasión, la cubierta térmica (EVTI) de la cápsula se desprendió durante el lanzamiento, quedando la nave con este aspecto:
Vista frontal de la Soyuz TM-9 en 1990. Se pueden apreciar los paneles desprendidos, con la apariencia de los pétalos de una flor (www.astronautix.com).
La estación Mir con la Soyuz TM-9 acoplada a la derecha. Se puede ver parte de la cubierta térmica desprendida.
Los cosmonautas Solovyov y Balandin realizaron una épica EVA para reparar su nave, tarea que realizaron con éxito. Lástima que nadie parezca acordarse de su gesta.
Más info:
Friday, July 11, 2008
Vídeos de la Shenzhou 7
El otro día comentábamos las nuevas imágenes del entrenamiento de la próxima Shenzhou 7. Ahora podemos ver un par de vídeos sobre la misión:
Lo que más me ha llamado la atención de este vídeo es lo que parece ser un sistema de escape para los astronautas (en el segundo 30).
En este otro aparece un curioso entrenamiento del aterrizaje en el que los tres astronautas se introducen en una maqueta de la cápsula y ruedan por el suelo:
Lo que más me ha llamado la atención de este vídeo es lo que parece ser un sistema de escape para los astronautas (en el segundo 30).
En este otro aparece un curioso entrenamiento del aterrizaje en el que los tres astronautas se introducen en una maqueta de la cápsula y ruedan por el suelo:
Un avión en Venus
Hay muchos planes para mandar un avión a Marte, pero Venus es otra historia. Bueno, pues ya era hora de que alguien propusiera una misión alada al "planeta gemelo". Con Uds, el avión solar venusino:
Más info: Solar Airplane Concept Developed for Venus Exploration, Geoffrey Landis.
Más info: Solar Airplane Concept Developed for Venus Exploration, Geoffrey Landis.
Thursday, July 10, 2008
Viajar a la Luna IV
Parte I
Parte II
Parte III
Como hemos visto, una misión de tipo directo a la Luna con dos cosmonautas requiere un cohete no mucho mayor que el Saturno V, como era el caso del UR-700. De hecho, el UR-700 era un cohete tan monstruoso debido a dos motivos: primero, porque usaba combustibles hipergólicos y, segundo, por la situación geográfica del cosmódromo de Baikonur (46º latitud norte), que obligaba a todos los lanzadores soviéticos a tener una potencia extra con respecto a sus homólogos americanos. Es por esto que el cohete N1, pese a tener un empuje en el lanzamiento de 43 000 kN, sólo podía poner en órbita baja unas 95 t, frente a las 120 t del Saturno V, con un empuje de "sólo" 34 000 kN, pero que era lanzado desde Cabo Cañaveral (latitud 28º). De todas formas, el N1 era un cohete mucho menos eficiente que su homólogo estadounidense. Aunque se hubiese lanzado desde una latitud similar no hubiera podido poner en órbita más de 105 t.
¿Hubiesen podido los EE UU llegar antes a la Luna con una misión de aterrizaje directo? Aparentemente sí, aunque de todas formas a mediados de los sesenta Estados Unidos ya llevaba una ventaja clara a la Unión Soviética en el programa de aterrizaje lunar, aunque no así en lo referente a un viaje tripulado alrededor de la Luna. En este caso sí que existió una verdadera carrera lunar. Si el cohete Protón no hubiese sufrido tantos lanzamientos fallidos en sus primeros años de existencia y si la NASA hubiese seguido el plan original de mandar una nave Apolo en órbita lunar no antes de 1969, quizás la primera nave en sobrevolar nuestro satélite hubiese sido soviética. Irónicamente, el gobierno norteamericano, conocedor de la existencia de un programa lunar soviético gracias a los servicios de inteligencia, presionó a la NASA para que llevase a cabo una misión lunar antes de lo previsto, en diciembre de 1968. La misión, que acabaría siendo conocida como Apolo 8, era tremendamente arriesgada, pero los EE UU pensaban que el programa Zond L1 estaba a punto de lograr su objetivo, así que el riesgo merecía la pena.
Una cuestión más interesante es si la URSS podría haber ganado la carrera lunar de haber apostado antes por el UR-700 - LK-700 de Chelomei en vez del N1-L3 de Korolyov. A su favor, el plan de Chelomei ofrecía una arquitectura de ascenso directo mucho más segura y sencilla que el complejo sistema LOR que debían usar la LOK y la LK, además se podía hacer uso de los motores soviéticos más potentes del momento (RD-270) y de la experiencia en el cohete Protón (de hecho se suponía que las etapas superiores del UR-700 serían versiones del Protón), aunque los numerosos fallos de este lanzador al principio de su carrera no suponen un precedente muy halagüeño. De todas formas, más que una cuestión de cohetes, motores o naves, la carrera lunar fue una competición desigual: mientras los EE UU invirtieron unos 24 mil millones de dólares en el Apolo, la URSS sólo pudo, o quiso, gastarse 4500 millones. El aparente retraso tecnológico soviético percibido en Occidente era, en la década de los sesenta, más un espejismo que una realidad y no contribuyó decisivamente a la derrota en la carrera espacial.
"¡El Cielo debe ser nuestro!". El pasado que nunca fue (A. Pervushin).
Tras seis misiones lunares, el programa Apolo finalizó abruptamente. Los EE UU se volcaron en el Skylab y en el desarrollo del transbordador espacial. La URSS negó que hubiese intentado poner un hombre en la Luna, una de las mentiras gubernamentales con más éxito de la historia. Estados Unidos había ganado la carrera lunar.
Sin embargo, en la URSS esta derrota no provocó una cancelación inmediata de los planes lunares. Se había invertido demasiado tiempo y dinero para que todo el esfuerzo lunar se tirase por la borda precipitadamente. Aunque el programa L1 tenía los días contados (no tenía mucho sentido empeñarse en mandar un hombre alrededor de la Luna cuando los americanos ya caminaban por su superficie), la oficina de Mishin seguía contemplando la posibilidad de aterrizar en la Luna. De hecho, sin la presión de adelantar a la NASA, los ingenieros pensaban que podrían poner un hombre en la Luna en 1975. Sin embargo, el delicado y arriesgado esquema N1-L3 contrastaba claramente con el robusto sistema demostrado por el Apolo. Por eso en 1969-1970 Mishin abandonó el esquema LOR que tantos problemas había dado y propuso una misión de tipo directo usando el N1, la L3M. La L3M tuvo una corta pero agitada vida durante la cual tuvo varios diseños. Algunos de ellos recordaban paradójicamente a la propuesta original L3 de Korolyov de 1963. Según el nuevo plan, la L3M podría llevar a dos o tres astronautas a la superficie lunar y permanecer allí durante 14 días o un mes. Curiosamente, al mismo tiempo que la L3M era propuesta, el módulo lunar LK realizaba sus primeros vuelos de prueba en órbita terrestre. La L3M debía utilizar una versión mejorada del N1, denominada N1F-L3M, que incorporaba los primeros motores criogénicos (RD-56) desarrollados en la URSS, de la mano de la oficina de diseño OKB-2 de Isayev.
Pero estos planes no llegarían a ver la luz. En noviembre de 1972 el cuarto lanzamiento del N1 terminó en desastre, como los tres anteriores, culminando la época más oscura del programa espacial soviético. Entre 1969 y 1974, además de perder la carrera lunar, tres cosmonautas habían muerto (Soyuz 11) por causas perfectamente predecibles, tres estaciones espaciales se habían perdido y numerosas sondas planetarias a Venus y Marte habían fracasado. En mayo de 1974, siguiendo el más puro estilo de las conspiraciones soviéticas, los críticos de Mishin aprovecharon que éste se encontraba ingresado en un hospital para presionar a Brezhnev y forzar su destitución. Su sucesor sería nada más y nada menos que el archirrival de Korolyov, Valentin Glushkó, el cual fusionó su oficina de diseño OKB-456 con la OKB-1, creando una "superoficina" que posteriormente sería conocida como Energía.
Así vio la CIA los resultados de la explosión del segundo cohete N1 en la rampa de lanzamiento de la derecha, en julio de 1969. La foto fue tomada por un satélite espía Corona un mes más tarde.
Como era propio de él, Glushkó tenía en mente grandiosos planes para el programa espacial soviético, pero ninguno incluía al N1 ni a la L3M. En un giro inesperado, Glushkó quería ahora desarrollar desde cero una nueva familia de lanzadores que debían utilizar combustibles criogénicos, por lo que el N1 debía ser cancelado, algo que hizo a los pocos días de convertirse en jefe de la OKB-1. Los partidarios de Mishin no tardaron en apuntar la aparente hipocresía de tal decisión, especialmente viniendo de alguien que se había negado a trabajar con Korolyov precisamente por usar este tipo de combustibles. Desgraciadamente, no contamos con el punto de vista de Glushkó, pues murió en 1989 sin haber publicado sus memorias. Posiblemente el cambio de opinión se debió a la influencia del potente y exitoso Saturno V. Además, los EE UU ya habían anunciado su intención de desarrollar el transbordador espacial, el cual también debía emplear combustibles criogénicos. El shuttle sería desarrollado conjuntamente entre la NASA y el Departamento de Defensa, lo que hizo saltar todas las alarmas en el Kremlin: claramente, la nueva nave tendría una aplicación militar, aunque se desconocía exactamente cuál. Es posible que Glushkó, siempre deseoso de agradar a los militares, ofreciese esta nueva familia de cohetes como una respuesta al transbordador, lo que aseguraría su financiación. De hecho, este sería precisamente el caso.
La OKB-1 se resistió a la cancelación del N1, apuntando que ya existían planes para una versión criogénica: el N1M. Pero Glushkó no quería oír ni hablar acerca de un proyecto cuyos motores no fuesen obra suya. Además, ambicionaba diseñar un motor equivalente al poderoso F-1 del Saturno V y, especialmente, un motor criogénico similar a los futuros SSME del shuttle. Empezó así el tortuoso camino que conduciría a algunos de los mejores motores cohete creados por el hombre: el RD-170 y el RD-0120. Sin embargo, a Glushkó le costó más de una década desarrollar sus preciados ingenios. Al final, se salió con la suya y el N1 fue cancelado en favor de la nueva familia, denominada RLA y el supercohete Vulkán, predecesor del lanzador Energía. Vulkán debía ser capaz de poner en órbita baja la impresionante cifra de 230 t.
El poderoso Vulkán (RKK Energía / www.buran.ru).
Aprovechando el potente Vulkán, surgió en 1974 otra propuesta de misión directa, LEK ("Nave de Expedición Lunar"). LEK era una nave de ascenso directo de unas 31 t con capacidad para tres cosmonautas, incluyendo la cápsula de regreso de 3,4 t. Se concibió como uno de los elementos de una ambiciosa base lunar denominada Zvezdá ("estrella"). Esta base incluía, además de la LEK, módulos vivienda-laboratorio que debían ser lanzados automáticamente antes del aterrizaje de la tripulación. Dicha estación lunar debía contar además con vehículos móviles ("lunojods") para el desplazamiento desde el LEK. Puede que los norteamericanos hubiesen sido los primeros en llegar a la Luna, pero con Vulkán y la LEK, los soviéticos serían los primeros en vivir sobre ella.
Modelo de nave de ascenso directo LEK (I. Afanasyev).
Otra vista de la nave LEK, donde se puede apreciar su curioso diseño: el módulo de descenso (9 t) es muy similar al LM del Apolo, pero la sección superior (22 t) está compuesta por una cápsula (3,4 t) tipo Soyuz dentro de la etapa de ascenso (RKK Energia).
A finales de los 80 surgió la última propuesta soviética de misión lunar. Para entonces Glushkó había modificado su cohete Vulkán para que pudiera transportar al transbordador soviético Burán. De hecho, éste sería el nombre no oficial del nuevo cohete hasta que se decidió bautizarlo con el nombre de Energía a mediados de los 80. Energía tenía una capacidad de carga útil de "solamente" 88 t en órbita baja, pero Glushkó ya preveía una variante más potente de más de 200 t que, como no, denominó también Vulkán. Curiosamente se trataba otra vez de un esquema LOR, compuesto por dos vehículos de 30 t cada uno: una nave orbital lunar (LOK) y otra para descender a la superficie (LK). La LK, basada en el diseño de la LEK, pero sin cápsula en su interior, sería lanzada sin tripulación y se colocaría en órbita lunar, esperando a la LOK, que viajaría por separado con cinco (!) cosmonautas. Tres de ellos abordarían la LK en órbita lunar y permanecerían de 5 a 10 días en la superficie, mientras sus compañeros de la LOK realizaban prospecciones desde la órbita. Se dejaba abierta la posibilidad de mandar previamente algún módulo vivienda para prolongar la estancia de la tripulación en la superficie hasta un mes o más.
Vista del conjunto LK-LOK. La LOK incorpora un módulo habitable detrás de la cápsula, a diferencia de las Soyuz, en las que el módulo se coloca delante (RKK Energia).
Detalle del LK, muy parecido al LEK, pero sin cápsula en su interior (RKK Energia).
Desgraciadamente, ninguno de estos planes, ni otros más ambiciosos que incluían misiones a Marte, vio la luz. Paradójicamente, cuando se desintegró en 1991 la URSS se encontraba en la cima de la tecnología espacial. Los humillantes años repletos de fracasos habían quedado atrás y ahora la Unión Soviética contaba con la primera estación espacial permanente (Mir) y amplia experiencia en misiones de larga duración. Disponía del cohete más potente y avanzado del mundo, el Energía, y un programa de transbordadores espaciales. Con todo este potencial, la URSS tenía aparentemente a su alcance el Sistema Solar: viajar a Marte o construir bases lunares, cualquier cosa parecía posible. "El Cielo debe ser nuestro" era el título de una novela de Antón Pervushin que describe fielmente el sentimiento de los hombres y mujeres que trabajaron en el programa espacial soviético. Sin duda, aunque el "cielo" llegó a ser soviético, la Luna se resistió.
Referencias:
Parte II
Parte III
Como hemos visto, una misión de tipo directo a la Luna con dos cosmonautas requiere un cohete no mucho mayor que el Saturno V, como era el caso del UR-700. De hecho, el UR-700 era un cohete tan monstruoso debido a dos motivos: primero, porque usaba combustibles hipergólicos y, segundo, por la situación geográfica del cosmódromo de Baikonur (46º latitud norte), que obligaba a todos los lanzadores soviéticos a tener una potencia extra con respecto a sus homólogos americanos. Es por esto que el cohete N1, pese a tener un empuje en el lanzamiento de 43 000 kN, sólo podía poner en órbita baja unas 95 t, frente a las 120 t del Saturno V, con un empuje de "sólo" 34 000 kN, pero que era lanzado desde Cabo Cañaveral (latitud 28º). De todas formas, el N1 era un cohete mucho menos eficiente que su homólogo estadounidense. Aunque se hubiese lanzado desde una latitud similar no hubiera podido poner en órbita más de 105 t.
¿Hubiesen podido los EE UU llegar antes a la Luna con una misión de aterrizaje directo? Aparentemente sí, aunque de todas formas a mediados de los sesenta Estados Unidos ya llevaba una ventaja clara a la Unión Soviética en el programa de aterrizaje lunar, aunque no así en lo referente a un viaje tripulado alrededor de la Luna. En este caso sí que existió una verdadera carrera lunar. Si el cohete Protón no hubiese sufrido tantos lanzamientos fallidos en sus primeros años de existencia y si la NASA hubiese seguido el plan original de mandar una nave Apolo en órbita lunar no antes de 1969, quizás la primera nave en sobrevolar nuestro satélite hubiese sido soviética. Irónicamente, el gobierno norteamericano, conocedor de la existencia de un programa lunar soviético gracias a los servicios de inteligencia, presionó a la NASA para que llevase a cabo una misión lunar antes de lo previsto, en diciembre de 1968. La misión, que acabaría siendo conocida como Apolo 8, era tremendamente arriesgada, pero los EE UU pensaban que el programa Zond L1 estaba a punto de lograr su objetivo, así que el riesgo merecía la pena.
Una cuestión más interesante es si la URSS podría haber ganado la carrera lunar de haber apostado antes por el UR-700 - LK-700 de Chelomei en vez del N1-L3 de Korolyov. A su favor, el plan de Chelomei ofrecía una arquitectura de ascenso directo mucho más segura y sencilla que el complejo sistema LOR que debían usar la LOK y la LK, además se podía hacer uso de los motores soviéticos más potentes del momento (RD-270) y de la experiencia en el cohete Protón (de hecho se suponía que las etapas superiores del UR-700 serían versiones del Protón), aunque los numerosos fallos de este lanzador al principio de su carrera no suponen un precedente muy halagüeño. De todas formas, más que una cuestión de cohetes, motores o naves, la carrera lunar fue una competición desigual: mientras los EE UU invirtieron unos 24 mil millones de dólares en el Apolo, la URSS sólo pudo, o quiso, gastarse 4500 millones. El aparente retraso tecnológico soviético percibido en Occidente era, en la década de los sesenta, más un espejismo que una realidad y no contribuyó decisivamente a la derrota en la carrera espacial.
"¡El Cielo debe ser nuestro!". El pasado que nunca fue (A. Pervushin).
Tras seis misiones lunares, el programa Apolo finalizó abruptamente. Los EE UU se volcaron en el Skylab y en el desarrollo del transbordador espacial. La URSS negó que hubiese intentado poner un hombre en la Luna, una de las mentiras gubernamentales con más éxito de la historia. Estados Unidos había ganado la carrera lunar.
Sin embargo, en la URSS esta derrota no provocó una cancelación inmediata de los planes lunares. Se había invertido demasiado tiempo y dinero para que todo el esfuerzo lunar se tirase por la borda precipitadamente. Aunque el programa L1 tenía los días contados (no tenía mucho sentido empeñarse en mandar un hombre alrededor de la Luna cuando los americanos ya caminaban por su superficie), la oficina de Mishin seguía contemplando la posibilidad de aterrizar en la Luna. De hecho, sin la presión de adelantar a la NASA, los ingenieros pensaban que podrían poner un hombre en la Luna en 1975. Sin embargo, el delicado y arriesgado esquema N1-L3 contrastaba claramente con el robusto sistema demostrado por el Apolo. Por eso en 1969-1970 Mishin abandonó el esquema LOR que tantos problemas había dado y propuso una misión de tipo directo usando el N1, la L3M. La L3M tuvo una corta pero agitada vida durante la cual tuvo varios diseños. Algunos de ellos recordaban paradójicamente a la propuesta original L3 de Korolyov de 1963. Según el nuevo plan, la L3M podría llevar a dos o tres astronautas a la superficie lunar y permanecer allí durante 14 días o un mes. Curiosamente, al mismo tiempo que la L3M era propuesta, el módulo lunar LK realizaba sus primeros vuelos de prueba en órbita terrestre. La L3M debía utilizar una versión mejorada del N1, denominada N1F-L3M, que incorporaba los primeros motores criogénicos (RD-56) desarrollados en la URSS, de la mano de la oficina de diseño OKB-2 de Isayev.
Pero estos planes no llegarían a ver la luz. En noviembre de 1972 el cuarto lanzamiento del N1 terminó en desastre, como los tres anteriores, culminando la época más oscura del programa espacial soviético. Entre 1969 y 1974, además de perder la carrera lunar, tres cosmonautas habían muerto (Soyuz 11) por causas perfectamente predecibles, tres estaciones espaciales se habían perdido y numerosas sondas planetarias a Venus y Marte habían fracasado. En mayo de 1974, siguiendo el más puro estilo de las conspiraciones soviéticas, los críticos de Mishin aprovecharon que éste se encontraba ingresado en un hospital para presionar a Brezhnev y forzar su destitución. Su sucesor sería nada más y nada menos que el archirrival de Korolyov, Valentin Glushkó, el cual fusionó su oficina de diseño OKB-456 con la OKB-1, creando una "superoficina" que posteriormente sería conocida como Energía.
Así vio la CIA los resultados de la explosión del segundo cohete N1 en la rampa de lanzamiento de la derecha, en julio de 1969. La foto fue tomada por un satélite espía Corona un mes más tarde.
Como era propio de él, Glushkó tenía en mente grandiosos planes para el programa espacial soviético, pero ninguno incluía al N1 ni a la L3M. En un giro inesperado, Glushkó quería ahora desarrollar desde cero una nueva familia de lanzadores que debían utilizar combustibles criogénicos, por lo que el N1 debía ser cancelado, algo que hizo a los pocos días de convertirse en jefe de la OKB-1. Los partidarios de Mishin no tardaron en apuntar la aparente hipocresía de tal decisión, especialmente viniendo de alguien que se había negado a trabajar con Korolyov precisamente por usar este tipo de combustibles. Desgraciadamente, no contamos con el punto de vista de Glushkó, pues murió en 1989 sin haber publicado sus memorias. Posiblemente el cambio de opinión se debió a la influencia del potente y exitoso Saturno V. Además, los EE UU ya habían anunciado su intención de desarrollar el transbordador espacial, el cual también debía emplear combustibles criogénicos. El shuttle sería desarrollado conjuntamente entre la NASA y el Departamento de Defensa, lo que hizo saltar todas las alarmas en el Kremlin: claramente, la nueva nave tendría una aplicación militar, aunque se desconocía exactamente cuál. Es posible que Glushkó, siempre deseoso de agradar a los militares, ofreciese esta nueva familia de cohetes como una respuesta al transbordador, lo que aseguraría su financiación. De hecho, este sería precisamente el caso.
La OKB-1 se resistió a la cancelación del N1, apuntando que ya existían planes para una versión criogénica: el N1M. Pero Glushkó no quería oír ni hablar acerca de un proyecto cuyos motores no fuesen obra suya. Además, ambicionaba diseñar un motor equivalente al poderoso F-1 del Saturno V y, especialmente, un motor criogénico similar a los futuros SSME del shuttle. Empezó así el tortuoso camino que conduciría a algunos de los mejores motores cohete creados por el hombre: el RD-170 y el RD-0120. Sin embargo, a Glushkó le costó más de una década desarrollar sus preciados ingenios. Al final, se salió con la suya y el N1 fue cancelado en favor de la nueva familia, denominada RLA y el supercohete Vulkán, predecesor del lanzador Energía. Vulkán debía ser capaz de poner en órbita baja la impresionante cifra de 230 t.
El poderoso Vulkán (RKK Energía / www.buran.ru).
Aprovechando el potente Vulkán, surgió en 1974 otra propuesta de misión directa, LEK ("Nave de Expedición Lunar"). LEK era una nave de ascenso directo de unas 31 t con capacidad para tres cosmonautas, incluyendo la cápsula de regreso de 3,4 t. Se concibió como uno de los elementos de una ambiciosa base lunar denominada Zvezdá ("estrella"). Esta base incluía, además de la LEK, módulos vivienda-laboratorio que debían ser lanzados automáticamente antes del aterrizaje de la tripulación. Dicha estación lunar debía contar además con vehículos móviles ("lunojods") para el desplazamiento desde el LEK. Puede que los norteamericanos hubiesen sido los primeros en llegar a la Luna, pero con Vulkán y la LEK, los soviéticos serían los primeros en vivir sobre ella.
Modelo de nave de ascenso directo LEK (I. Afanasyev).
Otra vista de la nave LEK, donde se puede apreciar su curioso diseño: el módulo de descenso (9 t) es muy similar al LM del Apolo, pero la sección superior (22 t) está compuesta por una cápsula (3,4 t) tipo Soyuz dentro de la etapa de ascenso (RKK Energia).
A finales de los 80 surgió la última propuesta soviética de misión lunar. Para entonces Glushkó había modificado su cohete Vulkán para que pudiera transportar al transbordador soviético Burán. De hecho, éste sería el nombre no oficial del nuevo cohete hasta que se decidió bautizarlo con el nombre de Energía a mediados de los 80. Energía tenía una capacidad de carga útil de "solamente" 88 t en órbita baja, pero Glushkó ya preveía una variante más potente de más de 200 t que, como no, denominó también Vulkán. Curiosamente se trataba otra vez de un esquema LOR, compuesto por dos vehículos de 30 t cada uno: una nave orbital lunar (LOK) y otra para descender a la superficie (LK). La LK, basada en el diseño de la LEK, pero sin cápsula en su interior, sería lanzada sin tripulación y se colocaría en órbita lunar, esperando a la LOK, que viajaría por separado con cinco (!) cosmonautas. Tres de ellos abordarían la LK en órbita lunar y permanecerían de 5 a 10 días en la superficie, mientras sus compañeros de la LOK realizaban prospecciones desde la órbita. Se dejaba abierta la posibilidad de mandar previamente algún módulo vivienda para prolongar la estancia de la tripulación en la superficie hasta un mes o más.
Vista del conjunto LK-LOK. La LOK incorpora un módulo habitable detrás de la cápsula, a diferencia de las Soyuz, en las que el módulo se coloca delante (RKK Energia).
Detalle del LK, muy parecido al LEK, pero sin cápsula en su interior (RKK Energia).
Desgraciadamente, ninguno de estos planes, ni otros más ambiciosos que incluían misiones a Marte, vio la luz. Paradójicamente, cuando se desintegró en 1991 la URSS se encontraba en la cima de la tecnología espacial. Los humillantes años repletos de fracasos habían quedado atrás y ahora la Unión Soviética contaba con la primera estación espacial permanente (Mir) y amplia experiencia en misiones de larga duración. Disponía del cohete más potente y avanzado del mundo, el Energía, y un programa de transbordadores espaciales. Con todo este potencial, la URSS tenía aparentemente a su alcance el Sistema Solar: viajar a Marte o construir bases lunares, cualquier cosa parecía posible. "El Cielo debe ser nuestro" era el título de una novela de Antón Pervushin que describe fielmente el sentimiento de los hombres y mujeres que trabajaron en el programa espacial soviético. Sin duda, aunque el "cielo" llegó a ser soviético, la Luna se resistió.
Referencias:
- Lunar Landers, Mark Wade, Encyclopedia Astronautica.
- Soviet and Russian Lunar Exploration, Brian Harvey, Springer, 2007.
- Dibujos de la misión N1/L3, Serge Gracieux.
- Ракеты и люди, Черток Борис Е, Машиностроение, 1999.
- «ЛУННАЯ ТЕМА» ПОСЛЕ Н1-Л3, И. Афанасьев, "Авиация и космонавтика" №2, 1993.
- СИСТЕМЫ ОТОБРАЖЕНИЯ ИНФОРМАЦИИ ПИЛОТИРУЕМЫХ
КОСМИЧЕСКИХ КОРАБЛЕЙ ЛУННЫХ ПРОГРАММ, Тяпченко Ю.А. - Советские программы пилотируемых полетов к Луне, Маринин И.А., Шамсутдинов С.Х Аэрокосмическая библиотека.
- Ракетно-космическая корпорация «Энергия» имени С. П. Королева: 1946–1996. — М.: Менонсовполиграф, 1996.
- Вулкан, www.buran.ru.
- Lunar Base, Anatoly Zak, Russianspaceweb.com.
- Unmasking N1-L3, Charles P. Vick, 1999-04.
- Alas Rojas, Manuel Montes, 1999-07.
Monday, July 7, 2008
Libro: On the Moon (The Apollo Journals)
On The Moon, the Apollo Journals, de Grant Heiken y Eric Jones, (Springer, 2007) es la versión impresa de la magnífica página Apollo Lunar Surface Journals, todo un referente para los aficionados a la astronáutica del mundo. El objetivo de la página es recopilar TODO lo que los "doce magníficos" hicieron en la superficie lunar. Y cuando digo todo es TODO, no simplemente un todo cualquiera. El libro se centra en las actividades extravehiculares (EVAs) de las seis misiones Apolo que alunizaron, sin discutir otros aspectos de las misiones, pues para eso ya hay muchos libros en el mercado. Naturalmente, no vienen todas las transcripciones completas, lo que habría supuesto que el libro adquiriese un volumen poco manejable, sino selecciones de las partes más interesantes. Lo mejor es que los autores se dedican a clarificar aquellos puntos que resultan más confusos en las conversaciones (acrónimos, bromas privadas, etc.), lo que hace del libro un magnífico compañero a la hora de visionar los vídeos del Apolo. Además se incluyen entrevistas a los propios astronautas, unas llevadas a cabo poco después del aterrizaje (debriefings) y otras realizadas por los propios autores para explicar algunos "misterios" ocurridos en la superficie lunar.
La obra está salpicada de pequeños detalles que harán las delicias de los aficionados a la astronáutica, como por ejemplo averiguar que es imposible silbar en el interior de un traje Apolo A7L debido a la baja presión de su interior, o que ninguno de los doce astronautas defecó en la superficie lunar, ya que la dieta "baja en residuos" les permitía aguantar sin hacer aguas mayores (además querían evitar el mal olor en la pequeña cabina del módulo lunar). También nos podemos enterar de algunas fricciones entre los astronautas, como la bronca que le echó Scott a Irwin (Apolo 15), el cual perdió la paciencia con su compañero debido al dolor que sufría en el hombro derecho. En lo relativo a lesiones, destaca lo magulladas que tenían las manos los astronautas tras las EVAs debido al esfuerzo que supone luchar continuamente contra la presión interna del traje, algo que podemos ver en estas imágenes:
El comandante David Scott (Apolo 15) a bordo del U.S.S. Okinawa tras la misión (7 de agosto de 1971, NASA).
Detalle de la foto anterior, donde se aprecian las lesiones en las uñas de Scott (NASA).
Naturalmente, las lesiones en los dedos no son exclusivas de los astronautas del Apolo y son frecuentes en EVAs de la ISS, pero en los años sesenta y setenta eran novedosas, ya que nadie antes había realizado tanto esfuerzo manual en una actividad extravehicular. Sin embargo, en cuanto a lesiones médicas se refiere, ninguna supera las sufridas por James Irwin (Apolo 15), el cual sufrió deshidrataciones tan graves durante los entrenamientos previos a la misión, y durante el desarrollo de la misma, que le provocaron una deficiencia de potasio, lo cual condujo a problemas cardíacos crónicos. Irwin murió en 1991 de un ataque al corazón. Hay que tener en cuenta que en esa época no se habían inventado las bebidas isotónicas.
James Irwin (Apolo 15) se entrena para la misión. Aunque el traje de entrenamiento estaba refrigerado por aire, las altas temperaturas y el esfuerzo físico ocasionaron la deshidratación de Irwin en repetidas ocasiones, ya que al ser la primera "misión J", Scott e Irwin recibieron un entrenamiento mucho más intenso para trabajar en la superficie lunar. Las siguientes tripulaciones usaron refrigeración por agua en sus trajes de entrenamiento (NASA).
Ahora que se planea la vuelta a la Luna, podemos ver cuáles serán los principales problemas que experimentarán los astronautas en la superficie lunar:
El regolito: el polvo lunar se pegaba a todo y causaba abrasión en las cubiertas de los guantes y aumentos de temperatura en el equipamiento. De poco servían las brochas u otras técnicas para eliminar el polvo, como dar saltitos en la escalera del módulo lunar antes de volver a su interior. Los futuros exploradores lunares deberán tener mucho cuidado con él.
Eugene Cernan, comandante del Apolo 17, fotografiado tras la última EVA. El traje no está precisamente limpio (NASA).
Los trajes de la tripulación del Apolo 17 descansan dentro del módulo lunar Challenger en el valle de Taurus-Littrow. Se puede comprobar cómo están absolutamente cubiertos de regolito (NASA).
La orientación: sin atmósfera, los objetos en la superficie lunar se ven igual de prístinos independientemente de su distancia. Si a eso añadimos la falta de estructuras conocidas (árboles, casas, etc.), resulta prácticamente imposible medir distancias y tamaños en la Luna. Por ejemplo, veamos la siguiente imagen del Apolo 16:
¿A qué distancia dirían que se encuentra la gran roca situada tras el comandante John Young?¿treinta, cincuenta metros? Pues no, está situada a 150 m y tiene una altura de 12 m y una extensión de 16-20 m.
Otro factor clave en la orientación es la iluminación solar. La apariencia y color de la superficie lunar cambiaba drásticamente según el ángulo formado con el Sol, de tal forma que crearon todo un sistema de referencia según la iluminación: "Sol arriba" (up-Sun), "Sol abajo" (down-Sun) y "Sol de través" (cross-Sun), de forma parecida a cómo los marinos se orientan en función de la dirección del viento. Los astronautas encontraban que viajar "Sol abajo", esto es, con el Sol directamente a su espalda, era complicado, pues las sombras desaparecían y era casi imposible distinguir las características del terreno. Viajar "Sol arriba" también resultaba difícil debido al deslumbramiento solar. Lo más cómodo era moverse con "Sol de través", pues las sombras permitían distinguir claramente las rocas y cráteres. Los astronautas de los Apolos 15, 16 y 17, los cuales permanecieron más tiempo en la superficie lunar, debieron añadir el efecto de la cambiante posición del Sol en el cielo, lo que trastocaba aún más la orientación.
"Sol abajo": apenas se distinguen detalles del terreno (Apolo 16, NASA).
"Sol arriba": se distinguen detalles, pero el resplandor solar dificulta la visión (Apolo 16, NASA).
"Sol de través": se distinguen claramente las rocas y cráteres y el Sol no deslumbra (Apolo 16, NASA).
Otro efecto curioso era el causado por el regolito lunar a gran distancia. Aunque el suelo lunar es muy oscuro, la falta de contraste con otros colores y el potente brillo de un Sol sin atmósfera hacía que las montañas lunares pareciesen brillantes. Si a esto añadimos el hecho de que la superficie lunar tiene un aspecto tremendamente suave debido a miles de millones de años de erosión continua por los micrometeoritos, obtenemos el efecto de un "paisaje nevado", como lo describieron los astronautas:
El módulo lunar Falcon del Apolo 15 parece situado en medio de un valle nevado (NASA).
Entrenamiento: una de las cosas que llama la atención al leer el libro es el escaso entrenamiento que recibió la tripulación en el caso de algunos experimentos y piezas del equipo, lo que inevitablemente condujo a una serie de problemas de diversa importancia. Y es que a veces se nos olvida que las seis misiones Apolo que exploraron nuestro satélite transcurrieron en un intervalo de tiempo inferior a cuatro años.
La baja gravedad lunar: los astronautas se habían entrenado con "simuladores" de la gravedad lunar antes del vuelo, pero no estaban familiarizados con el comportamiento del equipo en estas condiciones. Por ejemplo, los cables del ALSEP permanecían pegados al suelo en los entrenamientos terrestres, pero en la Luna se levantaban, lo que ocasionó no pocos tropiezos y algún que otro disgusto científico. Además, las tripulaciones tendían instintivamente a usar su peso para forzar determinados instrumentos, pero pronto se daban cuenta de que la fuerza que ejercían era insuficiente. El comportamiento del regolito lunar también causaba extrañeza, pues, en ausencia de atmósfera no flotaba, sino que describía trayectorias parabólicas muy curiosas.
Las mochilas de los astronautas, Portable Life Support Systems (PLSS), eran abandonadas para ahorrar peso. Todavía se encuentran en la superficie lunar esperando que alguien las recoja (Apolo 17, NASA).
En definitiva, un libro altamente recomendable que debe poseer cualquier Apolo-adicto que se precie.
Y para ambientarnos, un par de vídeos:
Harrison Schmitt (Apolo 17) salta en la superficie lunar como Bugs Bunny.
Charlie Duke (Apolo 16) tiene un pequeño tropiezo...
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