Código 46 es una película de 2003 que sin embargo no había decidido ver hasta ahora porque las malas críticas me habían echado para atrás. No suelo hacer críticas de cine en este blog, más que nada porque no me siento cualificado para tal menester, pero esta vez he decidido hacer una excepción, básicamente porque me ha parecido una gran película y no alcanzo a entender cómo la crítica española ha machacado sin piedad esta producción, sobre todo dado el nivel actual de los estrenos cinematográficos. Bueno, miento, sí que alcanzo a entenderlo: en este país, toda película que sea de "ciencia-ficción" es etiquetada automáticamente por la crítica como algo que debe ser necesariamente infantil, banal y de acción a todo trapo. Cuando no cumple con los estereotipos, como es el caso, se la critica por ser "pretenciosa", "aburrida" o "confusa". Naturalmente, si fuese una película independiente iraní estos defectos se convertirían automáticamente en virtudes, pero así de simplistas son algunos críticos. Leyendo algunas opiniones por Internet, alguien se atrevía a insinuar que esta película no le gustaría a los amantes de la CF porque era "demasiado profunda y lenta", porque claro, ya se sabe que a los que nos gusta este género no se nos puede poner nada más profundo que una peli de Schwarzenegger, ¿eh?, que nuestras neuronas no dan para más... en fin, lo que hay que oír.
Sin duda, la historia no es del todo original: el guión es una mezcla de
Gattaca,
1984 y
Blade Runner . El montaje tampoco es novedoso: tiene una estética de videoclip que recuerda mucho a
Lost in translation. Sin embargo, la combinación de estos elementos SÍ que es muy poderosa y original. Hay películas que olvidas nada más verlas y otras que no puedes evitar quitártelas de la cabeza días después de haberla visto.
Código 46 no es una obra perfecta, pero entra decididamente dentro de ese segundo grupo y es sin duda una de las mejores películas de ciencia-ficción , (sí, ciencia-ficción de verdad) que haya visto jamás.
Lo mejor: la estética general de la película. Es impresionante cómo el director logra recrear una realidad futura sin usar ningún efecto especial. Destaca también una buenísima banda sonora.
Lo peor: la historia de amor es un poco errática y falta química entre los protagonistas.